PARA MEMORIZAR:
“Entonces verán al Hijo del hombre que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Entonces él enviará a sus ángeles y juntará a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo” (Mar. 13:26, 27).

 
Lección 10: Para el 7 de septiembre de 2024
LOS ÚLTIMOS DÍAS


Jueves 5 de septiembre
LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE


- Audio Lección -

Lee Marcos 13:24 al 32.    CB    ¿Qué gran evento se describe aquí?



Este evento no es otro que el regreso de Cristo en gloria, precedido por señales en el Sol, la Luna y las estrellas. El Nuevo Testamento está lleno de profecías que apuntan hacia este maravilloso evento. El apóstol Pablo lo describe en detalle en 1 Tesalonicenses 4:13 al 18,    CB    donde dice que quienes han muerto en Cristo serán traídos nuevamente a la vida y llevados junto con los santos vivientes para encontrarse con Cristo en el aire. En 1 Corintios 15,    CB    el apóstol habla en detalle acerca de la realidad de la resurrección de los muertos, lo que ocurre en ocasión del regreso de Cristo.

Pedro describe también ese gran día en 2 Pedro 3:3 al 13.    CB    Allí explica que el Señor no retarda su promesa, sino que quiere que todos se arrepientan. Apocalipsis también contiene vívidas descripciones del retorno de Cristo (ver Apoc. 1:7; 6:12-17; 14:14-20; 19:11-21). El Nuevo Testamento enseña consistentemente que el retorno de Cristo será personal, literal, visible y audible. Todos lo verán cuando venga.

Sin embargo, ¿a qué se refería Jesús cuando usó las expresiones “esta generación”, “ese día” y “esa hora”? Estas palabras han preocupado a muchos porque, obviamente, la generación a la que habló Jesús ha muerto hace mucho.

Se han sugerido varias explicaciones para este pasaje. Algunos argumentan que la palabra “generación” puede referirse a una raza o pueblo, los judíos en este caso. Esto implicaría que el pueblo judío no perecería antes de que Cristo regrese. Otra solución es que la palabra en cuestión haga referencia a la generación de quienes sean testigos del cumplimiento de todas las señales, quienes no morirán antes del regreso de Cristo.

Una solución más simple es notar que en Marcos 13:30 Jesús usa la palabra “esta” en la expresión “esta generación”, mientras que en Marcos 13:32 emplea la palabra “ese” en la frase “de ese día y de la hora”. En Marcos 13, la palabra “esta” (houtos, hautē, touto) aparece con mayor frecuencia en los versículos 1 al 13, antes de la destrucción de Jerusalén. Por su parte, la palabra “ese” caracteriza la última parte del capítulo.

Por lo tanto, lo más probable es que “esta generación” se refiera a la generación que vivía en el siglo primero, quienes fueron testigos de la destrucción de Jerusalén, como lo describe Marcos 13:30. No obstante, Marcos 13:32 se refiere en cambio a la segunda venida de Cristo, lo que está aún en el futuro y distaba del primer siglo. En consecuencia, Marcos 13:32 utiliza la expresión “ese día” para referirse a eventos distantes en el tiempo respecto del primer siglo


Comentarios Elena G.W

[Jesús]respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían”. Una gran porción de aquellos que profesan esperar a Cristo exigirían tanto como lo exigieron los fariseos que los discípulos callasen, y levantarían sin duda el clamor: “¡Fanatismo!…” Y los discípulos, que extendían sus ropas y palmas sobre el camino, serían considerados como extravagantes y desenfrenados. Pero Dios quiere tener un pueblo en la tierra que no sea tan frío ni muerto, sino que pueda alabarle y glorificarle. Quiere recibir la gloria de algunas personas, y si aquellos a quienes escogió, los que guardan sus mandamientos, callan, las mismas piedras clamarán (Primeros escritos, p. 109).

Cristo pronto ha de venir en las nubes de los cielos, y debemos prepararnos para salir a su encuentro, sin mancha ni arruga ni cosa semejante. Hemos de aceptar ahora la invitación de Cristo. Él dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:28, 29…

El poder transformador de Dios debe estar en nuestros corazones. Debemos estudiar la vida de Cristo e imitar el Modelo divino. Debemos contemplar la perfección de su carácter y ser transformados a su imagen. Nadie entrará en el reino de los cielos a menos que su voluntad sea llevada cautiva a la voluntad de Cristo.

El cielo está libre de todo pecado, de toda contaminación e impureza; y si hemos de vivir en su atmósfera, si hemos de contemplar la gloria de Cristo, debemos ser puros de corazón, perfectos en carácter por medio de su gracia y justicia (Reflejemos a Jesús, p. 14).

El momento exacto de la segunda venida de Cristo no ha sido revelado. Jesús dijo: “Pero del día y la hora nadie sabe”. Sin embargo dio señales de su venida, y dijo: “Cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”Mateo 24:48, 36, 33. Las ofreció como manifiestas señales de su venida: “Levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. Lucas 21:28… Puesto que no conocemos la hora de la venida de Cristo, debemos vivir sobria y piadosamente en este mundo, “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.

Su pueblo ha de preservar sus características peculiares como sus representantes. Hay una obra que cada uno de ellos ha de hacer. El rico brindará sus medios, el honrado su influencia, el sabio su sabiduría, el pobre su virtud, si desean ser efectivos obreros con Dios. Han de entregarse a sí mismos en una correcta relación con Dios, a fin de que puedan reflejar la luz de la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Jesucristo (Reflejemos a Jesús, p. 250).


Apocalipsis 1:7   

7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

Apocalipsis 6:12-17   

12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Apocalipsis 14:14-20   

14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. 15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. 16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. 17 Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. 18 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. 19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. 20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.

Apocalipsis 19:11-21   

11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SE~NOR DE SE~NORES. 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

Marcos 12:41-13:32   

41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. 43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento. 13 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. 3 Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: 4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? 5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; 6 porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. 7 Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin. 8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos. 9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. 10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. 11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 15 El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; 16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. 17 Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; 19 porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. 20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. 21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. 23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes. 24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. 26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. 28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 30 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.

Daniel 9:24-27   

24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

Daniel 7:25   

25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

1 Tesalonicenses 4:13-18   

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.




Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."