PARA MEMORIZAR:
“Respondió Jesús: ‘El que me ama guardará mi palabra. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y habitaremos en él’ ” (Juan 14:23).
 
Lección 2: Para el 11 de enero de 2025
AMOR PACTUAL



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Jueves 9 de enero | Lección 2
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Así como el siervo de la parábola no podía pagar su deuda a su amo, nosotros nunca podríamos compensar a Dios por la nuestra. Nunca podríamos ganar o merecer el amor de Dios. "Dios demuestra su amor hacia nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8). ¡Qué amor tan asombroso! Como dice 1 Juan 3:1: "¡Miren qué gran amor nos ha prodigado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios!"

Sin embargo, lo que podemos y debemos hacer es reflejar el amor de Dios a los demás tanto como nos sea posible. Si hemos recibido tanta compasión y perdón, ¿cuánto más deberíamos otorgar compasión y perdón a los demás? Recordemos que el siervo perdió la compasión y el perdón de su amo porque no se los concedió a su consiervo. Si realmente amamos a Dios, no dejaremos de reflejar su amor a los demás.

Lee ¿Qué enseñan estos pasajes acerca del amor de Dios y de la relación entre su amor, nuestro amor a él y el amor a los demás?



Inmediatamente después de Juan 15:12, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les mando" (Juan 15:14). ¿Qué les ordenó Jesús (al igual que a nosotros)? Entre otras cosas, que amaran a los demás como él los amaba. Aquí y en otros lugares, el Señor nos ordena amar a Dios y amarnos mutuamente.

En resumen, debemos reconocer que se nos ha perdonado una deuda infinita e impagable para nosotros, una deuda que fue cancelada en la Cruz en favor de nosotros. Por tanto, debemos amar a Dios, alabarlo y ser amorosos y misericordiosos con los demás. Como enseña Lucas 7:47, mucho ama aquel a quien mucho se le ha perdonado, pero "a quien poco se le perdona, poco ama". ¿Quién de nosotros no es consciente de cuánto se le ha perdonado?

Si amar a Dios implica amar a los demás, debemos compartir con urgencia el mensaje del amor de Dios, tanto de palabra como por obra. Deberíamos ayudar a las personas en su vida cotidiana aquí y ahora, tratar de ser un conducto del amor de Dios y dirigir la atención de los demás hacia aquel que les ofrece la vida eterna en un Cielo y una Tierra nuevos, una nueva creación de este mundo que está tan estropeado y devastado por el pecado y la muerte, los frutos lúgubres de rechazar el amor de Dios.

■ ¿Qué pasos concretos puedes dar para amar a Dios amando a los demás? ¿Qué podrías hacer hoy y en los próximos días para mostrar a las personas el amor de Dios e invitarlas a disfrutar de lo que significa aceptar la promesa de la vida eterna?


Reavivados por su Palabra: Hoy, Gálatas 11.    CB   


Comentarios Elena G.W

        Los que viven en estrecha comunión con Cristo serán promovidos por Él a puestos de confianza. El siervo que hace lo
        mejor que puede por su Maestro es admitido a una relación familiar con Aquel cuyos mandamientos ama obedecer. En el fiel
        cumplimiento del deber podemos llegar a ser uno con Cristo, porque aquellos que están obedeciendo los mandamientos de
        Dios pueden hablarle libremente. El que habla más familiarmente con su guía divino tiene la concepción más exaltada de
        su grandeza y es el más obediente a sus mandamientos.
        “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho... Vosotros
        sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Desde ahora... os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi
        Padre, os las he dado a conocer”.
        El carácter del que se acerca a Dios con fe dará testimonio de que el Salvador ha entrado en su vida, dirigiéndolo todo,
        impregnándolo todo. El hombre así se pregunta continuamente: “¿Es ésta tu voluntad y tu camino, oh mi Salvador?”
        Constantemente mira a Jesús, el Autor y Consumador de su fe. Consulta la voluntad de su divino Amigo en relación con
        todas sus acciones, porque sabe que en esta confianza está su fortaleza. Ha adquirido el hábito de elevar su corazón a
        Dios en toda perplejidad.—Para que yo pueda conocerle, pág. 296.
        
        El Señor os ama, y ​​mientras sigáis las pisadas de Jesús, andaréis seguros. Es esencial que toda alma que invoque el
        nombre de Cristo haga sendas derechas para sus pies. ¿Por qué? Para que los cojos no se desvíen del camino. Es algo
        terrible, terrible, dar a un alma un mal ejemplo y conducirla por un camino torcido por el que vosotros debéis andar...
        Jesús es rico en gracia. Extraed, extraed constantemente de él, porque podréis tener ricas provisiones.—La mirada hacia
        arriba, pág. 275.
        
        Los que identifican sus intereses totalmente con Cristo querrán servirle, y cuanto más trabajen las obras de Cristo al
        procurar bendecir a otros, más les impartirá Jesús su luz y su amor, para que ellos puedan comunicarlos a otros. Tened
        cuidado de no tratar de enseñar a otros a menos que vosotros mismos aprendáis diariamente en la escuela de Cristo.
        Debemos repetir sus lecciones; debemos manifestar su espíritu de bondad, paciencia, tolerancia y amor. No podéis
        impartir a otros lo que vosotros mismos no tenéis. Mantened la luz y el amor de Dios ardiendo en vuestros corazones,
        para que podáis ayudar a otros; porque se necesita más celo, mayor devoción y una fe más firme y ferviente. Debéis velar
        y orar mucho, así como escudriñar las Escrituras, si queréis aprender las preciosas lecciones de la fe. Debéis cuidaros
        de hacer de los sentimientos un criterio; esto en sí mismo no es evidencia de que seáis hijos de Dios, o de que no lo
        seáis. “Por sus frutos los conoceréis”. Es la obediencia y la fe lo que nos une con Jesucristo. Debéis aprender el
        sencillo arte de creer en la palabra de Dios. Entonces tendréis un terreno sólido bajo vuestros pies.—“The Mirror”, The
        Youth’s Instructor, 18 de agosto de 1886, párrafo 6. 

Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Juan 15:12

12 Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado.

1 Juan 3:16

16 En esto conocemos el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

1 Juan 4:7-12

7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 12 A Dios nadie le vio jamás; si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.

Mateo 18:23-35    CB   

23 Por eso el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Al comenzar a hacerlas, le presentaron a uno que le debía diez mil talentos. 25 Pero como no tenía con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para que se lo devolvieran. 26 Entonces el siervo cayó en tierra y se postró ante él, diciendo: «Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo». 27 El señor de aquel siervo, movido a compasión, lo soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero aquel siervo salió y encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y agarrándolo, comenzó a ahogarlo, diciendo: «Págame lo que me debes». 29 Entonces su consiervo cayó en tierra y comenzó a suplicarle, diciendo: «Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo». 30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagase lo que debía. 31 Al ver sus consiervos lo sucedido, se entristecieron mucho, y fueron a contarle a su señor todo lo que había sucedido. 32 Su señor, llamándolo, le dijo: «Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu consiervo, como yo tuve compasión de ti?» 34 Entonces su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si cada uno no perdona de corazón a su hermano.»

2 Pedro 3:9    CB   

9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente

1Ti 2:4    CB   

"el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad."

Ez 33:11:    CB   

"Diles:, Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?"

Juan 1:1-18    CB   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan 6:35    CB   

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:41

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 6:48

48 Yo soy el pan de vida.

Juan 6:51

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.