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  • Complementario - CAPITULO 11 - -

    Apresado y juzgado

    Los capítulos 14 al 16 de Marcos son conocidos como el relato de la Pasión porque narran la última cena de Jesús con sus discípulos, su lucha en el huerto de Getsemaní, sus juicios ante las autoridades judías y romanas, su crucifixión, su sepultura y su resurrección. La palabra Pasión se utiliza por su vinculación con el término griegopasjo, que significa "sufrir .

    En este capítulo, nos ocuparemos de los acontecimientos descritos en Marcos 14. El evangelista utiliza un estilo sencillo y directo que parece transportar a los lectores a la escena y hacerlos testigos de los hechos narrados. Apenas se añaden comentarios, probablemente porque Marcos consideró que esta era la forma más convincente de mostrar el poder de la muerte y resurrección de Jesús.

    Ya señalamos en el capítulo 9 que los seis últimos capítulos de Marcos (Mar. 1116) transcurren aproximadamente durante apenas una semana de tiempo, mientras que los diez capítulos anteriores se desarrollan a lo largo de unos tres años y medio. La desaceleración del tiempo narrativo muestra que el evangelista considera que estos acontecimientos finales de la vida de Jesús en la Tierra son el centro de atención. Esa atención se concentra aun más en estos tres últimos capítulos (Mar. 14-16).

    Determinar la cronología exacta de los acontecimientos descritos en Marcos 14 al 16 plantea ciertos problemas, sobre todo al comparar las descripciones de Mateo, Marcos y Lucas con la del Evangelio de Juan.1 Todos los evangelios coinciden en que Jesús murió un viernes (llamado Día de Preparación en los evangelios), que permaneció en el sepulcro durante el sábado y que resucitó el domingo por la mañana. En Mateo, Marcos y Lucas, la última cena de Jesús con sus discípulos es

    identificada claramente como una cena pascual (Mat. 26:17-25; Mar. 14:12-21; Luc. 22:7-23). Según el calendario judío, esa cena tendría lugar durante la noche del decimoquinto día de Nisán.2 Esta fue la noche anterior a la crucifixión de Jesús. Así que, según este cálculo, Jesús fue crucificado la tarde del 15 de Nisán.

    Sin embargo, Juan 18:28 dice que los líderes religiosos no entraron en el pretorio o palacio de Pilato para no ser contaminados y quedar así impedidos de comer la Pascua. Juan no describe la última cena de Jesús como una cena pascual. Parece que los evangelios sinópticos indican lo que Jesús hizo (comió la Pascua el jueves por la noche), mientras que Juan dice lo que los líderes religiosos no habían hecho el viernes por la mañana. El problema es que la cena de Pascua debía ser celebrada la noche del 15 de Nisán, y cualquier sobra de la cena debía ser quemada antes de la mañana siguiente (Éxo. 34:25; Núm. 9:12).

    Existen numerosas explicaciones acerca de la aparente discrepancia entre los evangelios sinópticos y el Evangelio de Juan. Podría ser que Jesús celebró una cena de Pascua anticipatoria, que diferentes grupos comieron la Pascua en diferentes momentos, o que Jesús estaba instituyendo una "nueva Pascua" con la Cena del Señor.3 Cualquiera de estas soluciones resuelve la aparente discrepancia. Sin embargo, las cuestiones implícitas aquí son complejas, y el Comentario bíblico adventista del séptimo día contiene un excelente artículo acerca de la cronología de 42 la vida de Jesús.4

    Inolvidable

    Marcos 14:1 a 11 presenta el quinto relato sándwich, o intercalado, del Evangelio de Marcos (ver el capítulo 3 para más detalles acerca de esta técnica narrativa). En las dos historias que aparecen al comienzo de Marcos 14, dos personas paralelas, ambos discípulos de Jesús, realizan acciones opuestas: una lo traiciona y la otra lo honra. Ambos acontecimientos son inolvidables.

    En Marcos 14:1 y 2, los líderes religiosos están buscando una manera de dar muerte a Jesús, pero no quieren arrestarlo en público pues eso provocaría un levantamiento. Tienen un plan que quieren llevar a cabo, pero no están seguros

    acerca de qué método emplear para arrestar a Jesús lejos de la multitud. Su necesidad será satisfecha por una fuente insólita e inolvidable: uno de los discípulos de Jesús. De hecho, por uno de los doce: Judas Iscariote.

