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  • COMPLEMENTARIO - CAPÍTULO 11 -

    EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO

    Jirí Moskala

    Juan 13 al 17 gira en torno al discurso de despedida dejesús y, concepto de la Trinidad. Se trata de un tema importante porqu revela la naturaleza, el propósito, la obra y la función de las dif< rentes Personas dentro de la Santísima Trinidad. También descril su relación mutua. La unidad entre el Padre y el Hijo es un mode que podemos emular en nuestra búsqueda de entablar una relac¡¿ íntima con nuestro Salvador, Jesucristo.

    El Dios trino está comprometido con nuestra salvación y nuest vida. Es importante que entendamos la revelación de Dios sob sí mismo, porque solo así podremos comprenderlo mejor y reí cionarnos con la Deidad de forma adecuada. Él es el Creador c universo y el Autor del Plan de Redención. Comprender esto n ayudará a servirlo con más sentido y a adorarlo con gratitud p nuestra salvación (Juan 1:1, 2; Col. 1:16,17; Heb. 11:3).

    El Señor es uno

    El misterio fundamental de la fe cristiana es nuestra creen en un Dios trino. Como adventistas del séptimo día, confesan que Dios es Uno, pero manifestado en tres Personas distintas Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cuando hablamos de Dios, del mos recordar que entramos en terreno sagrado, así que deber hacerlo con profunda humildad, conscientes de nuestros lími Estamos utilizando un lenguaje humano imperfecto para desci a un Dios infinito. El Dios trascendente siempre sobrepasa incl nuestras categorías más elevadas del pensamiento y la lógica. La mejor actitud ante una situación así es la misma humildad a la que Dios invitó a Moisés en la zarza ardiente: "Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es tierra santa" (Éxo. 3:5). Debemos darnos cuenta de que solo conocemos a Dios porque él se nos ha dado a conocer. Lo que percibimos de él se nos ha sido revelado; dependemos totalmente de su autorrevelación (Éxo. 34:6, 7; Deut. 29:29). Por lo tanto, la única respuesta correcta a su Palabra es escuchar con atención, aprender con entusiasmo y obedecer de todo corazón (Isa. 66:2). ' ' .

    La confesión de fe primordial en la Biblia hebrea: "Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno" (Deut. 6:4, RVC) es una clara proclamación monoteísta, ratificada por Jesús (Mar. 12:29) y conocida como la Shemá, la cual proclama que Dios es Uno de una manera fundamental e inequívoca. Esta unicidad de Dios se pone de relieve varias veces en el resto de la Biblia porque solo él es el Dios verdadero y no hay ningún otro fuera de él (Deut. 4:35, 39; Neh. 9:6; Sal. 86:10; Isa. 44:6; Zac. 14:9). Es importante señalar que los autores del Nuevo Testamento también proclamaron que Dios es Uno, por lo que no veían este anuncio como una contradicción del pensamiento trinitario al que se adherían (Mat. 28:19; 2 Cor. 13:14).

    Permanecer en Jesús

    El Evangelio deJuan invita al lector a recorrer la historia de Jesús mediante la fe y la permanencia en él. Jesucristo es el centro de nuestra fe. La verdadera religión está enraizada en Jesús. Creer en Jesús es un tema fundamental en Juan. No deja de ser significativo ' que el verbo creer aparece 98 veces en el texto griego del Evangelio de Juan, pero que los sustantivos fe y creencia no aparezcan en ningún momento en este Evangelio. Esto enfatiza la importancia de tener una fe viva y activa en Jesús para confiar en él. Mantener una relación es una acción, no algo estático. En Juan 15, Jesús hace énfasis en la necesidad de que sus seguidores permanezcan unidos a él.

    En su relación con el Padre y el Espíritu Santo Jesús no trabajaba solo. En este Evangelio, Jesús está estrechamente asociado con su Padre. A sus discípulos les reveló su relación con el Padre, así como el papel y la función especiales del Espíritu Santo. Jesús declaró que a los discípulos les convenía que la presencia del Espíritu lo sustituyera, pues el Espíritu estaría en todas partes y los guiaría a toda la verdad (Juan 16:7, 8).

    Es necesario destacar estos dos puntos:

    1. La premisa principal y punto de partida para tener una vislumbre de nuestro trascendente Dios trino es aceptar la divinidad de Jesucristo. Jesús es Dios. Esta verdad es afirmada al principio, al final y a lo largo de todo el Evangelio deJuan. En la introducción del Evangelio, Juan afirma que Jesús es (a) eterno, (b) uno con el Padre, (c) Dios, (d) una Persona distinta del Padre, y (e) el Creador: "En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho" (Juan 1:1-3). En Juan 1:1, la palabra era, que procede del término griego en, que es una forma imperfecta del verbo eimi, denota un tiempo continuo. Esto significa que, si uno puede imaginar un principio, en ese principio Jesús ya existía. Nunca hubo un tiempo en el que Jesús no existiera (Isa. 9:6; Miq. 5:2). En la conclusión del Evangelio se halla la hermosa confesión de Tomás sobre Jesús: "¡Señor mío y Dios mío!" (Juan 20:28).

