PARA MEMORIZAR:
"Si alguno dice: 'Yo amo a Dios', y aborrece a su hermano, es mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve" (1 Juan 4:20).
 
Lección 12: Para el 22 de marzo de 2025
AMOR YJUSTICIA: LOS DOS MANDAMIENTOSMÁS IMPORTANTES





- Audio Lección -

Lección 12 | Lunes 17 de marzo

LOS DOS MAYORES PECADOS

Según el propio Jesús, los dos mandamientos más importantes son el amor a Dios y el amor a los demás. Obedecer estos mandamientos implica sacrificios que muestren de forma tangible el amor a los demás, lo que realmente significa seguir los pasos de Jesús.

Ahora bien, si los dos mandamientos más grandes son el amor a Dios y el amor a los demás, ¿cuáles son los dos pecados más grandes?

Lee Salmo 135:13 al 19.    CB    ¿Qué revela esto acerca de un pecado común que es destacado a lo largo de las Escrituras?

El Antiguo Testamento subraya continuamente la importancia del amor a Dios por encima de todo (ver Deut. 6:5). Esto está estrechamente relacionado con el gran pecado de la idolatría, que es lo opuesto al amor a Dios.

Lee Zacarías 7:9 al 12..    CB    Según el profeta Zacarías en este pasaje, ¿qué condena Dios? ¿Cómo se relacionan esto y el pecado de idolatría con los dos grandes mandamientos?

La idolatría no es lo único a lo que Dios responde con la ira del amor, sino también al maltrato contra su pueblo, ya sea individual o corporativamente. Dios se enoja ante la injusticia porque él es amor.

Los dos grandes pecados enfatizados a lo largo del Antiguo Testamento son faltas relacionadas con los dos grandes mandamientos: el de amar a Dios y el de amar a los demás. Los dos grandes pecados consisten en la ausencia de amor. En resumen, no se pueden cumplir los mandamientos si no se ama a Dios y a los demás.

De hecho, 1 Juan 4:20 y 21 afirma: "Si alguno dice: 'Yo amo a Dios', y aborrece a su hermano, es mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Nosotros tenemos este mandamiento de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano".

■ ¿Cómo explicarías el hecho de que el amor hacia Dios no puede estar separado del amor hacia los demás? ¿Cómo entiendes este vínculo inquebrantable?


Reavivados por su Palabra: Hoy, 2 Pedro 3..    CB   

Comentarios Elena G.W

Muchos que llevan el nombre de cristianos sirven a otros dioses además del Señor. Nuestro Creador exige nuestra dedicación suprema, nuestra primera lealtad. Cualquier cosa que tienda a disminuir nuestro amor por Dios o que interfiera con el servicio que le debemos, se convierte en un ídolo. Los ídolos de algunos son sus tierras, sus casas, sus mercaderías. Las actividades comerciales se emprenden con celo y energía, mientras que se deja en segundo plano el servicio de Dios. Se 74 descuida el culto familiar, se olvida la oración secreta. Muchos argumentan que su trato con sus prójimos es justo, y creen que al proceder así han cumplido todo su deber. Pero no es suficiente guardar los últimos seis mandamientos del Decálogo. Tenemos que amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón. Nada inferior a la obediencia a cada precepto —nada que sea menos que el amor supremo a Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos— puede satisfacer las demandas de la ley divina (Comentarios de Elena G. de White, en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 2, pp. 1005, 1006).

El enemigo sabe muy bien que si no tenemos amor mutuo, puede alcanzar su objetivo, y herir y debilitar la iglesia, al provocar diferencias entre los hermanos. Los pueden inducir a sospechar el mal, a hablar del mal, a acusar, condenar y aborrecerse. De esta manera se deshonra la causa de Dios, se arroja baldón sobre el nombre de Cristo, y se le hace un daño indecible a las almas de los hombres...

No es la oposición del mundo lo que nos va a poner en mayor peligro; es el mal albergado en nuestro seno lo que provoca nuestros más graves desastres. Es la vida carente de consagración, de los medio convertidos, lo que trasa la obra de la verdad y arroja sombras sobre la iglesia de Dios (Cada día con Dios, p. 163).

Grabemos en la mente el hecho de que la misericordia y el amor del Señor deben manifestarse a los hijos de Dios. Busquemos por cielo y tierra, y no encontraremos otra verdad más definidamente revelada que la que se manifiesta en misericordia precisamente para los que necesitan su simpatía a fin de quebrantar todo yugo y dejar en libertad a los oprimidos. De ese modo la verdad se vive, la verdad se obedece, la verdad se enseña.

