PARA MEMORIZAR: “También les dijo: ‘El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado. Así, el Hijo del hombre es también Señor del sábado’ ” (Mar. 2:27, 28)

 
Lección 3: Para el 20 de julio de 2024
CONTROVERSIAS


Domingo 14 de julio
LA CURACIÓN DE UN PARALÍTICO


- Audio Lección -

Lee Marcos 2:1 al 12.    CB    ¿Qué quería el paralítico cuando fue traído ante Jesús, y qué recibió?



El hombre estaba paralítico; sus cuatro amigos, por lo tanto, tuvieron que llevarlo hasta Jesús. Tras perforar el techo y hacer descender al hombre hasta la presencia de Jesús, Marcos 2:5    CB    destaca el hecho de que Jesús vio la fe de ellos. ¿Cómo puede la fe resultar visible? Al igual que el amor, llega a ser visible en virtud de las acciones que motiva, como lo ilustra claramente la persistencia de los amigos.

La necesidad obvia del hombre era física. Sin embargo, cuando llega ante la presencia de Jesús, las primeras palabras que Jesús pronuncia tienen que ver con el perdón de pecados. El hombre no pronuncia palabra alguna durante toda la escena. En lugar de ello, son los dirigentes religiosos quienes objetan (mentalmente) lo que Jesús acaba de decir. Consideran que sus palabras son blasfemas, que difaman a Dios y que significan arrogarse prerrogativas que pertenecen solo a Dios.

Jesús sale al encuentro de sus objetores en su mismo terreno usando un estilo de argumentación típicamente rabínico llamado “de lo menor a lo mayor”. Una cosa es decir que los pecados de una persona son perdonados; otra cosa es lograr que una persona paralítica vuelva a caminar. Si Jesús puede hacer que el hombre vuelva a caminar por el poder de Dios, su aseveración acerca del perdón de pecados resulta corroborada.

Lee Miqueas 6:6 al 8.    CB    ¿Cómo explica este texto lo que está sucediendo entre Jesús y los dirigentes religiosos?



Estos dirigentes religiosos habían perdido de vista lo que realmente importaba: la justicia, la misericordia y la conducta humilde ante Dios. Estaban tan obsesionados defendiendo su manera de entender a Dios que no veían la actuación de Dios ante sus propios ojos. Nada indicó que hubieran cambiado de manera de pensar acerca de Jesús, aun cuando les dio sobradas evidencias de que procedía de Dios, no solo al demostrarles que podía leer su mente, sino también sanando al paralítico en presencia de ellos, y de una manera que no podían negar.
¿Cómo podemos evitar caer en la misma trampa que estos hombres, tan obsesionados por las formas de la religión que perdieron de vista lo que era realmente importante en la religión verdadera (ver Santiago 1:27)?    CB   








