PARA MEMORIZAR:
“Dijo también: ‘Miren lo que oyen. Con la medida con que miden los medirán otros, y aun les será añadido. Al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado’ ” (Mar. 4:24, 25).

 
Lección 4: Para el 27 de julio de 2024
PARÁBOLAS


Viernes 26 de julio

- Audio Lección -

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee el capítulo titulado “La siembra de la verdad” en el libro Palabras de vida del gran Maestro, de Elena de White, pp. 16-42.

“La verdadera santidad es integridad en el servicio a Dios. Esta es la condición de la verdadera vida cristiana. Cristo pide una consagración sin reserva, un servicio indiviso. Pide el corazón, la mente, el alma, las fuerzas. No debe agradarse al yo. El que vive para sí no es cristiano.

“El amor debe ser el principio de la acción. El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios en los Cielos y la Tierra, y debe ser el fundamento del carácter del cristiano. Solo esto puede hacerlo y mantenerlo estable. Solo esto puede habilitarlo para resistir la prueba y la tentación.

“Y el amor se revelará en sacrificio. El plan de redención fue fundado en sacrificio; un sacrificio tan amplio, tan profundo y tan alto que es inconmensurable. Cristo lo dio todo por nosotros, y quienes reciban a Cristo estarán listos para sacrificarlo todo por la causa de su Redentor. El pensamiento de su honor y de su gloria vendrá antes que ninguna otra cosa” (Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 29,30 ).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

“El amor debe ser el principio de la acción. El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios en los Cielos y la Tierra”. ¿Cómo nos revela la Cruz esta asombrosa verdad? ¿Cómo podemos reflejar esta clase de amor en nuestra s vida? ¿Por qué debemos hacerlo?

1. ¿Cómo responderías a alguien que insistiera en que Jesús dijo parábolas para mantener en la oscuridad a quienes no estaban entre sus seguidores? ¿Por qué Jesús, que murió por todos los seres humanos (ver 1 Juan 2:2), mantendría deliberadamente en la oscuridad a las personas por cuya salvación murió en la Cruz?
2. Se espera que una luz esté en un candelero, no debajo de una cesta para medir cereales (Mar. 4:21). Aplica este principio al compromiso de tu iglesia local con la comunidad. ¿Cómo pueden elevar más la luz?
3. Considera la parábola acerca del crecimiento de la semilla (Mar. 4:26- 29). ¿Qué papel juegan los seres humanos en contribuir al crecimiento de la semilla del evangelio, y cuál es la parte de Dios? Aunque obviamente cumplimos un papel, ¿cómo podemos asegurarnos de depender totalmente de Dios? ¿Podría esta actitud de dependencia total ser parte de lo que necesitamos hacer para crecer?
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Lee Marcos 4:26 al 29.    CB    ¿Cuál es el foco primario de esta parábola?



La mayor parte del Evangelio de Marcos tiene paralelos en Mateo, en Lucas o en ambos. Pero ese no es el caso de esta parábola, que aparece solo en Marcos. El foco temático de esta breve parábola es el proceso de crecimiento. Jesús indica que así es como funciona el Reino de Dios. Los humanos tienen una parte en el proceso, pero el crecimiento real es obra de Dios. No es un proceso interminable.

La historia termina abruptamente con la maduración del grano. Así es como la segunda venida de Cristo pondrá súbitamente fin a la historia de nuestro mundo.

Lee Marcos 4:30 al 32.    CB    ¿Cuál es el énfasis importante en la parábola de la semilla de mostaza?



Esta parábola destaca cómo algo tan diminuto crece hasta convertirse en algo notablemente grande. Las semillas de mostaza miden entre 1 y 2 milímetros de diámetro. La planta descrita aquí es probablemente la mostaza negra (Brassica nigra), que tiene semillas muy pequeñas (más de setecientas de ellas juntas pesan apenas un gramo). Aunque no son las más diminutas del mundo, son bastante pequeñas, especialmente en comparación con la planta que producen, que puede alcanzar una altura de tres metros. Jesús destaca el hecho de que aun los pájaros anidan en sus ramas. Esta última referencia alude a Salmos 104:12    CB    y a Daniel 4:10 al 12.    CB    El Salmo 104 se refiere al poder de Dios cuando creó el mundo, y Daniel 4 representa a Nabucodonosor como un gran árbol debajo del cual todos encuentran sombra y alimento.

