PARA MEMORIZAR:
«¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti!» ( Isaías 49:15 ).
 

Lección 4: Para el 25 de enero de 2025

DIOS ES APASIONADO Y COMPASIVO





- Audio Lección -

MIÉRCOLES 22 DE ENERO

¿Un Dios celoso?

El Dios de la Biblia es el «Dios compasivo». En hebreo, Dios se da a sí mismo el nombre 'el rahum ( ). El término hebreo 'el significa «Dios», y rahum es una variación de la raíz de la palabra que significa compasión (rajám). Sin embargo, Dios no solo es llamado «compasivo» o «misericordioso», sino también «celoso» ('el qanah). Como dice : «Porque Jehová, tu Dios, es fuego consumidor, Dios celoso ['el qanah]». (Ver ).

declara que «el amor no es celoso» (NTV). ¿Cómo puede Dios, entonces, ser un «Dios celoso»?

Lee y considera la forma en que el pueblo de Dios le fue infiel a lo largo de la Biblia (ver, por ejemplo, ¿Qué nos enseñan estos pasajes sobre el significado de los «celos» divinos?

Los «celos» de Dios a menudo son malinterpretados. Cuando el adjetivo «celoso» se refiere a un cónyuge, no se trata de un elogio. El término «celos» suele tener connotaciones negativas en muchos idiomas. Sin embargo, ese no es el caso de los celos divinos en la Biblia, ya que se refieren a la sana expectativa de un marido amoroso por disfrutar de una relación exclusiva con su esposa.

Aunque existe un tipo de celos contrarios al amor ( ), también hay «celos» buenos y justos. Pablo se refiere a ello como «celo de Dios» (ver 2 Cor. 11: 2 ). Los celos de Dios son solo y siempre del tipo correcto, y se los puede definir más adecuadamente como el amor apasionado que Dios siente por su pueblo.

El celo (qanah) de Dios por su pueblo proviene del profundo amor que siente. Dios desea una relación exclusiva con su pueblo; solo él ha de ser su Dios. Sin embargo, a menudo se describe a Dios como un compañero despechado, cuyo amor no es correspondido (ver Por lo tanto, los «celos» -o la «pasión» de Dios- nunca son caprichosos o sin motivo, sino que siempre responden a la infidelidad ya la conducta indebida de las personas malvadas. Los celos de Dios (o su «amor apasionado») no tienen las connotaciones negativas de los celos humanos. Nunca obedecen a la envidia, sino al legítimo anhelo de disfrutar de una relación exclusiva con su pueblo y para el bien de este.

¿Cómo podemos aprender a reflejar el mismo tipo de «celos» positivos hacia los demás que Dios muestra hacia nosotros?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Flipenses 2    CB   

Comentarios de Elena GW

Nuestro Señor es un Dios celoso; con él no se debe jugar...

Por mucho que nos esforcemos por comprender a Dios, no lo lograremos. Élno deja sus planos abiertos ante las mentes curiosas e inquisitivas. Nunca debemos tratar de descorrer con manos presuntuosas las cortinas detrás de las cuales él vela su majestad. El apóstol exclama: "¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!" El hecho de que el escondedero de su poder nos haya sido vedado es una prueba de su misericordia, así como el saber que se encuentra envuelto en pavorosas nubes de misterio y oscuridad; porque descubre la cortina que esconde a la Presencia Divina es muerte. Ninguna mente mortal puede penetrar el lugar secreto donde mora y realizar su obra el Todopoderoso. No podemos comprender nada más de lo que él ve prudente revelarnos acerca de la forma como nos trata y de los motivos que lo impulsan. Élordena todas las cosas en justicia, y nosotros no debemos mostrarnos insatisfechos y desconfiados, sino que tenemos el deber de inclinarnos en sumisión reverente. Élnos revelará tanto como sea para nuestro bien, de acuerdo con sus propósitos; y fuera de eso necesitamos confiar en aquella mano que es omnipotente, y aquel corazón que rebosa de amor (Exaltad a Jesús, p. 355).

En su trato con la raza humana, Dios sobrelleva con paciencia al impenitente. Usa a sus instrumentos designados para inducir a los hombres a que sean leales, y les ofrece su perdón pleno si se arrepienten. Pero como Dios es paciente, los hombres abusan de su misericordia. La paciencia y la magnanimidad de Dios, que deben enternecer y subyugar el alma, tienen una influencia completamente distinta sobre los descuidados y pecaminosos. Los inducen a desechar las restricciones y los hace más decididos en su resistencia.

Muy pocos se dan cuenta de la pecaminosidad del pecado; se hacen la ilusión de que Dios es demasiado bueno para castigar al culpable. Pero los casos de María, Aarón, David y muchos otros demuestran que no es seguro pecar contra Dios, ya sea con hechos, palabras o aun con el pensamiento. Dios es un ser de infinito amor e infinita compasión, pero también declara de sí mismo que es "fuego consumidor, Dios celoso" (Comentarios de Elena G. de White, en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 3, p. 1184 ).

Él matrimonio, unión para toda la vida, es símbolo de la unión de Cristo con su iglesia. El espíritu que Cristo manifiesta hacia su iglesia es el mismo espíritu que debe reinar entre los esposos.

Ninguno de los dos debe tratar de dominar. El Señor ha presentado los principios que deben guiarnos. El esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia. La mujer debe respetar y amar a su marido. Ambos deben cultivar un espíritu de bondad, y estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni afligirse el uno al otro...

No dejéis penetrar el desacuerdo en vuestra vida conyugal. De lo contrario seréis desdichados ambos. Sed amables en vuestras palabras y bondadosos en vuestras acciones; renunciad a vuestros deseos personales. Poned en vuestra vida el dulce perfume de la semejanza de Cristo (Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 48, 49).


Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Deuteronomio 4:31 CB   

31 porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; No te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.

Deuteronomio 4:24    CB   

24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

Deuteronomio 6:15    CB   

15 porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.

Josué 24:19    CB   

19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufriréis vuestras rebeliones y vuestros pecados.

Nahum 1:2    CB   

2 Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.

2 Corintios 11:2    CB   

2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.

1 Corintios 13:4    CB   

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

Juan 6:35    CB   

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:41

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 6:48

48 Yo soy el pan de vida.

Juan 6:51

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.