PARA MEMORIZAR: "Y decían a la mujer: 'Ya no creemos solo por tu palabra, sino porque nosotros mismos lo hemos oído, y sabemos que en verdad este es el Salvador del mundo' " (Juan 4:42).
 
Lección 5: Para el 2 de noviembre de 2024
EL TESTIMONIO DE LOS SAMARITANOS



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Lección 5 | Martes 29 de octubre

"SEÑOR, DAME DE ESA AGUA"

"Esparciré sobre ustedes agua limpia, y serán limpiados de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré mi Espíritu dentro de ustedes, y haré que anden en mis mandamientos, que guarden mis normas, y las cumplan" (Eze. 36:25-27).

¿De qué manera refleja Ezequiel 36:25 al 27    CB    las verdades que Jesús trataba de comunicar a Nicodemo y a la mujer junto al pozo?



En ambos casos, Jesús procuraba alcanzar a estas personas con verdades espirituales, aunque usó ilustraciones del mundo natural para hacerlo.

Ninguna de las dos personas entendió en un principio lo que Jesús quería decir. ¿Cómo puede un hombre nacer de nuevo?, preguntó Nicodemo. Es decir, ¿cómo puede volver al vientre de su madre? Nicodemo pensaba en términos mundanos, terrenales, aunque Jesús le estaba señalando claramente la verdad espiritual. La mujer interpretó también las palabras de Jesús acerca del agua en un sentido literal, a pesar de que Jesús estaba hablando claramente de algo espiritual.

La respuesta de la mujer al ofrecimiento de agua viva por parte de Jesús fue: "Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed ni venga aquí a sacarla'" (Juan 4:15). Razonó que el agua que Jesús ofrecía le evitaría los viajes al pozo, reduciendo así el riesgo de enfrentarse a otros. Llama la atención el rápido giro de la conversación desde el pedido de agua por parte de Jesús hasta la solicitud de ella.

Lee Juan 4:16.    CB    ¿Cómo respondió Jesús a la petición de la mujer?



Jesús cambia súbitamente el tema de la conversación y pide a la mujer que vaya a llamar a su marido y vuelva. ¿A qué se debe este repentino cambio de tema? Las acciones de la mujer denotaban evasión. Jesús pudo leer su corazón. Ella debía afrontar su situación para ser sanada de su condición. "Antes de que esa alma pudiese recibir el don que él anhelaba concederle, debía ser inducida a reconocer su pecado y su Salvador" (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 157).

Reavivados por su Palabra: Hoy, Hechos 2.   


Comentarios Elena G.W

La gran diferencia que había entre los judíos y los samaritanos se relacionaba con ciertas creencias religiosas, respecto a qué constituye el verdadero culto. Los fariseos no acostumbraban decir nada bueno de los samaritanos, sino que echaban sobre ellos sus más amargas maldiciones. Tan fuerte era la antipatía entre los judíos y los samaritanos, que a la mujer samaritana le pareció una cosa extraña que Cristo le pidiera de beber (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 313, 314).

El Príncipe de los maestros procuraba llegar al pueblo por medio de las cosas que le resultaban más familiares. Presentaba la verdad de un modo que la dejaba para siempre entretejida con los más santos recuerdos y simpatías de sus oyentes. Enseñaba de tal manera que les hacía sentir cuán completamente se identificaba con los intereses y la felicidad de ellos. Tan directa era su enseñanza, tan adecuadas sus ilustraciones, y sus palabras tan impregnadas de simpatía y alegría, que sus oyentes se quedaban embelesados. La sencillez y el fervor con que se dirigía a los necesitados santificaban cada una de sus palabras.

¡Qué vida atareada era la suya! Día tras día se le podía ver entrando en las humildes viviendas de los menesterosos y afligidos para dar esperanza al abatido y paz al angustiado. Henchido de misericordia, ternura y compasión, levantaba al agobiado y consolaba al afligido. Por doquiera iba, llevaba la bendición (El ministerio de curación, pp. 14, 15).

