Lección 10: Para 7 de diciembre de 2024
EL CAMINO, LA VERDAD
Y LA VIDA
- Audio Lección -
Lección 10 | Miércoles 4 de diciembre
YO SOY LA VERDAD
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¿Cómo vincula Juan el concepto de verdad directamente con Jesús?
El Evangelio de Juan relaciona repetidamente la verdad con
Jesús, con su Padre y con el Espíritu Santo. La verdad está relacionada con
Jesús, quien es la Palabra
(
logos),
y con la luz en contraste con las tinieblas
Asimismo, la mentira está relacionada con el diablo y el pecado
Por consiguiente, la verdad no es, en el Evangelio de Juan^simplemente una cuestión de hechos y cifras; más que eso, la idea de verdad contiene un aspecto moral de fidelidad a Dios y a su voluntad.
"Hay muchas personas que están clamando por el Dios viviente, y anhelan la presencia divina. Las teorías filosóficas o los ensayos literarios, por brillantes que sean, no pueden satisfacer el corazón. Los asertos y las invenciones de los hombres no tienen ningún valor. Que la Palabra de Dios hable a la gente. Que los que han escuchado solo tradiciones, teorías y máximas humanas oigan la voz del Ser cuya palabra puede renovar el alma para vida eterna" (Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, p. 22).
Piensa en lo que significa que Jesús sea la Verdad.
Jesús es el
logos, la Palabra que estaba con Dios desde el
principio, el Creador de todo lo que existe
Uno con el Padre desde la eternidad y por la eternidad, Jesús tiene las
características del Padre y, por lo tanto, también es el "YO SOY".
Su Ser no está sujeto a nada ni a nadie. Nada de lo que existe, incluyendo
el conocimiento, existe aparte de él. Todo lo que existe y fue creado lo fue
solo por obra de Jesús y existe también solo por su poder sustentador.
"Por él fueron creadas todas las cosas, las que están en los cielos
y las que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, dominios,
principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él.
Porque Cristo existía antes de todas las cosas, y todas las cosas
subsisten en él"
Jesús no es simplemente la encarnación de la verdad: él es la Verdad. La verdad no es un concepto o una construcción teórica, es una Persona.
La verdad, Jesucristo, puede compararse con el Sol, que
ilumina el mundo
En tal sentido, C. S. Lewis dijo acerca del
cristianismo: "Creo en el cristianismo como creo que ha salido el Sol,
no solo porque lo veo, sino porque por él veo todo lo demás"
("Is theology poetry? [¿Es la teología poesía?]"
[Samizdat University Press, 2014], p. 15; presentado originalmente en 1944)-
Es por medio de Jesús, la Verdad, como somos capaces de interpretar correctamente el mundo que nos rodea.
La verdad en Cristo y por medio de Cristo es inconmensurable. El que estudia las Escrituras, mira, por así decirlo,
dentro de una fuente que se profundiza y se amplía a medida que más se contemplan sus profundidades. No comprenderemos
en esta vida el misterio del amor de Dios al dar a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. La obra de nuestro
Redentor sobre esta tierra es y siempre será un tema que requerirá nuestro más elevado esfuerzo de imaginación. El
hombre puede utilizar toda facultad mental en un esfuerzo por sondear este misterio, pero su mente desfallecerá y se
abatirá. El investigador más diligente verá delante de él un mar ilimitado y sin orillas (Palabras de vida del gran
Maestro, p. 99).
Vivimos en un tiempo cuando Satanás está trabajando con todo su poder para desalentar y derrotar a los que se esfuerzan
por servir a Dios. Pero no debemos fallar ni desanimarnos. Tenemos que ejercitar una mayor fe en Dios. Debemos confiar
en su Palabra viviente. A menos que nos aferremos de lo alto con mayor firmeza, nunca seremos capaces de derrotar a los
poderes de las tinieblas que se verán y se sentirán en cada departamento de la obra.
Las cisternas de la tierra se vaciarán a menudo, y sus fuentes se secarán; pero en Cristo se halla un manantial vivo del
cual podemos beber continuamente. No importa cuánta agua saquemos para compartir con los demás, siempre quedará en
abundancia. No hay peligro de agotar el suministro; porque Cristo es la fuente inagotable de la verdad (Testimonios para
la iglesia, t. 7, p. 262).
Cuando el pecado de Adán hundió a la raza en la miseria y la desesperación, Dios podría haberse separado de los caídos
pecadores. Podría haber enviado a sus ángeles para que derramaran sobre nuestro mundo las copas de su ira. Podría haber
hecho desaparecer esta oscura mancha del universo. Pero no lo hizo. En lugar de echarlos de su presencia, se acercó más
a la raza caída. Dio a su Hijo para que llegara a ser hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne. “Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros… lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14. Cristo, mediante su relación con los
seres humanos, puso al hombre más cerca de Dios todavía. Revistió su naturaleza divina con el manto de la humanidad, y
demostró ante el universo celestial, ante los mundos no caídos, cuánto ama Dios a los hijos de los hombres.
El don de Dios en favor del hombre excede a todo cálculo. Nada se escatimó. Dios no podía permitir que se dijera que
podía haber hecho algo más, que podía revelar a la humanidad un amor mayor. En el don de Cristo, dio todo el cielo (La
maravillosa gracia de Dios, p. 53).
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois
muchos
sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos
nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios,
para
avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió
Dios,
para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para
deshacer lo que
es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.