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  • INTRODUCCIÓN
    SALMOS: DONDE DIOS Y EL PUEBLO SE ENCUENTRAN DE CORAZÓN A CORAZÓN

    El libro de Salmos contiene las oraciones y los himnos bíblicos por excelencia. Pronunciados desde la alabanza, el gozo, el dolor y la desesperación, recitados o cantados en secreto y en público, por laicos, reyes, poetas y sacerdotes, procedentes tanto de justos como de pecadores arrepentidos, Salmos ha servido de devocionario y de himnario a generaciones de creyentes.
    Salmos debe su papel distintivo al hecho de que, mientras la mayor parte de la Biblia nos habla a nosotros, Salmos habla por nosotros y con nosotros. Salmos es una fuente de bendición, esperanza y reavivamiento, una guía para
    examinar la conciencia y para reflexionar sobre la grandeza de Dios. Sus salmos son liberadores cuando clamamos desde lo más profundo, y cautivadores para una renovada entrega a Dios. Por lo tanto, no es de extrañar que muchos encuentren en Salmos un eco de sus emociones y experiencias y lo adopten como oraciones propias. Lutero habla conmovido acerca de Salmos: “¿Dónde se pueden encontrar palabras más nobles para expresar la alegría que en los salmos de alabanza o gratitud? En ellos se puede ver el corazón de todos los santos como si contempláramos un hermoso jardín de esparcimiento o el Cielo. [...] O ¿dónde encontrar palabras más profundas, más contritas, más dolorosas para expresar el sufrimiento que en los salmos de lamentación? En ellos vemos el corazón de todos los santos como si contempláramos la muerte o miráramos el infierno; así de oscura y tenebrosa es la escena que ofrecen las cambiantes sombras de la ira de Dios. [...] Por lo tanto, es fácil entender por qué el libro de Salmos es el libro preferido de todos los santos. Porque cada persona puede encontrar en él, en cada ocasión, salmos que se ajustan a sus necesidades, que siente tan apropiados como si hubieran sido puestos allí solo para ella. En ningún otro libro puede encontrar palabras iguales ni mejores” (Martín Lutero, Martin Luther: Selections From His Writings, ed. John Dillenberger [Nueva York: Anchor Books, 1962], pp. 39, 40).
    Para vivenciar el poder transformador de Salmos, se nos llama a entonar sus cantos y recitarlos como lo hicieron las generaciones de creyentes que lo han usado para derramar sus alabanzas, peticiones, confesiones, lamentos y acciones de gracias ante Dios, soberano de la gracia y la justicia. Así pues, ¿es necesario estudiar Salmos? Como el resto de las Escrituras, Salmos se escribió en contextos históricos, teológicos y literarios específicos.
    La tarea del estudio de Salmos es acercar el mundo particular de sus salmos al público moderno. Debemos tener en cuenta que, aunque este libro contiene oraciones del pueblo de Dios e incluso oraciones que Jesús pronunció como Señor encarnado, son también oraciones acerca de Jesús. Son la revelación de Dios a la humanidad. Otra tarea del estudio de Salmos es, pues, aprender de ellos todo lo que Dios hizo, hace y hará por el mundo en Jesucristo y por medio de él.
    Aunque Salmos es una colección de 150 poemas, la colección no es tan aleatoria como parece. Salmos da testimonio de una experiencia espiritual que tienen en común muchos de los hijos de Dios. La experiencia comienza con una fe que el gobierno soberano de Dios afianza y garantiza firmemente. En esta experiencia, el bien es recompensado y el mal es castigado. A medida que avancemos en nuestro estudio, veremos qué sucede cuando el ordenado mundo de la fe se ve desafiado y amenazado por el mal. Dios ¿sigue reinando? ¿Cómo pueden los creyentes cantar la canción del Señor en “tierra extraña”?
    Nuestro deseo y oración es que el libro de Salmos nos fortalezca en nuestra experiencia de vida y que por medio de él lleguemos a encontrarnos diariamente con Dios, de corazón a corazón, hasta el día en que veamos a Jesucristo cara a cara.
    Dragoslava Santrac, Doctora en Antiguo Testamento, es jefa de redacción de la Enciclopedia adventista del séptimo día en la sede mundial de la Asociación General. Es autora del tomo sobre Salmos 76 a 150 para el Comentario bíblico internacional adventista del séptimo día