En una tienda de Teherán (Irán), la alfombra persa representaba un antiguo
bosque. Recreaba un paisaje suizo: montañas, una cascada, un lago turquesa,
laderas boscosas y un amplio cielo azul salpicado de nubes.
Cualquiera que hubiera estado en aquella tienda podría haber dedicado su
tiempo a anotar los detalles: el número de nudos por centímetro cuadrado, el
tejido de la alfombra, los distintos matices de color utilizados, todas las minucias que daban como resultado la alfombra. O, por el contrario, podría haberse centrado en las técnicas y los temas que daban a la alfombra su belleza
única: el cielo reflejado en el lago, la nieve que cubría las montañas, el bosque
verde complementado por el musgo verde intenso. Los temas de la alfombra se
combinaban entre sí en un despliegue de belleza hábilmente coordinado para
manifestar el esplendor de aquel sereno paraje de los Alpes.
Este trimestre estudiaremos otra obra maestra delicadamente elaborada.
Esta obra no es el resultado de un pincel sobre un lienzo, ni de una fotografía
enmarcada con precisión ni de una alfombra hábilmente tejida. Se trata, más
bien, de la Palabra de Dios, expresada artísticamente en el Evangelio de Juan.
Las palabras tienen significado dentro de su contexto. Para que alguien
entienda lo que la Escritura quiere decir, hay que estudiarla en su contexto:
las frases, los capítulos y las secciones inmediatos, y el mensaje general de la
propia Biblia. Por último, dado que toda la Biblia está inspirada por el Espíritu
Santo, cada parte debe estudiarse en el contexto del todo.
La intención de este trimestre será comprender el mensaje del Evangelio de
Juan, único entre los cuatro evangelios, pues a menudo centra su atención en las
entrevistas de Jesús con solo una o dos personas, como Natanael, Nicodemo, la
mujer junto al pozo, el paralítico de Betesda, el ciego de nacimiento, Lázaro y sus
hermanas, Pilato, Pedro o Tomás. Muchos de estos relatos solo aparecen en Juan.
El Evangelio de Juan es la Palabra de Dios transmitida a nosotros a través
del apóstol. Como toda la Biblia, es iniciativa de la voluntad de Dios más que
de la humana. Juan no fue más que el instrumento voluntario que el Espíritu
Santo utilizó para transmitir muchos temas cruciales: la Palabra (logos), la luz,
el pan, el agua, el Espíritu Santo, la unidad, las señales o milagros, el testimonio
y la profecía. Estos temas se refuerzan e iluminan mutuamente a lo largo del
Evangelio.
El estudio de la Biblia se concentra a menudo en el significado de una palabra o de un breve pasaje de las Escrituras. Comprobamos el significado de
la palabra en un diccionario bíblico. Examinamos la gramática, el contexto
inmediato, el contexto histórico y, utilizando nuestra analogía de la alfombra,
nos enfrascamos en el examen del número de nudos por
centímetro cuadrado, de la tela, los colores y el soporte.
Todos estos detalles son importantes.
Pero no perdamos la visión de conjunto al examinar
los detalles. De hecho, al igual que la alfombra persa
puede transportar a alguien a esa hermosa escena alpina,
el Evangelio de Juan puede transportarnos a la
vida y el ministerio de Jesucristo, cuyo conocimiento
constituye la vida eterna. Los detalles tienen la función
de orientarnos hacia el cuadro general, que en el caso
del Evangelio de Juan es una revelación divinamente
inspirada de Jesús, nuestro Señor y Salvador.
E. Edward Zinke, ex director asociado del Instituto de Investigación
Bíblica de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día,
participa en numerosas actividades y juntas de la iglesia; entre ellas,
colabora como vicepresidente de la Junta del Patrimonio de Elena
de White y es asesor principal de Adventist Review Ministries. Posee
tres doctorados honoris causa de universidades adventistas. Vive en
Maryland, EE. UU.
Thomas Shepherd, Doctor en Teología y en Salud Pública, es investigador y profesor de Nuevo Testamento en el Seminario Teológico
Adventista del Séptimo Día de la Universidad Andrews, donde enseña desde el año 2008. Él y su esposa, Sherry Shepherd, Doctora
en Medicina, han servido como misioneros en Malawi, África, y en
Brasil. Tienen dos hijos adultos y seis nietos.