Lee Marcos 8:31 al 38. CB ¿Qué dice aquí Jesús acerca del costo de seguirlo?
Los discípulos habían llegado a un punto decisivo en su relación con Jesús.
Ahora saben que él es el Mesías. El lector de Marcos lo sabe desde el comienzo
del libro
(Mar. 1:1)
CB
y, por lo tanto, ha tenido una ventaja con respecto a los discípulos, a veces torpes.
En un principio, cuando Jesús los llamó, dijo que los convertiría en pescadores de hombres
(Mar. 1:17).
CB
No hubo problemas entonces. Pero ahora que realmente saben quién es, él les revela el objetivo de su misión: que le es necesario
padecer muchas cosas, ser rechazado, morir y resucitar después de tres días.
Son noticias impactantes. Pedro, quien acaba de confesar que Jesús es el
Mesías, lo lleva aparte y comienza a reprenderlo por decir eso. El evangelista
presenta todo esto en forma de discurso indirecto, pero ahora reporta las palabras de Jesús, palabras que sin duda
dejaron pasmado a Pedro mientras las
escuchaba. El Maestro lo llama Satanás y le dice que se aparte de su camino,
puesto que tales pensamientos no están en armonía con la voluntad de Dios.
“Las palabras de Pedro no eran de naturaleza que fuesen de ayuda y solaz
para Jesús en la gran prueba que lo esperaba. No estaban en armonía con el
misericordioso propósito de Dios hacia un mundo perdido, ni con la lección de
abnegación que Jesús había venido a enseñar por medio de su propio ejemplo”
(DTG 384).
Los seguidores de Jesús están llamados a tener el mismo objetivo que él tiene,
a tomar su cruz y seguirlo. La crucifixión era el método romano de ejecución
más cruel, humillante e intimidatorio. Todos querían evitar la cruz. Por lo tanto,
¿cómo querría alguien adoptar la cruz como símbolo de su devoción a Jesús?
Jesús no solo explica el costo del discipulado, sino también su gran recompensa. En la paradoja de la fe cristiana,
perder la vida llega a ser la manera de
encontrarla. En contraste, ganar el mundo entero pero renunciar a la vida eterna
carece de sentido, así como el misionero Jim Elliot lo expresó en su diario personal el 28 de octubre de 1949: “No es
tonto quien da lo que no puede conservar
para ganar lo que no puede perder”.
“El que ama su vida la perderá; y el que desprecia su vida en este mundo, para
vida eterna la guardará”
(Juan 12:25).
CB
¿Cómo has experimentado la realidad de
estas palabras?
Antes de la crucifixión, el Salvador había predicho a sus discípulos que iba a ser muerto y que resucitaría del
sepulcro, y hubo ángeles presentes para grabar esas palabras en las mentes y en los corazones. Pero los discípulos
esperaban la liberación política del yugo romano y no podían tolerar la idea de que Aquel en quien todas sus esperanzas
estaban concentradas, fuese a sufrir una muerte ignominiosa. Desterraron de su mente las palabras que necesitaban
recordar, y cuando llegó el momento de prueba, los encontró sin la debida preparación. La muerte de Jesús destruyó sus
esperanzas igual que si no se la hubiese predicho. Así también las profecías nos anuncian el porvenir con la misma
claridad con que Cristo predijo su propia muerte a los discípulos. Los acontecimientos relacionados con el fin del
tiempo de gracia y la preparación para el tiempo de angustia han sido presentados con claridad. Pero hay miles de
personas que comprenden estas importantes verdades de modo tan incompleto como si nunca hubiesen sido reveladas. Satanás
procura arrebatar toda impresión que podría llevar a los hombres por el camino de la salvación, y el tiempo de angustia
no los encontrará listos (El conflicto de los siglos, p. 580).
Cuando Cristo le reveló a Pedro que el Salvador pronto pasaría por una prueba y sufrimiento, y Pedro replicó: “En
ninguna manera esto te acontezca”, el Salvador ordenó: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!” Satanás estaba hablando
mediante Pedro, haciendo que él representara la parte del tentador. Pedro no se daba cuenta de la presencia de Satanás,
pero Cristo podía descubrir la presencia del engañador, y al reprochar a Pedro se dirigió al verdadero enemigo.
La obra de Satanás era desanimar a Jesús mientras se esforzaba por salvar a la raza depravada, y las palabras de Pedro
eran precisamente lo que Satanás deseaba oír. Se oponían al plan divino, y cualquier cosa que llevara ese sello
distintivo era una ofensa para Dios. Fueron pronunciadas por instigación de Satanás, pues se oponían a la única medida
que Dios podía tomar para mantener su ley y regir a sus súbditos, y al mismo tiempo salvar al hombre caído. Satanás
esperaba que esas palabras desanimaran y descorazonaran a Cristo, pero Cristo se dirigió al autor de ese pensamiento
diciéndole: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!” (Comentarios de Elena G. de White en_Comentario bíblico adventista del
séptimo día_, t. 5, pp. 1070, 1071).
El que ama a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo, trabajará comprendiendo constantemente que es un
espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. Haciendo suya la voluntad de Dios, revelará en su vida el poder
transformador de la gracia de Cristo. En todas las circunstancias de la vida, tomará el ejemplo de Cristo como guía.
Todo leal y abnegado obrero de Dios tiene la disposición de gastar y ser gastado por causa de otros. Cristo dice: “El
que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. Juan 12:25.
Mediante esfuerzos fervientes y reflexivos para ayudar donde sea necesario, el verdadero cristiano muestra su amor a
Dios y a sus prójimos. Quizá pierda su vida en el servicio. Pero cuando venga Cristo para reunir sus joyas, la
encontrará otra vez (Mensajes selectos, t. 1, p. 100).
Marcos 8:22-3822 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea. 27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. 29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. 30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno. 31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: !!Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. 34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.Mateo 20:29-3429 Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: !!Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: !!Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.Juan 12:2525 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.Marcos 99 También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder. 2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. 3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. 4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. 8 Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo. 9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. 11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 12 Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? 13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él. 14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 16 El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? 17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 19 Y respondiendo él, les dijo: !!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. 20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. 28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. 30 Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. 33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. 36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 37 El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió. 38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. 39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. 42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar. 43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. 50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros. Malaquías 4:5-6 5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.Lucas 9:30-3130 Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; 31 quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. |
Marcos 2:1-3:61 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. 13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. 23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? 25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; 26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? 27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.Marcos 3:1:61 OTRA vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo* le sanaría, a fin de poder acusarle. 3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. 4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo* hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. 6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle. |
Marcos 12:10 CB"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"Jn 10:34-35 CB"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"Jn 13:18 CB"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar." |