    2. Las declaraciones radicales de Cristo dan testimonio de su divinidad y son tan profundas, que solo caben dos posibilidades: o era Dios o era un mentiroso. Consideremos el propio testimonio de Jesús:

    • "Creen en Dios; crean también en mí" (Juan 14:1, RVC).

    • "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá" (Juan 11:25).

    • "El Padre a nadiejuzga, sino que confió todo el juicio al Hijo" (Juan 5:22).

    • "Yo soy el pan de vida" (Juan 6:35).

    • "El Padre y yo uno somos" (Juan 10:30).

    • "Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre" (Juan 6:51).

    • "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas" (Juan 8:12).

    • "Y la voluntad del Padre, que me envió, es que no pierda yo nada de todo lo que él me da, sino que lo resucite en el día final" (Juan 6:39).

    • "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al_ Padre sino por mí" (Juan 14:6). ■■• ■ ■

    • "El que me ha visto a mí ha visto al Padre" (Juan 14:9).

    • "Que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo ciertamente tampoco honra al Padre que lo envió" (Juan 5:23, NTV).

    • "He descendido del cielo" (Juan 6:38).

    • "¡Aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!" (Juan 8:58, NTV). Los judíos querían apedrearlo por esta blasfemia (Juan 8:59). Además, Jesús afirmaba tener el poder de perdonar pecados (Luc. 5:24) y aceptaba cuando la gente lo adoraba (Juan 9:38). Llamó a sus discípulos a que lo siguieran (Mat. 4:19; 8:22; 9:9; 10:38; 16:24) y declaró: "Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré descanso" (Mat. 11:28).

    Elena de White explica la importancia de aceptar la divinidad de Jesús con estas palabras: "Si las personas rechazan el testimonio de las Escrituras inspiradas acerca de la divinidad de Cristo, inútil es querer argumentar con ellas al respecto, pues ningún argumento, por convincente que fuese, podría persuadirlas. 'El hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente' (1 Cor. 2:141). Ninguna persona que sostenga este error puede tener un verdadero concepto del carácter o la misión de Cristo ni del gran plan de Dios para la redención del humana".14

    14 Elena de White, El conflicto de los siglos (Florida: ACES, 2015), p. 579.

    3. Jesús es el Creador. El Verbo creó todas las cosas (Juan 1:3). Como Jesús creó todas las cosas, él no es un ser creado, sino el Creador (Col. 1:16). A través del Hijo, Dios creó el mundo, y el Hijo es el Sustentador y la representación exacta del Padre (Heb. 1:2, 3).

    4. Jesús tiene vida inherente en sí mismo. Él es la Fuente de la vida; no solo da la vida, sino que él es la Vida (Juan 1:4; 5:26). Puede dar su vida y volver a tomarla (ver Juan 10:17,18). Él puede darnos la vida, porque él es la Resurrección, "el camino, la verdad y la vida" (Juan 11:25; 14:6). La vida eterna depende únicamente de Jesús (Juan 3:36; 6:40; 10:28; 1 Juan 5:11-13). Solo él puede liberar a la gente de la esclavitud del pecado; su verdad hace libres a las personas (Juan 8:32).

    5. Jesucristo vino a revelar a su Padre.Juan declara quejesucristo interpretó y explicó a la gente quién es Dios. Reveló perfectamente a Dios porque procedía de él. Jesús habla frecuentemente del Dios viviente como su Padre y revela su estrecha conexión con él. La palabra Padre aparece 121 veces en la versión griega de Juan.

    6. Jesús era uno e igual con su Padre (Juan 10:30). Todo lo hace en armonía con su Padre (Juan 5:30; 7:16; 10:38; 14:10). Nadie puede llegar al Padre si no es a través de él (verjuan 14:6). Jesús es el Hijo de Dios (Luc. 3:38; Juan 11:27; 1 Juan 5:12), y quien revela al Padre (Juan VI8; 14:6-9) y siempre es uno con el Padre (Juan 10:29-36).

