PARA MEMORIZAR:
“También hizo Jesús muchas otras señales, en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. Pero estas fueron escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, creyendo, tengan vida por medio de él” (Juan 20:30, 31).

 
Lección 1: Para el 5 de octubre de 2024
SEÑALES QUE INDICAN EL CAMINO


Domingo 29 de septiembre
LA BODA DE CANÁ


- Audio Lección - Texto de memoria:

Lee Juan 2:1 al 11.    CB    ¿Qué señal hizo Jesús en Caná y cómo ayudó así a sus discípulos a creer en él?



Ver a Jesús realizar el milagro de convertir el agua en vino fue una evidencia favorable a la decisión de los discípulos de seguirlo. ¿Cómo no habría de ser esa una poderosa demostración de que él procedía en verdad de Dios? Probablemente no estaban hasta entonces preparados para entender quién era él realmente.

Moisés era el líder de los israelitas, y sacó a Israel de Egipto mediante muchas (Deut. 6:22; 26:8). Fue a él a quien Dios utilizó para liberar a Israel de los egipcios. Fue, en cierto sentido, su “salvador”.

Dios profetizó a través de Moisés que vendría un profeta que sería como Moisés. Dios pidió a Israel que lo escuchara (Deut. 18:15; Mat. 17:5; Hech. 7:37). Ese “profeta” era Jesús, y, en Juan 2, Jesús realizó su primera señal, que a su vez se remontaba a la liberación de los hijos de Israel de Egipto.

El río Nilo era un recurso clave y una deidad para los egipcios. Una de las plagas iba dirigida al río: sus aguas se convirtieron en sangre. En Caná, Jesús realizó un milagro similar pero, en lugar de convertir el agua en sangre, la convirtió en vino.

El agua procedía de seis tinajas utilizadas para la purificación en los rituales judíos, lo que vincula aún más el milagro con los temas bíblicos de la salvación. Al relatar el incidente de la conversión del agua en vino, y remitirse así al Éxodo, Juan señalaba a Jesús como nuestro Libertador.

¿Qué pensó el encargado del banquete acerca del vino sin fermentar que le proporcionó Jesús? En efecto, lo sorprendió la calidad de la bebida y, puesto que ignoraba el milagro que Jesús había obrado, pensó que habían dejado lo mejor para el final.

El término griego oinos se utiliza tanto para el zumo de uva fresco como para el fermentado (ver el Diccionario bíblico adventista del séptimo día, p. 1206). Elena de White afirma que el zumo resultante del milagro no era alcohólico (véase “En las bodas de Caná”, en El Deseado de todas las gentes, p. 123). Sin duda, quienes sabían lo que había sucedido estaban asombrados. ¿Qué razones tienes para seguir a Jesús? Se nos han dado muchas, ¿verdad?

¿Qué razones tienes para seguir a Jesús? Se nos han dado muchas, ¿verdad?




Comentarios Elena G.W

Como alguien que entiende su tema, Juan atribuye todo poder a Cristo, y habla de su grandeza y majestad. Emite rayos divinos de preciosa verdad, como la luz del sol. Presenta a Cristo como el único Mediador entre Dios y la humanidad. La doctrina de la encarnación de Cristo en carne humana es un misterio, “el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades”. Es el grande y profundo misterio de la piedad. “El Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana, una naturaleza inferior a su naturaleza celestial. Nada muestra tanto la maravillosa condescendencia de Dios como esto. “De tal manera amó al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito”. Juan presenta este maravilloso tema con tal sencillez que todos pueden captar las ideas expuestas y ser iluminados.—The Review and Herald, 5 de abril de 1906. Lo que el habla es para el pensamiento, así es Cristo para el Padre invisible. Él es la manifestación del Padre, y es llamado el Verbo de Dios. Dios envió a su Hijo al mundo, su divinidad revestida de humanidad, para que el hombre pudiera llevar la imagen del Dios invisible. Él dio a conocer en sus palabras, su carácter, su poder y majestad, la naturaleza y los atributos de Dios Como legislador, Jesús ejerció la autoridad de Dios; sus mandamientos y decisiones fueron apoyados por la soberanía del trono eterno. La gloria del Padre fue revelada en el Hijo; Cristo puso de manifiesto el carácter del Padre. Estaba tan perfectamente conectado con Dios, tan completamente envuelto en su luz envolvente, que el que había visto al Hijo había visto al Padre. Su voz era como la voz de Dios... Él dice: “Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí”. “Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” ( Juan 14:11; Mateo 11:27; 14:9 )—Para que yo le conozca, pág. 38. Cada milagro que Cristo realizó fue una señal de su divinidad. Estaba haciendo la misma obra que se había predicho acerca del Mesías; pero para los fariseos estas obras de misericordia eran una ofensa positiva. Los dirigentes judíos miraban con cruel indiferencia el sufrimiento humano. En muchos casos, su egoísmo y su opresión habían causado la aflicción que Cristo alivió. Por eso sus milagros eran para ellos un oprobio. Lo que indujo a los judíos a rechazar la obra del Salvador fue la evidencia más alta de su carácter divino. El mayor significado de sus milagros se ve en el hecho de que eran para bendición de la humanidad. La evidencia más alta de que él vino de Dios es que su vida reveló el carácter de Dios. Hizo las obras y pronunció las palabras de Dios. Una vida así es el mayor de todos los milagros.—El Deseado de todas las gentes, pág. 406.

Deuteronomio 6:22   

22 Además, el Señor hizo señales y prodigios grandes y terribles delante de nuestros ojos contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa;

Deuteronomio 26:8   

8 Y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con gran terror, y con señales y prodigios;

Deuteronomio 18:15   

15 El Señor tu Dios te levantará un profeta de en medio de ti, de entre tus hermanos, como yo; a él escucharás.

Mateo 17:5   

5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él escuchad.

Hechos 7:37   

37 Éste es el Moisés que dijo a los hijos de Israel: "Dios os levantará un profeta como yo de entre vuestros hermanos".




Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."