Jesús vino para impartir el Espíritu Santo al alma humana. Mediante ese Espíritu, el amor de Dios es difundido en el corazón, pero es imposible conceder el Espíritu Santo a los hombres que están cristalizados en sus ideas, cuyas doctrinas son todas estereotipadas e inmutables, que caminan de acuerdo con las tradiciones y mandamientos de los hombres, como lo hicieron los judíos en el tiempo de Cristo. Ellos eran muy minuciosos en los ritos de la iglesia, muy rigurosos en seguir sus formas, pero estaban destituidos de vitalidad y consagración religiosa. Fueron representados por Cristo como los cueros secos que entonces se usaban como recipientes. El evangelio de Cristo no podía ser colocado en sus corazones, pues no había lugar para recibirlo. No podían ser los nuevos odres en los cuales él pudiera derramar su vino nuevo. Cristo estuvo obligado a buscar odres para su doctrina de verdad y vida entre otras personas que no eran los escribas y los fariseos. Tuvo que buscar hombres que estuvieran dispuestos a recibir la regeneración del corazón. Vino a dar nuevos corazones a los hombres. Él dijo: “Os daré corazón nuevo”. Pero los que tenían justicia propia en aquellos días y los de estos días, no sentían ni sienten la necesidad de tener un corazón nuevo. Jesús pasó por alto a los escribas y fariseos porque no sentían la necesidad de un Salvador (Mensajes selectos, t. 1, pp. 452, 453).


Juan 1:19-23   

19 Éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén para que le preguntasen: «¿Tú, quién eres?» 20 Y él confesó, y no negó, sino que confesó: «Yo no soy el Cristo». 21 Le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?» Y él respondió: «No lo soy». «¿Eres tú el profeta?» Y él respondió: «No». 22 Entonces le dijeron: «¿Quién eres tú, para que podamos dar respuesta a los que nos enviaron? ¿Qué dices de ti mismo?» 23 Él respondió: «Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: "Enderezad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías».

Isaías 40:1-5   

1 Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén, decidle a voces que su tiempo ha terminado, que su iniquidad ha sido perdonada, que doble castigo ha recibido de la mano del Señor por todos sus pecados. 3 Voz que clama: Preparad camino al Señor en el desierto; allanad calzada en la soledad para nuestro Dios. 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y colina; lo áspero conviértase en llanura, y lo escarpado en valle ancho. 5 Entonces se revelará la gloria del Señor, y toda carne a una la verá, porque la boca del Señor ha hablado.

Juan 1:29-37   

29 Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él y dijo: «¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! 30 Este es aquel de quien yo dije: “Después de mí viene un hombre superior a mí, porque existía antes que yo”. 31 Yo no lo reconocí, pero para que se manifestara a Israel, vine yo bautizando en agua.» 32 Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y ​​permaneció sobre él. 33 Yo no lo reconocí, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo”. 34 Yo mismo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.» 35 Al día siguiente estaba otra vez Juan con dos de sus discípulos, 36 y viendo a Jesús que pasaba, dijo: «¡He aquí el Cordero de Dios!» 37 Los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús.

Romanos 5:6   

6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Juan 1:35-39   

35 Al día siguiente Juan estaba allí otra vez con dos de sus discípulos, 36 y viendo a Jesús que pasaba, dijo: He aquí el Cordero de Dios. 37 Los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús. 38 Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido significa Maestro), ¿dónde moras? 39 Él les dijo: Venid y lo veréis. Fueron, pues, y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. 43 Al día siguiente, Jesús se propuso ir a Galilea, y encontró a Felipe. Jesús le dijo: Sígueme. 44 Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. 45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. 46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le dijo: Ven y lo verás. 47 Jesús vio a Natanael que se acercaba y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48 Natanael le dijo: ¿De dónde me conoces? Jesús le respondió: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. 50 Respondió Jesús y le dijo: Porque te dije que te vi debajo de la higuera, ¿crees? Cosas mayores que éstas verás. 51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis los cielos abiertos y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.

Juan 3:1-21   

1 Había un hombre de los fariseos llamado Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si Dios no está con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le respondió: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Nicodemo le respondió: ¿Cómo puede ser esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo: lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado; 15 para que todo aquel que cree, tenga en él vida eterna. 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; 19 Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo , aborrece la luz y no viene a la luz por temor a que sus obras sean reprendidas. 21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.



1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."