Lee Marcos 8:11 al 13. CB ¿Qué postura de los fariseos desilusionó profundamente a Jesús?
¿Por qué no demostró Jesús su poder divino y convenció a estos escépticos?
El problema se retrotrae al final de Marcos 3, donde Jesús se refiere al pecado
contra el Espíritu Santo. Si una persona decide no oír ni ver, ni siquiera una
señal del Cielo la convencerá, ya que esta sería simplemente desestimada como
todo lo anterior. Aun los milagros no son suficientes para convencer a quienes
están decididos a no creer.
Lee
Marcos 8:14 al 21.
CB
¿Qué habían olvidado los discípulos y qué observación hizo Jesús a partir de ello?
Jesús aprovecha la oportunidad para advertir a los discípulos contra la “levadura” de los fariseos y la de Herodes (Mar.
8:15), que era símbolo de sus enseñanzas (ver
Mat. 16:12).
CB
Pero los discípulos no comprenden, y piensan que Jesús está hablando de
que deben evitar comprar pan literal. Como es típico cuando los discípulos
malinterpretan a Jesús, él aprovecha la ocasión para instruirlos. El Señor hace
una serie de preguntas, las primeras de ellas de naturaleza retórica, expresando
su frustración porque no han entendido la misión de él. Sus palabras recuerdan
lo que dice en
Marcos 4:10 al 12
CB
acerca de “los que están fuera” y no entienden.
Sus fuertes palabras tienen la intención de despertar a sus discípulos de su
letargo espiritual.
En
Marcos 8:19 y 20,
CB
formula preguntas simples acerca de cuántas canastas
de fragmentos habían recogido después de que él alimentó a los cinco mil
(Mar.6:30-44)
y también a los cuatro mil
(Mar. 8:1-10),
CB
con lo que pretende ilustrar que ya deberían haber comprendido que los recursos limitados no son una barrera
para el Mesías. Su pregunta final en
Marcos 8:21
CB
es nuevamente retórica: ¿Cómo aún no entienden?”
Después de todo, considera todo lo que ya habían visto y experimentado
con Jesús.
¿Cómo podemos aprender a mantener nuestros corazones y mentes abiertos a la
realidad de Dios y de su amor? Considera toda la evidencia que se nos ha dado en
favor de Dios y de su amor. Sin embargo, ¿por qué a veces parece tan fácil dudar?
Los que deseaban obtener una señal de Jesús habían endurecido de tal manera su corazón en la incredulidad que no
discernían en el carácter de él la semejanza de Dios. No querían ver que su misión cumplía las Escrituras… Ninguna señal
que se pudiese dar en el cielo o en la tierra los habría de beneficiar.
Jesús, “gimiendo en su espíritu”, y apartándose del grupo de caviladores, volvió al barco con sus discípulos. En
silencio pesaroso, cruzaron de nuevo el lago. No regresaron, sin embargo, al lugar que habían dejado, sino que se
dirigieron hacia Betsaida, cerca de donde habían sido alimentados los cinco mil. Al llegar a la orilla más alejada,
Jesús dijo: “Mirad, y guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos”… Sin embargo, los discípulos no
comprendieron a Jesús. En su repentina partida de Magdalá, se habían olvidado de llevar pan, y tenían solo un pan
consigo. Creyeron que Cristo se refería a esta circunstancia y les recomendaba no comprar pan a un fariseo o a un
saduceo. Con frecuencia su falta de fe y de percepción espiritual les había hecho comprender así erróneamente sus
palabras. En esa ocasión, Jesús los reprendió por pensar que el que había alimentado a miles de personas con algunos
peces y panes de cebada, pudiese referirse en esta solemne amonestación simplemente al alimento temporal. Había peligro
de que el astuto raciocinio de los fariseos y saduceos sumiese a sus discípulos en la incredulidad y les hiciese
considerar livianamente las obras de Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 374, 375).
Los discípulos se inclinaban a pensar que su Maestro debiera haber otorgado una señal en los cielos cuando se la habían
pedido. Creían que él era perfectamente capaz de realizarla, y que una señal tal habría acallado a sus enemigos. No
discernían la hipocresía de esos caviladores.
Meses más tarde… Jesús repitió la misma enseñanza. “Comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la
levadura de los fariseos, que es hipocresía”. Lucas 12:1.
La levadura puesta en la harina obra imperceptiblemente y cambia toda la masa de modo que comparta su propia naturaleza.
Así también, si se la tolera en el corazón, la hipocresía impregna el carácter y la vida… Los escribas y fariseos
insinuaban principios engañosos. Ocultaban la verdadera tendencia de sus doctrinas y aprovechaban toda ocasión de
inculcarlas arteramente en el ánimo de sus oyentes. Estos falsos principios, una vez aceptados, obraban como la levadura
en la harina, impregnando y transformando el carácter. Esta enseñanza engañosa era lo que hacía tan difícil para la
gente recibir las palabras de Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 375, 376).
Cuando seamos capaces de comprender el carácter de Dios como lo hizo Moisés, también nosotros nos adelantaremos a
inclinarnos en adoración y alabanza. Jesús contempló nada menos que “que el amor con que me has amado” estuviera en los
corazones de sus hijos, a fin de que pudieran impartir el conocimiento de Dios a los demás.
¡Oh qué seguridad es esta, que el amor de Dios pueda morar en los corazones de todos los que creen en él!… Uno que sabe
ha dicho: “El Padre mismo os ama”. Uno que tiene un conocimiento experimental de la longitud, anchura, altura y
profundidad de ese amor, nos ha declarado este hecho asombroso. Este amor es nuestro mediante la fe en el Hijo de Dios,
por lo tanto una conexión con Cristo significa todo para nosotros. Hemos de ser uno con él así como él es uno con el
Padre, y entonces somos amados por el Dios infinito como miembros del cuerpo de Cristo, como sarmientos de la Vid
viviente (Fundamentals of Christian Education, pp. 177, 178).
Marcos 1:44 CB44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.Marcos 7:10 CB10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.Marcos 7:11 CB11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,Marcos 10:3-8 CB3 El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. 5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.Marcos 12:26 CB3 El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó 26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?Marcos 12:29-31 CB29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. |
Marcos 2:1-3:61 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. 13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. 23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? 25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; 26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? 27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.Marcos 3:1:61 OTRA vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo* le sanaría, a fin de poder acusarle. 3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. 4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo* hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. 6 Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle. |
CB"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"Jn 10:34-35 CB"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"Jn 13:18 CB"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar." |