Hay mucha verdad que se profesa, pero la que se práctica al aliviar las necesidades de nuestros semejantes ejerce una enorme influencia, llega hasta el cielo y abarca la eternidad. Toda alma que habita este mundo está sometida a juicio; la experiencia de cada ser humano, la historia común de la vida nos dice

en términos inconfundibles si pone en práctica las palabras y las obras de Cristo. Constantemente se repiten una cantidad de cosas que solo Dios ve; Aplicar a esas cosas los principios de la verdad producirá una preciosa recompensa. Casi todos son capaces de reconocer las cosas grandes e importantes, pero su vinculación con lo que se supone son los aspectos menos importantes de la vida, de manera que se los pueda ver como una unidad, es algo que los profesos cristianos hacen muy pocas veces. La religión es demasiado profesión, y demasiado poca realidad (Cada día con Dios, p. 222).


Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Lucas 15:11-32

11 Dijo también: Un hombre tenía dos hijos. 12 El menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde. 13 No muchos días después, el hijo menor lo juntó todo y se fue lejos a un país lejano, donde malgastó su hacienda viviendo perdidamente. 14 Cuando todo lo había malgastado, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a empobrecerse. 15 Fue , pues, y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella región, el cual lo envió a sus campos para apacentar cerdos. 16 Él deseaba llenar su estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17 Pero cuando recobró el sentido, dijo: «¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen pan de sobra, mientras que yo aquí me muero de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; 19 ya no soy digno de ser llamado tu hijo; 20 Entonces se levantó y fue a donde estaba su padre. Pero cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se compadeció de él, y corrió, lo abrazó y lo besó. 21 Entonces el hijo le dijo: "Padre , he pecado contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado tu hijo." 22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Rápido, saquen el mejor vestido y vístanlo, y pongan un anillo en su mano y sandalias en sus pies; 23 y traigan el becerro cebado, mátenlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado." Y comenzaron a hacer fiesta. 25 Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando llegó y se acercó a la casa, oyó la música y las danzas. 26 Y llamó a uno de los sirvientes y comenzó a preguntar qué era aquello. 27 Y él le respondió: "Tu hermano ha vuelto, y tu padre ha matado el becerro cebado, porque lo ha recuperado sano y salvo." 28 Pero él se enojó y no quería entrar; por lo que salió su padre y comenzó a suplicarle. 29 Pero él respondió y dijo a su padre: "Mira, hace tantos años que te sirvo y nunca he desobedecido ninguna de tus órdenes, y sin embargo, nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos; 30 y si no, no me has dado un cabrito para que haga una fiesta con mis amigos."31Y él le respondió: Hijo, tú siempre has estado conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y ha sido hallado. 33Y él le respondió: No te acerques a mí, porque yo te he amado. 34Pero tú me has amado, y te he amado. 35Y tú me has amado, y te he amado. 36Y tú me has amado, y te he amado. 37Y tú me has amado, y te he amado. 38Y tú me has amado, y te he amado. 39Y tú me has amado, y te he amado. 40Y tú me has amado, y te he amado. 41Y tú me has amado, y te he amado. 42Y tú me has amado, y te he amado. 43Y tú me has amado, y te he amado. 44Y tú me has amado, y te he a Sofonías 3:17 17 El Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se alegrará por ti con alegría, guardará silencio en su amor, se gozará por ti con gritos de alegría. Efesios 5:25-28 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama; Isaías 43:4 4 »Porque eres de gran estima a mis ojos, y eres digno de honra, y yo te amo; por eso daré a otros hombres en tu lugar y a otros pueblos a cambio de tu vida. Romanos 8:1 1 Por tanto, ahora no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús. Romanos 5:8 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Marcos 9:17-29 17 Uno de la multitud le respondió: «Maestro, te traje a mi hijo, que tiene un espíritu mudo. 18 Cuando se apodera de él, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se pone rígido. Dije a tus discípulos que lo echaran fuera, pero no pudieron». 19 Jesús les respondió: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? ¡Traigan a este niño a mí!» . 20 Le trajeron al niño. Cuando lo vio, el espíritu lo sacudió violentamente, y cayendo al suelo, se revolcaba y echaba espumarajos. 21 Entonces preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?». Él respondió: «Desde niño. 22 Muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para matarlo. Pero si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos». 23 Jesús le respondió: «¿Si puedes? Al que cree todo le es posible». 24 Al instante el padre del muchacho gritó: «Creo; ayúdame en mi incredulidad». 25 Al ver que se agolpaba mucha gente, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, yo te mando: sal de él y no entres más en él». 26 El espíritu, después de gritar y sacudirlo con terribles convulsiones, salió; y el muchacho quedó tan muerto que la mayoría decía: «¡Está muerto!». 27 Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y se levantó. 28 Cuando entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado: «¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?». 29 Él les respondió: «Este género con nada puede salir, sino con oración».

Sofonías 3:17    CB   

17 El Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se alegrará por ti con alegría, guardará silencio en su amor, se gozará por ti con gritos de alegría.

2 Timoteo 4:10    CB   

10 Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica; Crescente a Galacia, y Tito a Dalmacia.

Juan 16:27    CB   

27 Porque el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.

Juan 6:35    CB   

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:41

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 6:48

48 Yo soy el pan de vida.

Juan 6:51

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.