    La historia de los sacerdotes y Judas produce una pausa, y en el versículo 3 comienza la historia interior, o intercalación, del sándwich. Esa historia interior no es inolvidable por tener como protagonista a una persona en especial, sino por lo que dice Jesús. Una mujer anónima unge la cabeza de Jesús con un ungüento de nardo muy caro. No se registra ninguna razón para sus acciones, y ella nunca dice una palabra en la narración.

    Este incidente ocurre en Betania, a unos tres kilómetros de Jerusalén. Jesús está en casa de Simón, el leproso. El término griego traducido aquí como lepra es lepros, el cual designa una variedad de enfermedades de la piel (psoriasis, seborrea, eccema, lupus, etc.), no simplemente lo que hoy llamaríamos lepra o enfermedad de Hansen.5 Una persona con una enfermedad así sería ceremonialmente impura. El hecho de que Simón pudiera ser el anfitrión de esta cena sugiere que había sido purificado de la lepra.6 Elena G. de White da a entender que había sido curado por Jesús, y que esta era la razón por la que celebraba una fiesta en honor del Señor.7

    El regalo de la mujer era extravagante, ya que valía casi el salario de un año de un jornalero. El recipiente del perfume también era costoso, ya que estaba hecho de 42 alabastro.8 El perfume se elaboraba a partir del nardo, que procedía de lo que hoy es India y Nepal, por lo que resultaba muy costoso.9 Los asistentes al banquete consideran que su regalo es un desperdicio. Expresan así su valoración de Jesús, mientras que la mujer expresa la suya mediante su acción. Rompió el cuello del frasco de alabastro, con lo que dedicó todo el contenido y su importe a ungir a Jesús.

    Cuando alguien realiza una acción sorprendente como esta, las personas que no participan de ella se sienten avergonzadas. No es raro que, para ocultar esa vergüenza, censuren a quien hizo el regalo. Esto es exactamente lo que ocurre aquí: la vergüenza es disfrazada de supuesta preocupación por los pobres. Pero Jesús sale en defensa de la mujer y señala dos puntos: ella lo ha ungido para la sepultura, y su acción será recordada para siempre como parte del mensaje evangélico (Mar. 14:69). De hecho, es la única persona en Marcos de la que se dice que lo ungió para la sepultura. Las mujeres que acudieron el domingo por la mañana llegaron demasiado tarde, pues él ya había resucitado.

    La historia externa se reintroduce en Marcos 14:10 con la nefasta acción de Judas de traicionar a su Maestro entregándolo a sus enemigos, todo, por la promesa de dinero. El contraste entre los dos discípulos (Judas y la mujer anónima) se muestra en siguente cuadro:

    Judas

    La mujer

    Hombre

    Mujer

    Identificado como uno de los doce

    Discípula anónima

    Regocijo de los sacerdotes por la iniciativa de Judas

    La gente censura a la mujer

    Traiciona mortalmente a Jesús

    Unge a Jesús para su sepultura

    Promesa de dinero

    Un regalo de más de trescientos denarios de valor

    Momento Parte de la oportuno (eukairos) para la traición

    Parte de la buena noticia (euangelion)

    La ironía entre estos dos personajes se pone de relieve por el juego con la palabra "bueno". La mujer ha hecho una obra "buena" (kalos) a Jesús, y su acción se consagra como parte de la "buena" noticia (euangelion). Judas hace lo contrario de lo bueno, pero busca un momento "bueno" u oportuno (eukairos) para traicionar a Jesús. Como se ha señalado antes, hay aquí dos planes entrelazados. El complot humano (mediado por los sacerdotes y Judas) para dar muerte a Jesús, y el plan de Dios (con la participación de la mujer) de llevar la buena noticia de la salvación al mundo.

