PARA MEMORIZAR: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1).
 
Lección 3: Para el 19 de octubre de 2024
LA HISTORIA DE FONDO: EL PRÓLOGO



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Sábado 12 de octubre

LA HISTORIA DE FONDO: EL PRÓLOGO

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 1:1-5; Génesis 1:1; Juan 1:9-13; 3:16-21; 9:3-41; Mateo 7:21-23; Juan 17:1-5.

PARA MEMORIZAR:

"En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1).    CB   

La lección que estudiamos durante la primera semana trató del final del libro de Juan, que explica por qué escribió su Evangelio. La lección de esta semana vuelve al principio del Evangelio, donde Juan expone la dirección en la que él, inspirado por el Espíritu Santo, desea conducir al lector. Los autores del Nuevo Testamento suelen presentar en las primeras palabras y párrafos de sus escritos los temas que luego desarrollarán. Así lo hace Juan, cuya agenda temática forma parte de un gran barrido cósmico que describe verdades primordiales acerca de Jesucristo, verdades que se remontan incluso a la etapa previa a la Creación.

Esta presentación al comienzo del Evangelio ofrece a los lectores, quienes ya saben que Jesús es el Mesías, una ventaja que no tenían los personajes del propio libro. El lector puede ver claramente los grandes temas a los que el evangelista vuelve al contar la historia de Jesús. Estos grandes temas se sitúan dentro del período histórico de la vida terrenal de Jesús.

La lección de esta semana comenzará con el prólogo (Juan 1:1-18)    CB    y resumirá sus temas principales. A continuación, estos temas se examinarán también en otros lugares del Evangelio de Juan.


Comentarios Elena G.W

Al hablar de su preexistencia, Cristo transporta la mente al pasado de las edades sin fin. Nos ofrece la certeza de que nunca hubo un tiempo cuando él no estuviera en compañerismo eterno con Dios. Aquel cuya voz escuchaban los judíos entonces, había estado con Dios como alguien que siempre lo hubiera acompañado.

Las palabras de Cristo fueron habladas con dignidad tranquila y con una seguridad y poder que trajeron convicción a los corazones de los escribas y fariseos. Les impactó el poder del mensaje enviado por el cielo. Dios estaba tocando a la puerta de sus corazones, suplicándoles que le permitieran entrar.

Era igual a Dios, infinito y omnipotente… Él es el Hijo eterno, que posee vida eterna.

En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra. “El que tiene al Hijo, tiene la vida”. 1 Juan 5:12. La divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna. “El que cree en mí —dijo Jesús—, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Juan 11:25-26… Cristo miraba hacia adelante, a su segunda venida (Exaltad a Jesús, p. 11).

“En él [Cristo] estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Juan 1:4. No es la vida física la que se menciona aquí, sino la inmortalidad, la vida que es propiedad exclusiva de Dios. El Verbo, que era con Dios, y que era Dios, tenía esa vida. La vida física es algo que cada individuo recibe. No es eterna o inmortal; porque Dios, el Dador de la vida, la toma nuevamente. El hombre no tiene control sobre su vida. Pero la vida de Cristo no provenía de otro ser. Nadie le puede quitar esa vida. “De mí mismo la pongo” dijo. En él estaba la vida original, propia, no derivada de otra. Esta vida no es inherente al hombre. Puede poseerla solo mediante Cristo.

Mientras llevaba la naturaleza humana, [Cristo] dependía del Omnipotente para su vida. En su humanidad, se aferraba de la divinidad de Dios; y cada miembro de la familia humana tiene el privilegio de hacer lo mismo (Maranata: el Señor viene, p. 311).

La cruz, la cruz del Calvario presentada una y otra vez, desplegada en cada discurso, probará ser el bálsamo sanador de vida, revelará la belleza y excelencia de la virtud. Los que siembran duda acerca de la autenticidad de las Escrituras, y cuestionan la autoridad de la revelación, no serán influenciados.

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3. La Palabra eterna se convirtió en carne y habitó entre nosotros. Este tema apagará la sed de la duda; y no obstante, triste es decirlo, Jesús ha sido eliminado de muchos, muchos discursos predicados por ministros adventistas. ¿Por qué? Porque esos ministros no han tenido a Jesús morando en sus corazones por la fe; no han estado vestidos con la justicia de Cristo (La voz: su educación y uso correcto, p. 348).


Juan 1:1-5   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Génesis 1:1   

1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Juan 1:9-13   

9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Juan 3:16-21   

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Juan 9:3-41   

3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. 4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. 6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, 7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. 8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? 9 Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. 10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? 11 Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. 12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé. 13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. 14 Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16 Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17 Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. 18 Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, 19 y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; 21 pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. 22 Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. 23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. 24 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. 25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 26 Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27 El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? 28 Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. 29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea. 30 Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. 31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. 32 Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. 33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. 34 Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron. 35 Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. 39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. 40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? 41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Mateo 7:21-23   

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Juan 17:1-517   

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.



1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."