    Los judíos entendieron perfectamente la afirmación dejesús de que se consideraba Dios y por ello intentaron arrestarlo (Juan 10:33, 39). En otra ocasión en la que Jesús curó a un paralítico en sábado y los judíos lo acusaron de transgredir el mandamiento del sábado, Jesús declaró: "Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo" (Juan 5:17). Juan comentó sobre esta situación: "Los judíos procuraban matarlo, porque no solo quebrantaba el sábado, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios." (vers. 18). El apóstol Pablo también predicó que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios (Hech. 9:20,22). El título "Hijo de Dios" describe a un ser divino que fue enviado por el Dios todopoderoso para que fuera el Mesías y cumpliera las promesas de redención del Antiguo Testamento, las cuales se remontan a Génesis 3:15. Este título no se debe entender en el sentido de que es un hijo literal, sino como un epíteto divino que se refiere a él como el Mesías, aquel que tiene una relación única con el Señor y la misión de salvar a la humanidad. Los evangelios se escribieron para dar testimonio de que Jesús de Nazaret es aquel Hijo de Dios prometido (Mar. 1:1; Luc. 1:35; 3:38; Juan 20:31). El panorama es claro; Jesucristo es Dios. Es nuestro Creador (Juan 1:1-3; Col. 1:16),"nuestro Salvador (Juan 12:32; Hech. 4:10-12), nuestro Juez (Juan 5:24-30), nuestro Intercesor (Rom. 8:34; Heb. 7:25), nuestro Rey (Mat. 25:34; Apoc. 17:14), nuestro Señor (Juan 13:13, 14) y nuestro Amigo (Juan 15:14). 7. El Evangelio de Juan explica de manera inmejorable el papel del Espíritu Santo. La persona y la obra del Espíritu Santo son reveladas por el propio Jesús de forma transparente. Jesús habla del Espíritu como el que convierte a las personas a Dios (Juan 16:8-10,13) y dice que es otro "Consolador" (Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7) que también recibe el nombre de "Espíritu de verdad" (Juan 14:17; 15:26; 16:13). Él les enseñará a los cristianos todas las cosas y les recordará todo lo que Cristo les dijo a sus discípulos (ver Juan 14:26). Él guiará a los seguidores de Cristo "a toda la verdad" (Juan 16:13). Procede tanto del Padre como del Hijo (Juan 14:26; 15:26). Enseñará a los creyentes más sobre Cristo (Juan 15:26) y lo glorificará (Juan 16:14). "Convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (vers. 8, 9). También revelará acontecimientos futuros (vers. 13). En resumen, el amor de Dios es verdadero y desinteresado. Por eso habla en la forma plural (Gén. 1:26; 3:22; 11:7; Isa. 6:8). Dios está en comunión consigo mismo; él es una comunidad. Está en relación con la Deidad y también con la Creación. La comunidad de Dios es el origen y el fundamento de todas las demás comunidades de su Creación, incluyendo las relaciones entre los seres humanos.

    El modelo de amor, unidad y trabajo dentro de la Trinidad es la fuente de la que brotan todas las relaciones verdaderas. Nuestro Dios anhela relaciones significativas con la gente porque él no es una Persona solitaria. No creó a los seres humanos para que vivieran aislados, sino para que disfrutaran de la vida social en matrimonio y en comunidad.

    Abrir el corazón trae comprensión

    La obra del Espíritu Santo por nuestra salvación y sustentación es impresionante. El Espíritu Santo está cerca de la humanidad. Se comunica con nosotros, y nos anima a conocer a Dios y a seguir fielmente sus enseñanzas. Únicamente por su presencia en nuestra vida podemos resistir al mal, obedecer a Dios y crecer en la gracia de Cristo. Él es el mejor Consolador en tiempos de desilusión, angustia, desesperación, dolor, depresión, incomprensión, sufrimiento y persecución. Necesitamos abrir nuestro corazón a Dios y responder a los impulsos del Espíritu para amar, obedecer y adorar al Dios trino.

    Nuestras mentes finitas son incapaces de comprender la mag nificencia, soberanía y grandiosidad del Dios trino. Él trasciende nuestras limitadas capacidades y nuestros débiles intentos de com prenderlo. Por lo tanto, debemos ser extremadamente cuidadosos, en nuestro intento de explicar a Dios, y evitar crearlo a nuestra imagen. Los seres humanos fueron creados a su imagen, no al revés En vista de la singularidad y la alteridad de nuestro Dios, es evidente que no podemos comprender la totalidad de su ser, ya que está poi encima de nuestras categorizaciones lógicas. Solo podemos aspira a vislumbrar, maravillarnos, adorarlo y servir a nuestro asombrase Dios, que sobrepasa nuestros conceptos de conocimiento y juicic (Éxo. 33:18,19; 34:6,7). Él está siempre por encima de todas las cosa:

    En lugar de tratar de explicar a Dios, relacionémonos con ( personalmente como nuestro Señor y Salvado, lo que nos llevar a relacionarnos amorosamente con los demás. Así caminaremc fielmente con quienes forman parte de su maravillosa Creación.


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