El punto que Jesús destaca es que el Reino de Dios, que fue muy pequeño al comienzo, llegará a ser grande e impresionante. En los días de Jesús, la gente pudo haber mirado con desprecio al predicador galileo itinerante, cubierto de polvo y con su pequeño grupo de discípulos, pero el tiempo ha mostrado que su reino de gracia sigue expandiéndose por todo el mundo.

“Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). Considera cómo era la “iglesia” cuando Jesús hizo esa predicción. ¿Por qué esta es una predicción tan notable y reafirmadora de la fe para nosotro


Comentarios Elena G.W

   A Jesús enseñó por ilustraciones y parábolas sacadas de la naturaleza y de los acontecimientos familiares de la vida
   diaria… De esta manera asociaba las cosas naturales con las espirituales, vinculando las cosas de la naturaleza y la
   vida de sus oyentes con las verdades sublimes de la Palabra escrita. Y más tarde, cuandoquiera sus ojos cayesen sobre
   los objetos que él había asociado con la verdad eterna, oirían repetidas sus lecciones.
                                               
   Una de las parábolas más hermosas e impresionantes de Cristo es la del sembrador y la semilla. “Así es el reino de Dios
   —dijo él—, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota
   y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en
   la espiga”. Marcos 4:26-28… El que dio esta parábola era el mismo que había creado la diminuta simiente, le había dado
   sus propiedades vitales, y ordenado las leyes que debían gobernar su crecimiento; e hizo de ella una ilustración viva de
   la verdad tanto en el mundo natural como en el espiritual (Consejos para los maestros, p. 132).
                        
   Mientras Jesús presentaba esta parábola, podían verse plantas de mostaza lejos y cerca, elevándose por sobre la hierba y
   los cereales, meciendo suavemente sus ramas en el aire. Los pájaros revoloteaban de rama en rama, y cantaban en medio de
   su frondoso follaje. Sin embargo la semilla que dio origen a estas plantas gigantes era una de las más pequeñas. Al
   principio proyectó un tierno brote; pero era de una potente vitalidad, y creció y floreció hasta que alcanzó el gran
   su número, era presentado repetidas veces como razón por la cual los hombres no debían unirse con estos sencillos
   escadores que seguían a Jesús. Pero la semilla de mostaza había de crecer y extender sus ramas a través del mundo.
   Cuando pereciesen los gobiernos terrenales, cuya gloria llenaba entonces los corazones humanos, el reino de Cristo
   seguiría siendo una fuerza poderosa y de vasto alcance (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 55, 56).
                        
    [The] kingdom of Christ is like no earthly government. It is a representation of the characters of those who compose the
    kingdom. “Whereunto shall we liken the kingdom of God?” Christ asked, “or with what comparison shall we compare it?” He
    could find nothing on earth that would serve as a perfect comparison. His court is one where holy love presides, and
    whose offices and appointments are graced by the exercise of charity. He charges His servants to bring pity and
    loving-kindness, His own attributes, into all their office work, and to find their happiness and satisfaction in
    reflecting the love and tender compassion of the divine nature on all with whom they associate (Comentarios de Elena G.
    de White en Comentario bíblico adventista, t. 5, p. 1111).


Marcos 4:1-34   

1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. 2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: 3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga. 10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. 11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. 13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 21 También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. 23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. 30 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? 31 Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; 32 pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra. 33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.

Santiago 1:21   

21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

Isaías 6:1-13   

6 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. 8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. 9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad. 11 Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; 12 hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra. 13 Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.

Salmos 104:12   

12 A sus orillas habitan las aves de los cielos;Cantan entre las ramas.

Salmos 104:12   

10 Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande. 11 Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. 12 Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.

Marcos 2:1-3:6   

1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. 13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. 23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? 25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; 26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? 27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

Marcos 3:1:6   

1 OTRA vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo* le sanaría, a fin de poder acusarle.
3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo* hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.




Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."