    La Cena del Señor y el Getsemaní

    En el Evangelio de Marcos, lo que llamamos la Última Cena fue una comida pascual. Jesús instituyó la Cena del Señor durante esta comida (Mar. 14:22-25). Utilizó pan y "el fruto de la vid" a fin de crear una nueva celebración para sus seguidores (vers. 25).10 El Señor los llamó simbólicamente su cuerpo y su sangre. Se refiere a la copa como mi sangre del nuevo pacto, que es derramada en favor de muchos' (vers. 24). 5

    El uso de la frase "sangre del nuevo pacto alude a la alianza del Sinaí que Dios hizo con Israel. Tras la entrega del Decálogo y otros mandamientos (Éxo. 20-23), Moisés hizo que los jóvenes ofrecieran sacrificios a Dios (Exo. 24:5), a quien los israelitas aceptaron obedecer (vers. 7). Entonces, Moisés tomó sangre de los sacrificios y la roció sobre el pueblo, diciendo: "Esta es la sangre del pacto que el Señor ha hecho con ustedes acerca de estas cosas (vers. 8). La sangre sellaba el pacto o alianza entre Dios y los israelitas.

    Jesús llama significativamente a la copa "mi sangre del nuevo pacto . Él es el sacrificio que sella la nueva alianza o pacto con Dios. Las palabras de Jesús en Marcos 14 nos recuerdan su declaración en Marcos 10:45: Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos". Este lenguaje es claramente sustitutivo. Allí donde hemos fallado al pecar, él viene en nuestra ayuda con su sangre, cubriendo nuestros pecados y llevándonos a una nueva relación de alianza o pacto con Dios. Participar en la Cena del Señor es realmente una experiencia significativa. Deberíamos alegrarnos siempre de la

    bendición que representa y anhelar con impaciencia la oportunidad de participar de ella.

    Después de la Cena del Señor, Jesús se dirigió con sus discípulos (excepto Judas) al huerto de Getsemaní. Este se encontraba en el Monte de los Olivos, aunque se desconoce su ubicación exacta ya que los romanos talaron todos los árboles cuando sitiaron la ciudad en el año 70.11 Jesús advirtió a sus discípulos que todos ellos lo abandonarían (Mar. 14:27, 28). Pedro insistió en que no lo haría, pero Jesús le advirtió solemnemente que negaría a su Señor tres veces antes de que el gallo cantara dos veces (vers. 30). Pedro insistió en que no negaría a Jesús.

    En el huerto, Jesús se entristece y se aísla cada vez más de sus discípulos. Mientras él oraba, ellos dormían. Acudió a ellos tres veces en busca de su apoyo, pero dormían. Es en este huerto donde acepta, de la mano de su Padre, la misteriosa copa del sufrimiento (vers. 36).

    En el Antiguo Testamento, el término copa tiene un uso metafórico y a menudo se refiere a la ira de Dios (Sal. 75:8; Jer. 25:15-29; Eze. 23:31- 34; Hab. 2:16).12 Eso es probablemente lo que se está considerando aquí en Marcos 14:36. Jesús tomó la copa de la mano del Padre y decidió llevar a cabo el sacrificio que salvaría a la humanidad. Como afirma 1 Pedro 2:23, Jesús "se encomendaba al que juzga con justicia". Fue esta decisión la que llevó a Jesús a través de todas las injusticias que 42 soportó, incluyendo la cruz.

    El juicio de Jesús y el de Pedro

    Marcos 14:53 al 72 es el último relato sándwich o intercalado del Evangelio de Marcos. Probablemente, es el más notable de todos, ya que los dos personajes paralelos son Jesús y Pedro. El juicio de Jesús fue un ejercicio de frustración para los líderes religiosos, ya que ni siquiera conseguían que sus falsos testigos se pusieran de acuerdo. Finalmente, el sumo sacerdote abordó a Jesús con la pregunta directa: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?" (vers. 61).

    La respuesta de Jesús fue clara y directa: "Yo soy, y veréis al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poder, y viniendo con las nubes del cielo" (vers. 62). Esta respuesta le valió la condena y la sentencia de muerte. Algunos de los allí presentes comenzaron a escupirlo, cubriéndole el rostro y golpeándolo al grito burlón de "profetiza" (vers. 65).

