Lección 4: Para el 25 de enero de 2025
DIOS ES APASIONADO Y COMPASIVO
MARTES 21 DE ENERO
En el Nuevo Testamento se utiliza el mismo tipo de imágenes que en el Antiguo Testamento para describir la compasión de Dios. Pablo se refiere al Padre como «Padre de misericordias y Dios de toda consolación» ( 2 Cor. 1:3 ). Además, el apóstol explica en Efesios 2: 4 que Dios es «rico en misericordia» y redime a los seres humanos «por su gran amor con que nos amó».
En varias parábolas, Cristo mismo utiliza repetidamente términos de emoción visceral y desgarradora para describir la compasión del Padre ( ). Además, el mismo lenguaje que ilustra la compasión divina en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento es utilizado también en los Evangelios para describir las respuestas compasivas de Jesús a quienes están en apuros.
Lee ¿Cómo ilustran estos versículos la manera en que Cristo se conmovía ante la difícil situación de las personas?
Los Evangelios registran con frecuencia el hecho de que Cristo se compadecía de las personas que estaban en situaciones difíciles. No solo sintió compasión de ellas, sino que también se cubrió de sus necesidades.
Jesús también se lamentó por su pueblo. Podemos imaginar las lágrimas en los ojos de Cristo mientras contemplaba la ciudad de Jerusalén: «¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quiste!» ( Mat. 23: 37 ). Aquí vemos que el lamento de Cristo coincide estrechamente con el de Dios por su pueblo a lo largo del Antiguo Testamento. De hecho, muchos eruditos bíblicos señalan que la imagen de un ave cuidando de sus crías solo era aplicada a la divinidad en el antiguo Cercano Oriente. Muchos ven aquí una alusión a Deuteronomio 32: 11 , donde Dios es representado como un ave que vuela en círculos sobre sus crías, las protegidas y vela por sus necesidades.
No hay mayor ejemplo del gran amor compasivo de Dios por sus criaturas humanas que Jesús mismo, quien se entregó por nosotros como la máxima demostración de amor. Sin embargo, Cristo no es solo la imagen perfecta de Dios. También es el modelo perfecto de la humanidad. ¿Cómo podemos dar forma a nuestra existencia de acuerdo con el modelo de la vida de Cristo, centrándonos en las necesidades de los demás y, de este modo, no limitándonos a predicar el amor de Dios, sino mostrándolo de forma tangible?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Flipenses 1 CBCuando Cristo vio las multitudes que se habían reunido alrededor de él, "tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor". Cristo vio la enfermedad, la tristeza, la necesidad y degradación de las multitudes que se agolpaban a su paso. Le fueron presentadas las necesidades y desgracias de la humanidad de todo el mundo. En los encumbrados y los humildes, los más honrados y los más degradados, veía almas que anhelaban las mismas bendiciones que él había venido a traer; almas que necesitaban solamente un conocimiento de su gracia para llegar a ser subditos de su reino. "Entonces dice a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies". Mateo 9:37, 38 .
Hoy existe la misma necesidad. Hacen falta en el mundo obreros que trabajaron como Cristo trabajó a favor de los dolientes y pecadores. Hay, a la verdad, una multitud que alcanzar. El mundo está lleno de enfermedad, sufrimiento, angustia y pecado. Está repleto de personas que necesitan que se las atienda: los débiles, los impotentes, los ignorantes, los degradados (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 257).
Cualesquiera que sean tus angustias y pruebas, expónlas al Señor. Tu espíritu encontrará sostén para sufrirlo todo. Se te despejará el camino para que puedas librarte de todo enredo y aprieto. Cuanto más débil y desamparado te sientas, más fuerte serás con tu ayuda. Cuanto más pesadas sean tus cargas, más dulce y benéfico será tu descanso al echarlas sobre Aquel que se ofrece a llevarlas por ti.
Las circunstancias pueden separar a los amigos; las aguas intranquilas del dilatado mar pueden agitarse entre nosotros y ellos. Pero ninguna circunstancia ni distancia alguna puede separarnos del Salvador. Doquiera estemos, él está siempre a nuestra diestra, para sostenernos y alentarnos. Más grande que el amor de una madre por su hijo es el amor de Cristo por sus rescatados. Es nuestro privilegio descansar en su amor y decir: "En él confiaré; pues dio su vida por mí".
El amor humano puede cambiar; El de Cristo no conoce mudanza. Cuando clamamos a él por ayuda su mano se extiende para salvarnos (El ministerio de curación, p. 48).
"Porque la parte de Jehová es su pueblo; Jacob la cuerda de su herencia. Hallólo en tierra de desierto, y en desierto horrible y yermo; trájolo alrededor, instruyólo, guardólo como la niña de su ojo. Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas: Jehová solo le guio, que no hubo con él dios ajeno". Deuteronomio 32:9-12 . De este modo se acercó a sí a los israelitas, para que morasen como a la sombra del Altísimo. Milagrosamente protegidos de los peligros que se arrostraron en su peregrinación por el desierto, quedaron finalmente establecidos en la tierra de promisión como nación favorecida (Profetas y reyes, p. 12).
Juan 8:54-58 |
1 Corintios 1:26-2926 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. |