PARA MEMORIZAR:
“Respondió Jesús: ‘El que me ama guardará mi palabra. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y habitaremos en él’ ” (Juan 14:23).
 
Lección 2: Para el 11 de enero de 2025
AMOR PACTUAL



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Martes 7 de enero | Lección 2
UNA RELACIÓN CONDICIONAL

Dios llama e invita a cada persona a una relación íntima de amor con él (ver Responder adecuadamente a esa invitación implica obedecer el mandato divino de amar a Dios y a los demás (ver Disfrutar de los beneficios de esta relación con Dios depende de si uno decide libremente aceptar o rechazar su amor.

Lee ¿Qué enseñan estos textos acerca de si los beneficios del amor de Dios pueden ser rechazados o incluso perdidos?



En estos y otros textos, el hecho de disfrutar de los beneficios de una relación de amor con Dios se describe repetidamente como condicionado a la respuest humana a ese amor. Sin embargo, no debemos cometer el error de pensar que Dios deja de amar a alguien. Como hemos visto, el amor de Dios es eterno. Y, aunque en Oseas 9:15 Dios dice de su pueblo: "No los amaré más", es importante recordar que más adelante, en el mismo libro, Dios declara acerca de su pueblo: "los amaré de pura gracia" (Ose. 14:4)- Oseas 9:15 no puede significar que Dios deja por completo de amar a su pueblo. Debe referirse, en cambio, a la condicionalidad de algún aspecto o beneficio particular de una relación de amor con Dios. Además, la forma en que respondemos a su amor es crucial para que esta relación continúe.

"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré, y me manifestaré a él" (Juan 14:21). Del mismo modo, Jesús proclama a sus discípulos: "El mismo Padre los ama, ya que ustedes me han amado a mí y han creído que yo salí de Dios" (Juan 16:27).

Estos y otros textos enseñan que el hecho de disfrutar de los beneficios de una relación salvífica con Dios depende de que aceptemos su amor (lo que implica también estar dispuestos a ser vehículos de ese amor). Una vez más, esto no significa que el amor de Dios deje de existir. Pero, así como no podemos impedir que el sol brille, pero podemos aislarnos de sus rayos, no podemos hacer nada para detener el amor eterno de Dios, pero podemos rechazar finalmente una relación con Dios y, por tanto, aislarnos de lo que nos ofrece; especialmente, de la vida eterna.

■ ¿De qué maneras pueden las personas ver y experimentar la realidad del amor de Dios, independientemente de que correspondan a ese amor o no? Por ejemplo, ¿cómo revela su amor el mundo natural, incluso después del pecado?


Reavivados por su Palabra: Hoy, 2 Corintios 12.    CB   


Comentarios Elena G.W

        El hecho de presentar a Cristo como nuestra única fuente de fortaleza, de presentar su amor incomparable al hacer que la
        culpa de los pecados de los hombres sea imputada a su cuenta y su propia justicia sea imputada al hombre, en ningún caso
        elimina la ley ni le quita dignidad. Más bien, la coloca donde la luz correcta brilla sobre ella y la glorifica. Esto se
        hace únicamente mediante la luz reflejada desde la cruz del Calvario. La ley es completa y plena en el gran plan de
        salvación, solamente cuando es presentada en la luz que brilla desde el Salvador crucificado y resucitado. Esto sólo
        puede discernirse espiritualmente. Enciende en el corazón del que la contempla una fe ardiente, esperanza y gozo de que
        Cristo es su justicia. Este gozo es solamente para aquellos que aman y guardan las palabras de Jesús, que son las
        palabras de Dios.—Mensajes Selectos, tomo 3, pág. 176.
        
        Será el mayor misterio para [el creyente] que Jesús haya hecho un sacrificio tan grande para redimirlo. Exclamará, con
        semblante humilde y labios temblorosos: “Él me amó. Se entregó por mí. Se hizo pobre para que yo, a través de su
        pobreza, pudiera ser enriquecido. El varón de dolores no me despreció, sino que derramó su amor inagotable y redentor
        para que mi corazón pudiera ser purificado; y me ha devuelto a la lealtad y obediencia a todos sus mandamientos. Su
        condescendencia, su humillación, su crucifixión, son los milagros que coronan la maravillosa exhibición del plan de
        salvación. Que el justo muera por el injusto, el puro por el impuro, está más allá de todas las manifestaciones del amor
        humano; y todo esto lo ha hecho para hacer posible impartirme su propia justicia, para que pueda guardar la ley que he
        transgredido. Por esto lo adoro. Lo proclamaré a todos los pecadores. Clamaré: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita
        el pecado del mundo!”—“El conocimiento de Cristo y de uno mismo conduce a la humildad”, Advent Review and Sabbath
        Herald, 16 de octubre de 1888, párrafo 11.
        
        En el principio, Dios se reveló en todas las obras de la creación. Fue Cristo quien extendió los cielos y puso los
        cimientos de la tierra. Fue su mano la que colgó los mundos en el espacio y modeló las flores del campo. “Su poder
        afirma los montes”. “Suyo es el mar, y él lo hizo”. Salmo 65:6; 95:5 . Fue él quien llenó la tierra de belleza y el aire
        de canciones. Y sobre todas las cosas de la tierra, el aire y el cielo escribió el mensaje del amor del Padre.
        Ahora el pecado ha estropeado la obra perfecta de Dios, pero esa escritura permanece. Aun ahora todas las cosas creadas
        declaran la gloria de su excelencia. No hay nada, salvo el corazón egoísta del hombre, que viva para sí mismo. . . . Las
        flores exhalan fragancia y despliegan su belleza para bendecir al mundo. El sol derrama su luz para alegrar a mil
        mundos.—El Deseado de todas las gentes, pág. 20.

Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Mateo 22:1-14:

1 Respondió Jesús y les habló otra vez en parábolas, diciendo: 2 El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo bodas a su hijo; 3 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas ellos no quisieron venir. 4 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, mi comida he preparado; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está aparejado; venid a las bodas. 5 Pero ellos no hicieron caso, y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios. 6 Y los demás, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. 7 Cuando el rey oyó esto, se enfureció; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. 8 Luego dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas, mas los convidados no eran dignos. 9 Id, pues, a los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10 Salieron, pues, los siervos por los caminos, y reunieron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. 11 Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí sin estar vestido de boda? Y él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 14 Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

Oseas 14:4    CB   

4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.

Oseas 9:15   

15 Toda su maldad está en Gilgal, porque allí los aborrecí; por la maldad de sus obras los echaré de mi casa, y no los amaré más; todos sus príncipes son rebeldes.

Jeremías 16:5   

5 Porque así dice Jehová: No entréis en casa de luto, ni vayáis a endecharlos, ni a lamentaros; porque yo he quitado de este pueblo mi paz, mis misericordias y mis misericordias, dice Jehová.

Romanos 11:22   

22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: severidad para con los que cayeron, pero bondad para contigo, si permaneces en su bondad; pues de otra manera, tú también serás cortado.

Judas 1   

1 Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre y guardados en Jesucristo: 2 Misericordia, paz y amor os sean multiplicados. 3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. 5 Os quiero, pues, recordar, aunque ya lo habéis sabido una vez, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de la tierra de Egipto, después destruyó a los que no creyeron. 6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día. 7 Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que de la misma manera que ellas, se entregaron a la fornicación y siguieron vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. 8 De la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, menosprecian el dominio y blasfeman de las potestades superiores. 9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. 10 Pero éstos blasfeman de cosas que no conocen; antes bien, en lo que por naturaleza conocen, como animales irracionales, se corrompen en eso. 11 ¡Ay de ellos! 12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que banquetean con vosotros, apacentándose a sí mismos sin temor; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles de fruto seco, sin fruto, dos veces muertos, desarraigados; 13 olas furiosas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. 14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio contra todos, y para dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han cometido impíamente, y de todas las duras palabras que los pecadores impíos han hablado contra él. 1617 Pero, oh amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, 18 las cuales os decían que en el último tiempo habrá burladores, que andarán según sus impías pasiones. 19 Estos son los que se separan, sensuales, no teniendo el Espíritu. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. 22 Y de unos tened compasión, haciendo distinción; 23 a otros salvadlos con temor, arrancándolos del fuego, aborreciendo aun la ropa contaminada por la carne. 24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, 25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

Juan 1:1-18    CB   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan 6:35    CB   

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:41

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 6:48

48 Yo soy el pan de vida.

Juan 6:51

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.