    En Marcos 14:66, la narración vuelve a la historia de Pedro, que estaba abajo, en el patio. Enfrentado a una criada del sumo sacerdote, negó dos veces conocer a Jesús (vers. 68, 70). Finalmente, interpelado por los espectadores, Pedro se maldijo

    a sí mismo si no decía la verdad y dijo enfáticamente: 'No conozco a ese hombre de quien hablan" (vers. 71). Pero, entonces, cantó el gallo, y las palabras de la predicción de Jesús volvieron a él: negaría a su Señor. De repente, se dio cuenta de que había hecho exactamente lo que Jesús dijo que haría, y la revelación de su propia perfidia llegó a su corazón, y comenzó a llorar.

    Por triste que sea la historia de Pedro (y esto podría ocurrimos fácilmente a cualquiera de nosotros) una profunda ironía en el relato revela quién es Jesús Los líderes se burlaban de él y le pedían que profetizara (vers. 65), incluso cuando una de sus profecías se estaba haciendo realidad en el patio de abajo La negación de Jesús por parte de Pedro demostró que Jesús era el Mesías Una vez más, se muestran las dos tramas del drama narrativo de la Pasión. Los hombres pensaban que estaban condenando a un charlatán mientras que, en realidad, la voluntad de Dios para la salvación del mundo se estaba cumpliendo a través del sacrificio de su Hijo.


    1  Mateo, Marcos y Lucas reciben el nombre de evangelios sinópticos ( ver juntos ) porque sus relatos de la vida de Jesús, el orden de las historias y la forma de contarlas son muy similares. Muchos eruditos sostienen que Mateo y Lucas utilizaron el Evangelio de Marcos como fuente para la redacción de sus evangelios.

    2  Los adventistas del séptimo día saben que el sábado comienza con la puesta del sol del viernes y se extiende hasta la puesta del sol del sábado. De acuerdo con la manera bíblica de computar el tiempo, todos los días comienzan al atardecer, incluso desde el principio. Génesis 1:5 dice: "Y fue la tarde y fue la mañana, el primer día" (énfasis añadido).

    3  Mark L. Strauss, Mark, Zondervan Exegetical Commentary on the New Testament (Grand Rapids: Zondervan, 2014), pp. 617, 618.

    4  Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista del séptimo día (Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), t. 5, pp. 231-259, especialmente las pp. 242-253.

    5  Ver Frederick W. Danker, Walter Bauer, William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English lexicón of the New Testament and other Early Christian literature, 3a ed (Chicago: University of Chicago Press, 2000), art. "lepra, lepros". Ver también David P. Wright y Richard N. Jones, "Leprosy" en The anchor Bible ed. David Noel Freedman (New Haven: Yale University Press, 1992), t. 4, pp. 277-282.

    6  Ver Strauss, Mark, p. 606.

    7  Elena G de White, El Deseado de todas las gentes (Doral, FL: IADPA, 2008), p. 525.

    8  Ver Strauss, Mark, pp. 606, 607. Plinio el Viejo dice: "Los ungüentos y los perfumes mezclados con aceite, tanto más duradero cuanto más espeso sea, como el aceite de almendras, se conservan mejor en recipientes de alabastro" (The NaturalHistory [13.3], trad. John Bostock y H. T. Riley [Londres: Henry G. Bohn, 1855], t. 3, p. 166).

    9  Ver Víctor H. Matthews, "Perfumes and Spices" en The anchor Bible dictionary ed. David Noel Freedman (New Haven: Yale University Press, 1992), t. 5, pp. 226 228, R. T. France, The Gospel of Mark, New International Greek Testament Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 2002), p. 551.

    10  La palabra "vino" (griego oinos) nunca se utiliza en referencia a la Cena del Señor en el Nuevo Testamento. En lugar de ella, se emplean siempre las expresiones "la copa" o "el fruto de la vid", lo que sugiere que no se trataba de vino alcohólico, sino de zumo de uva.

    11  Ver Josefo, Guerras judias 6.1.1; Raymond E. Brown, The death oftheMessiah (Nueva York: Doubleday, 1994), t. 1, p. 149.

    12  Ver Joel Marcus, Mark 8-16, Anchor Bible 27a (New Haven: Yale University Press, 2009), p. 978.