Comentarios Elena G.W

El efecto producido en el pueblo por la curación del paralítico fue como si el cielo se hubiera abierto para revelar las glorias de un mundo mejor. Al salir el que había sido curado por entre la muchedumbre, bendiciendo a Dios a cada paso y llevando su carga como si no pesara más que una pluma, el pueblo se apartaba para dejarle pasar, mirándolo con extrañeza y susurrando: “Hemos visto maravillas hoy”. Lucas 5:26.
Hubo gran regocijo en la casa del paralítico cuando este volvió trayendo con facilidad la cama en que lentamente lo habían llevado de su presencia. Le rodearon con lágrimas de gozo, pudiendo apenas creer lo que sus ojos veían. Allí estaba él delante de ellos en todo el vigor de la virilidad. Aquellos brazos que ellos habían visto sin vida, obedecían con rapidez a su voluntad. La carne antes encogida y plomiza, ahora la veían fresca y sonrosada. El hombre andaba con paso firme y con soltura. El gozo y la esperanza se dibujaban en todo su semblante; y una expresión de pureza y paz había reemplazado las señales del pecado y del padecimiento. Una gozosa gratitud subía de aquella casa, y Dios resultaba glorificado por medio de su Hijo, quien había devuelto esperanza al desesperado, y fuerza al agobiado. Aquel hombre y su familia estaban dispuestos a dar la vida por Jesús. Ninguna duda obscurecía su fe, ninguna incredulidad disminuía su lealtad para con Aquel que había traído luz a su lóbrego hogar (El ministerio de curación, pp. 52, 53).
Jesús sabía que no podía hacer ningún bien a los escribas y fariseos a menos que se vaciaran de su suficiencia propia. Escogió odres nuevos para su vino nuevo de doctrina, e hizo de pescadores y creyentes ignorantes los heraldos de su verdad al mundo. Y sin embargo, aunque su doctrina parecía nueva al pueblo, en realidad no era una nueva doctrina, sino la revelación del significado de lo que había sido enseñado desde el principio. El propósito de Cristo era que sus discípulos tomaran la verdad sencilla y sin adulteraciones como la guía de su vida. No debían añadir a sus palabras ni dar un sentido forzado a sus declaraciones. No debían interpretar en forma mística las sencillas enseñanzas de las Escrituras ni depender de recursos teológicos para construir alguna teoría de origen humano. Las verdades vitales y sagradas fueron debilitadas en su significado cuando se le dio un sentido místico a las sencillas palabras de Dios, entre tanto que se le daba importancia a las teorías humanas (Comentarios de Elena G. de White en_Comentario bíblico adventista del séptimo día_, t. 5, p. 1064).
Se observa mucha humildad espasmódica y espuria entre los cristianos profesos. Algunos, decididos a vencer el yo, se ponen tan bajo como sea posible; pero tratan de hacerlo con sus solas fuerzas, y la siguiente ola de alabanzas o adulación los eleva fuera de la vista. No están dispuestos a someterse completamente a Dios, y él no puede obrar por medio de ellos.
No acepten ninguna alabanza para sí mismos. No trabajen con una mente dividida, tratando de servir a Dios y al yo al mismo tiempo. Mantengan el yo fuera de la vista. Conduzcan sus palabras a los cansados y cargados a Jesús, el Salvador compasivo. Trabajen como viendo al que está a su mano derecha, listo para fortalecerlos para el servicio. La única seguridad para ustedes está en la dependencia total de Cristo (Mente, carácter y personalidad, t. 1, p. 39).






Marcos 2:1-3:6   

2 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. 13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. 23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? 25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; 26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? 27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo. 3 Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. 2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. 3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. 4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. 6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.

Miqueas 6:6-8   

6 ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? 7 ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? 8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

1 Samuel 21:1-6   

21 Vino David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y se sorprendió Ahimelec de su encuentro, y le dijo: ¿Cómo vienes tú solo, y nadie contigo? 2 Y respondió David al sacerdote Ahimelec: El rey me encomendó un asunto, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado; y yo les señalé a los criados un cierto lugar. 3 Ahora, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que tengas. 4 El sacerdote respondió a David y dijo: No tengo pan común a la mano, solamente tengo pan sagrado; pero lo daré si los criados se han guardado a lo menos de mujeres. 5 Y David respondió al sacerdote, y le dijo: En verdad las mujeres han estado lejos de nosotros ayer y anteayer; cuando yo salí, ya los vasos de los jóvenes eran santos, aunque el viaje es profano; ¿cuánto más no serán santos hoy sus vasos? 6 Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de Jehová, para poner panes calientes el día que aquéllos fueron quitados.

Marcos 3:20-35   

20 Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. 21 Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí. 22 Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. 23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? 24 Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. 25 Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. 26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. 27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa. 28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. 30 Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo. 31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. 32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. 33 El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? 34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Lucas 12:53   

53 Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.

Lucas 14:26   

26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.



Marcos 2:1-3:6   

1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. 13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. 23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? 25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; 26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? 27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

Marcos 3:1:6   

1 OTRA vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo* le sanaría, a fin de poder acusarle.
3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo* hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.




Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."