Jueves 5 de diciembre | Lección 10
En el Evangelio de Juan, la Escritura desempeña un papel importante al hablarnos de aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida. A lo largo de toda la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, las Escrituras desempeñan un papel clave en la revelación de la verdad. Esto es especialmente cierto cuando se trata de enseñarnos quién es Jesús y qué vino a hacer.
¿Qué dice Jesús aquí acerca de las Escrituras?
Jesús y sus discípulos recurrieron vez tras vez a las Escrituras para validarlo como el Mesías. Cristo dijo: "Si ustedes le creyesen a Moisés, me creerían a mí; porque él escribió de mí. Pero si no creen a sus escritos, ¿cómo creerán en mis palabras?"
¿Por qué es importante que Jesús señalara en primer lugar las Escrituras para revelar el significado de su ministerio?
En otro lugar, citando el libro de Éxodo, Cristo dijo: "¿No han leído lo que dice Dios?" (Mat. 22:31). Zacarías, el padre de Juan el Bautista, se refirió a las promesas de Dios: "Tal como había prometido por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos" (Luc. 1:70). En su sermón del Día de Pentecostés, Pedro dijo: "Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura [...] que el Espíritu Santo había predicho por boca de David" (Hech. 1:16).
La Biblia no es un libro de texto sobre ciencia. No explica cómo dividir el átomo ni cómo hacer cirugía cerebral. Pero hace algo aún más significativo: 7:: porciona el contexto en el que nuestro universo tiene sentido. Es la llave que arre '.a puerta, la luz que permite ver. Sin ella, estaríamos a oscuras acerca de la existencia de Dios, su papel en el universo, nuestro propio origen, el sentido de la vida y el futuro.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Romanos 11. CB■ Qué verdades cruciales enseñadas por la Biblia nunca podríamos aprender mediante la ciencia, ni siquiera en principio?
El Salvador es revelado en la Palabra en toda su belleza y todo su encanto. Cada alma hallará solaz y consuelo en la Biblia, la cual está llena de promesas acerca de lo que Dios hará para los que caminan de acuerdo con la voluntad divina. Los enfermos serán especialmente consolados al oír la Palabra, pues Dios al dar las Escrituras dio a la humanidad una hoja del árbol de la vida que es para la sanidad de las naciones. Cualquiera que lee las Escrituras o que ha escuchado su lectura, ¿cómo puede perder su interés en las cosas celestiales y encontrar placer en las diversiones y las fascinaciones del mundo? (Comentarios de Elena G. de White en_Comentario bíblico adventista del séptimo día_, t. 5, p. 1109).
La Palabra de Dios incluye las escrituras del Antiguo Testamento así como las del Nuevo. El uno no es completo sin el otro. Cristo declaró que las verdades del Antiguo Testamento son tan valiosas como las del Nuevo. Cristo fue el Redentor del hombre en el principio del mundo en igual grado en que lo es hoy…
Los discípulos habían de ir como testigos de la vida, la muerte y la intercesión de Cristo, que los profetas habían predicho. Cristo en su humillación, en su pureza y santidad, en su amor incomparable, había de ser su tema. Y para predicar el evangelio en su plenitud, ellos debían presentar al Salvador no solamente revelado en su vida y enseñanzas, sino predicho por los profetas del Antiguo Testamento y simbolizado por los servicios expiatorios…
En cada época hay un nuevo desarrollo de la verdad, un mensaje de Dios al pueblo de esa generación. Las viejas verdades son todas esenciales; la nueva verdad no es independiente de la vieja, sino un desarrollo de ella. Es únicamente comprendiendo las viejas verdades como podemos entender las nuevas. Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos la verdad de su resurrección, comenzó “desde Moisés, y de todos los profetas”, y “declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Lucas 24:27. Pero es la luz que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo (Exaltad a Jesús, p. 300).
Al predicar a los tesalonicenses, Pablo apeló a las profecías del Antiguo Testamento concernientes al Mesías. Cristo había abierto en su ministerio la mente de sus discípulos a estas profecías; pues “comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Lucas 24:27. Pedro, al predicar a Cristo, había sacado del Antiguo Testamento sus evidencias. Esteban había seguido el mismo plan. Y también Pablo en su ministerio apelaba a las Escrituras que predecían el nacimiento, los sufrimientos, la muerte, resurrección y ascensión de Cristo. Por el inspirado testimonio de Moisés y los profetas, probaba claramente la identidad de Jesús de Nazaret como el Mesías, y mostraba que desde los días de Adán era la voz de Cristo la que había hablado por los patriarcas y profetas (Los hechos de los apóstoles, p. 180).
Escuela Sabática
Un lugar de Estudio
Juan 8:54-58
1 Corintios 1:26-29
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.