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Lección 12 | Miércoles 19 de marzo
LLAMADOS A ESTABLECER LA JUSTICIA
Los profetas bíblicos subrayan continuamente el llamado de Dios a practicar la justicia en la sociedad. Las Escrituras no se amedrentan a la hora de poner de relieve cuestiones de injusticia y opresión. De hecho, la exhortación de Dios a traer el juicio era en sí misma el llamado divino a establecer la justicia.
Por ejemplo, el profeta Isaías no titubea a la hora de hablar de la injusticia en el Israel de su época. Sus palabras y su llamamiento a la justicia deberían resonar de manera clara y rotunda en nuestros oídos hoy: "Aprendan a hacer el bien; busquen justicia, restituyan al agraviado, defiendan al huérfano, amparen a la viuda" (Isa. 1:17). Además, proclama "ay" contra los que "dictan leyes injustas [...] para privar de justicia a los pobres" (Isa. 10:1, 2), advirtiendo: "¿Qué harán el día del castigo? ¿En quién se ampararán para que los ayude cuando venga de lejos el asolamiento?" (Isa. 10:3).
Asimismo, el profeta Jeremías proclama el siguiente mensaje de Dios: "¡Ay del que edifica su casa con injusticia y sus salas sin derecho, sirviéndose de su prójimo de balde, sin darle el salario de su trabajo! [...] ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien? Él juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y le fue bien. ¿No es esto conocerme a mí? -dice el Señor" (Jer. 22:13, 15, 16).
Lee Mateo 23:23 al 30. CB ¿Qué enseña Jesús aquí sobre lo que es más importante? ¿Qué crees que quiere decir cuando se refiere a "lo más importante"?
La injusticia no era una preocupación exclusiva de los profetas del Antiguo Testamento, ya que vemos claramente aquí y en otras partes del ministerio de Jesús que esto era de suma importancia para Cristo mismo. Como él dice: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas! Porque dan el diezmo de la menta, el eneldo y el comino; y dejan lo más importante de la ley, a saber, la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es necesario hacer, sin dejar lo otro" (Mat. 23:23). En el pasaje paralelo de Lucas, Jesús se lamenta de que "pasan por alto la justicia y el amor de Dios" (Luc. 11:42).
Los verdaderos adoradores de Dios obrarán las obras de Cristo. Serán liberales con los necesitados; no apartarán al pobre de su derecho, ni inventarán una excusa para evitar ayudar a los que necesitan ayuda; amarán a su prójimo como a sí mismos, no escondiéndose de su propio pariente, sino considerando la condición del pobre, del huérfano y de la viuda; no se apropiarán de ninguna porción de las justas ganancias de los que estén bajo su control. "No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades. En su día le darás su diario, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y sea en ti pecado". Deuteronomio 24:14, 15 ...
"Y vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano". Zacarías 7:810 (El Hogar Misionero, 1° de julio, 1891).
Leed las palabras de Cristo que se hallan en ( Mateo 23:23 ): "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello". Estas denuncias se dan como una amonestación a todos aquellos que "por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad". Ellos dicen: Estamos decididos a hacer todas estas cosas. Dicen también: "Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que —dijo Jesús—, dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas". ¡Qué lecciones encontramos aquí! ¡Cuán terribles y decisivas! Jesús dijo: "Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, ya otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad". Esta profecía fue literalmente cumplida por los judíos en la forma de tratar a Jesús ya los mensajeros que Dios les envió. ¿Seguirán los hombres en estos últimos días el ejemplo de aquellos a quienes Cristo condenó? (Testimonios para los ministros, p. 79).
Jesús no era comprendido por sus hermanos, porque no era como ellos. Sus normas no eran las de ellos. Al mirar a los hombres, se habían apartado de Dios, y no tenían su poder en su vida. Las formas religiosas que ellos observaban, no podían transformar el carácter. Pagaban el diezmo de "la menta y el eneldo y el comino", pero omitían "lo más grave de la ley, es a saber, el juicio y la misericordia y la fe". Mateo 23:23 . El ejemplo de Jesús era para ellos una continua irritación. Élno odiaba sino una cosa en el mundo, a saber, el pecado. No podía presenciar un acto malo sin sentir un dolor que le era imposible ocultar. Entre los formalistas, cuya apariencia santurrona ocultaba el amor al pecado, y un carácter en el cual el celo por la gloria de Dios ejercía la supremacía, el contraste era inequívoco. Por cuanto la vida de Jesús condenaba lo malo, se encontraba oposición tanto en su casa como fuera de ella. Su abnegación e integridad fueron comentadas con escarnio. Su tolerancia y bondad eran llamadas cobardía (El Deseado de todas las gentes, p. 67).
Juan 8:54-58
1 Corintios 1:26-29
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.