PARA MEMORIZAR:
«Entonces la nube cubrió la tienda de reunión, y la gloria del Señor llenó el santuario. […] Porque la nube del Señor estaba de día sobre el santuario y el fuego estaba de noche, a la vista de toda la casa de Israel en todas sus jornadas» (Éxo. 40: 34, 38).
 

Lección 13: Para el 27 de septiembre de 2025

El Tabernáculo





- Audio Lección -

La presencia de Dios en el tabernáculo

Miércoles, 24 de septiembre

Lee Éxodo 40: 1 al 38.p; ¿Cómo percibían los israelitas la presencia de Dios?

El último capítulo de Éxodo (Éxo. 40) describe la dedicación del Tabernáculo, el acontecimiento culminante de la historia de Israel en el Sinaí, y la entrega del Decálogo.

La gloria de Dios es su santidad, su carácter y su presencia amorosa, que es la bondad misma (Éxo. 3: 5; 33: 18, 19) Su presencia llenaba el Tabernáculo y se manifestaba de manera visible como la nube, la gloria, o shekiná. El libro de Éxodo termina haciendo hincapié en la presencia divina y su conducción mediante la nube durante el día y la columna de fuego por la noche. De una forma muy concreta y poderosa, el pueblo hebreo iba a experimentar no solo la realidad de Dios, sino también su presencia cercana y permanente mientras los guiaba.

Moisés erigió el Tabernáculo el primer día del primer mes del segundo año (Éxo. 40: 2, 17). También consagró todo, incluso a Aarón y a sus hijos para el (Éxo. 40: 9, 13-15), con el aceite de la unción. Recorrió el Lugar Santísimo, el Lugar Santo y el atrio, dedicando todo al Señor. Mediante este proceso, inauguró los servicios de todo el Santuario (ver también Núm. 7: 1). Moisés entró en el Lugar Santísimo únicamente durante la inauguración del Tabernáculo. A partir de entonces, solamente el sumo sacerdote podía ministrar allí una vez al año, en el Día de la Expiación (Lev. 16: 2, 17).

El texto bíblico afirma en tres ocasiones que la obra de Dios estaba terminada:

(1) al final de la semana de la Creación, Dios subraya la finalización de sus obras (Gén. 2: 1-3);   
(2)al terminar el Tabernáculo, el texto bíblico declara: «Y así acabó Moisés la obra» (Éxo. 40: 33); y   
(3) también se expresa esa idea cuando Salomón terminó la obra del Templo (1 Rey. 7: 51).

El hecho de que Dios llenara el Tabernáculo con su presencia (Éxo. 40: 34) fue el gran clímax de los acontecimientos que comenzaron con el nacimiento de Moisés y continuaron con la derrota de los dioses egipcios durante las diez plagas, con la huida de Egipto, con la derrota del ejército egipcio y, finalmente, con la revelación de Dios en el monte Sinaí.

¿De qué maneras puedes experimentar la presencia de Dios? ¿Por qué es importante que lo hagas?

Comentarios Elena G.W

No hay palabras que puedan describir la gloria de la escena que se veía dentro del Santuario, con sus paredes doradas que reflejaban la luz de los candeleros de oro, los brillantes colores de las cortinas ricamente bordadas con sus relucientes ángeles, la mesa y el altar del incienso refulgentes de oro; y más allá del segundo velo, el arca sagrada, con sus querubines místicos, y sobre ella la santa “shekinah”, manifestación visible de la presencia de Jehová; pero todo esto era apenas un pálido reflejo de las glorias del templo de Dios en el cielo, que es el gran centro de la obra que se hace en favor de la redención del hombre.

Se necesitó alrededor de medio año para construir el tabernáculo. Cuando se terminó, Moisés examinó toda la obra de los constructores, comparándola con el modelo que se le enseñó en el monte y con las instrucciones que había recibido de Dios. “Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado; y bendíjolos”. Éxodo 39:43. Con anhelante interés las multitudes de Israel se agolparon para ver el sagrado edificio. Mientras contemplaban la escena con reverente satisfacción, la columna de nube descendió sobre el santuario, y lo envolvió. “Y la gloria de Jehová hinchió el tabernáculo”. Éxodo 40:34. Hubo una revelación de la majestad divina, y por un momento ni siquiera Moisés pudo entrar. Con profunda emoción, el pueblo vio la señal de que la obra de sus manos era aceptada. No hubo demostraciones de regocijo en alta voz. Una solemne reverencia se apoderó de todos. Pero la alegría de sus corazones se manifestó en lágrimas de felicidad, y susurraron fervientes palabras de gratitud porque Dios había condescendido a morar con ellos (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 361, 362).

Luego de que se acabó la obra del tabernáculo, “una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas”. El tabernáculo fue construido de manera que pudiera ser desmontado y llevado con ellos en todos sus viajes (Spiritual Gifts, t. 4a, p. 10).

En la manifestación de Dios a su pueblo, la luz había sido siempre un símbolo de su presencia. A la orden de la palabra creadora, en el principio, la luz resplandeció de las tinieblas. La luz fue envuelta en la columna de nube de día y en la columna de fuego de noche, para guiar a las numerosas huestes de Israel. La luz brilló con tremenda majestad, alrededor del Señor, sobre el monte Sinaí. La luz descansaba sobre el propiciatorio en el tabernáculo. La luz llenó el templo de Salomón al ser dedicado. La luz brilló sobre las colinas de Belén cuando los ángeles trajeron a los pastores que velaban el mensaje de la redención (El Deseado de todas las gentes, p. 429).


Reavivados por su Palabra: Hoy, Deteronomio 8 (Incluye Audio y Comentario Bíblico)   


Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Éxodo 3:5

5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.

Éxodo 33:18

18 El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

Éxodo 33:19

19 Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.

Éxodo 40:9

9 Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está en él; y lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo.

Éxodo 40:13-15

13 Y harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo consagrarás, para que sea mi sacerdote. 14 Después harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas; 15 y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones.