PARA MEMORIZAR: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1).
 
Lección 3: Para el 19 de octubre de 2024
LA HISTORIA DE FONDO: EL PRÓLOGO



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Lección 3 | Domingo 13 de octubre

EN EL PRINCIPIO: EL LOGOS DIVINO

Lee Juan 1:1 al 5.    CB    ¿Qué revelan estas palabras acerca de Jesucristo, el Verbo?

El Evangelio de Juan comienza con este asombroso pensamiento: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1). Esta hermosa frase encierra una profundidad de pensamiento que apenas podemos abarcar.

En primer lugar, el evangelista alude al relato de la Creación: "En el principio" (Gén. 1:1). El Verbo ya estaba presente antes del principio del universo. Juan afirma así la existencia eterna de Jesús.

A continuación, Juan declara: "Y el Verbo estaba con Dios". En Juan 1:18, el evangelista afirma que Dios el Hijo está "en el seno del Padre". Sea cual fuere el significado de esas palabras, una cosa es segura: Jesús y el Padre están íntimamente unidos.

Y luego dice: "Y el Verbo era Dios". Pero ¿cómo puede el Verbo estar con Dios y al mismo tiempo ser Dios? La respuesta se encuentra en el texto original en griego, en el que existe el artículo definido ("el"), pero no el indefinido ("un", "uno"). Lo importante para nosotros es que el artículo definido ("el") en griego indica particularidad; es decir, un objeto o persona en particular.

En la frase "el Verbo estaba con Dios", el término "Dios" tiene el artículo en el original en griego; por lo tanto, apunta a un individuo en particular, el Padre. Y el Verbo estaba con el Padre. En la frase "y el Verbo era Dios", el término Dios no lleva el artículo, lo que, en este contexto, señala las características de la divinidad. Jesús es Dios; no es Dios el Padre, sino el Hijo divino de Dios, la segunda Persona de la Deidad.

El apóstol corrobora esto en Juan 1:3 y 4, donde dice que Jesús es el Creador de todas las cosas. Es decir, todo lo que una vez no existía llegó a la existencia en virtud de la actividad creadora de Jesús, el Dios creador.

"Desde los días de la eternidad, el Señor Jesucristo era uno con el Padre; era 'la imagen de Dios', la imagen de su grandeza y majestad, 'el resplandor de su gloria'" (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 11).

■ ¿Por qué la divinidad plena de Cristo es una parte tan importante de nuestra teología? ¿Qué perderíamos si Jesús fuera, de alguna manera, un mero ser creado? Comparte tu respuesta con tu clase el sábado, y prepárate para dialogar acerca de por qué la divinidad eterna de Cristo es tan importante para nuestra fe.




Comentarios Elena G.W

[A]unque la Palabra de Dios se refiere a la humanidad de Cristo mientras estuvo en la tierra, también habla decididamente acerca de su preexistencia. La Palabra (Verbo) existía como un ser divino, como el mismo eterno Hijo de Dios, en unión con su Padre y siendo uno con él. Desde la eternidad se constituyó en el Mediador del pacto, la Persona en quien serían benditas todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, si tan solo lo aceptaban. “El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Desde antes que fueran creados los hombres o los ángeles, el Verbo (Palabra) era con Dios, y era Dios…

Desde el principio Dios y Cristo sabían acerca de la apostasía de Satanás y de la caída de Adán que se produciría como resultado del engañoso poder del apóstata. El plan de salvación se concibió con el fin de redimir a la raza caída, y darle una nueva oportunidad. Cristo fue destinado como un Mediador de la creación de Dios, establecido desde los tiempos eternos para ser nuestro sustituto y nuestra garantía. Desde antes que el mundo fuera creado se decidió que la divinidad de Cristo debía ser velada con la humanidad. Cristo dijo: “Me has preparado un cuerpo”. Pero no vino en forma humana sino hasta que el tiempo se hubo cumplido. Entonces vino a nuestro mundo, como un bebé en Belén (Exaltad a Jesús, p. 74).

El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo derecho. Esto no era robar a Dios. [Se cita Proverbios 8:22-27].

Hay luz y gloria en la verdad de que Cristo fue uno con el Padre antes de que se estableciera el fundamento del mundo. Esta es la luz que brilla en un lugar oscuro haciéndolo resplandecer con gloria divina y original. Esta verdad, infinitamente misteriosa en sí misma, explica otras verdades misteriosas que de otra manera serían inexplicables, al paso que está encerrada como algo sagrado en luz, inaccesible e incomprensible (Mensajes selectos, t. 1, p. 291).

“Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. Salmo 90:2. “El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció”. Mateo 4:16.

Aquí la preexistencia de Cristo y el propósito de su manifestación a nuestro mundo se presentan como rayos vivientes de luz procedentes del trono eterno. “Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel. Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. Miqueas 5:1, 2 (Mensajes selectos, t. 1, pp. 291, 292).


Juan 1:1-5   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Génesis 1:1   

1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Juan 1:9-13   

9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Juan 3:16-21   

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Juan 9:3-41   

3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. 4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. 6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, 7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. 8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? 9 Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. 10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? 11 Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. 12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé. 13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. 14 Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16 Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17 Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. 18 Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, 19 y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; 21 pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. 22 Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. 23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. 24 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. 25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 26 Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27 El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? 28 Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. 29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea. 30 Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. 31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. 32 Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. 33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. 34 Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron. 35 Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. 39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. 40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? 41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Mateo 7:21-23   

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Juan 17:1-517   

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.



1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."