PARA MEMORIZAR:
"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho" (Juan 14:26)
 
Lección 11: Para el 14 de diciembre de 2024
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU



- Audio Lección -

Lunes 9 de diciembre | Lección 11

JESÚS Y EL PADRE

Fuimos creados por Dios para tener una relación personal con él Sin embargo, a causa del pecado, esa relación fue radicalmente interrumpida. Podemos ver el impacto inmediato de esta ruptura en la historia del Jardín del Edén.

Lee ¿Cómo revela esto la ruptura que causó el pecado? ¿Qué signiñca el hecho de que fue Dios quien los buscó, no a la inversa?



La intención de la Deidad era ofrecer sanación a toda la humanidad poniendo fin a la brecha causada por el pecado, aunque toda la humanidad no aceptara lo que él ofrecía.

Para restaurar esta relación, un miembro de la Deidad se hizo humano. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, manifestando la gloria de Dios Como resultado, la humanidad ha recibido la plenitud y la gracia divinas. Esto es lo que Jesús vino a compartir. Vino a declarar la gloria de Dios para que la relación rota por el pecado pudiera ser restaurada, al menos para quienes estuvieran dispuestos a aceptar por fe lo que se les ha ofrecido en Cristo Jesús.

¿Qué maravillosa esperanza se vislumbra para nosotros en estos textos?

"En Cristo hay vida original, no prestada ni derivada de otra" (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 489). Sin embargo, como Hijo encarnado que "se despojó a sí mismo" del ejercicio de sus prerrogativas, Cristo, hablando de su existencia en la Tierra como hombre entre los hombres, podía referirse a su posesión de la vida como un don de Dios. "La divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna" (El Deseado de todas las gentes, p. 489).

Dios no fue reconocido por la humanidad Por lo tanto, envió a su único Hijo ara que el Padre pudiera ser conocido.

■ En el contexto del cosmos, un ateo escribió: "En nuestra oscuridad, en toda esta inmensidad, no hay ningún indicio de que venga ayuda de otra parte para salvarnos de nosotros mismos". ¿Qué enseñanza bíblica demuestra lo erróneo de esa aseveración?


Reavivados por su Palabra: Hoy, Romanos 15.    CB   


Comentarios Elena G.W

La vida de Cristo se debe revelar en la humanidad. El ser humano constituyó la corona de la obra creadora de Dios, hecho a la misma imagen divina y diseñado para ser un complemento de Dios; pero Satanás se ha esforzado por borrar la imagen de Dios en el hombre y por imprimirle la suya propia. El ser humano es muy querido para Dios, porque fue formado a su propia imagen. Este hecho debería impresionar sobre nosotros la importancia de enseñar por precepto y ejemplo lo que significa el pecado de la degradación del cuerpo que fue formado para representar a Dios ante el mundo (Exaltad a Jesús, p. 42).

[E]n vez de destruir al mundo, Dios envió a su Hijo para salvarlo. Aunque en todo rincón de la provincia enajenada se notaba corrupción y desafío, se proveyó un modo de rescatarla. En el mismo momento de la crisis, cuando Satanás parecía estar a punto de triunfar, el Hijo de Dios vino como embajador de la gracia divina. En toda época y en todo momento, el amor de Dios se había manifestado en favor de la especie caída. A pesar de la perversidad de los hombres, hubo siempre indicios de misericordia. Y llegada la plenitud del tiempo, la Divinidad se glorificó derramando sobre el mundo tal efusión de gracia sanadora, que no se interrumpiría hasta que se cumpliese el plan de salvación.

Satanás se estaba regocijando de que había logrado degradar la imagen de Dios en la humanidad. Entonces vino Jesús a restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor. Nadie, excepto Cristo, puede amoldar de nuevo el carácter que ha sido arruinado por el pecado. Él vino para expulsar a los demonios que habían dominado la voluntad. Vino para levantarnos del polvo, para rehacer según el modelo divino el carácter que había sido mancillado, para hermosearlo con su propia gloria (El Deseado de todas las gentes, p. 28).

El paralítico halló en Cristo curación, tanto para el alma como para el cuerpo. La curación espiritual fue seguida por la restauración física, Esta lección no debe ser pasada por alto. Hay hoy día miles que están sufriendo de enfermedad física y que, como el paralítico, están anhelando el mensaje: “Tus pecados te son perdonados”. La carga de pecado, con su intranquilidad y deseos no satisfechos es el fundamento de sus enfermedades. No pueden hallar alivio hasta que vengan al Médico del alma. La paz que él solo puede dar, impartiría vigor a la mente y salud al cuerpo.

Jesús vino para “deshacer las obras del diablo”. “En él estaba la vida”, y él dice: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Él es un “espíritu vivificante”. 1 Juan 3:8; Juan 1:4; 10:10; 1 Corintios 15:45. Y tiene todavía el mismo poder vivificante que, mientras estaba en la tierra, sanaba a los enfermos y perdonaba al pecador. Él “perdona todas tus iniquidades”, él “sana todas tus dolencias”. Salmo 103:3 (El Deseado de todas las gentes, p. 270).


Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Génesis 1:26-27    CB   

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Génesis 3:7-9    CB   

7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Juan 1:14-18    CB   

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan 1:1-2    CB   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios.

Juan 5:16-18    CB   

16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

Juan 6:69    CB   

69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Juan 10:10    CB   

10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Juan 10:30   CB   

30 Yo y el Padre uno somos.

Juan 20:28   CB   

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!

Filipenses 2:7   

7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Juan 17:25   

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.

Juan 9:4   

4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.

Juan 16:5   

5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?