PARA MEMORIZAR:
"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho" (Juan 14:26)
 
Lección 11: Para el 14 de diciembre de 2024
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU



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Miércoles 11 de diciembre | Lección 11

EL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo no es tan prominente en el Evangelio de Juan como el Padre y el Hijo. Sin embargo, su papel es crucial para el éxito de la misión de Jesús.

Lee ¿Qué nos enseña este texto acerca de la importancia del Espíritu Santo para la conversión?

En el primer capítulo de Juan podemos ver cuán central es el papel del Espíritu Santo. Juan nos dice que todos los que recibieron la Palabra, es decir, quienes creyeron en él, se convirtieron en hijos de Dios, quienes "no nacieron en forma natural, por voluntad humana, ni por el deseo de un hombre, sino que nacieron de Dios" (Juan 1:13). Esto solo es posible gracias a la obra del Espíritu Santo.

¿Qué dicen los siguientes pasajes acerca de las actividades del Espíritu Santo?

"Al describir a sus discípulos la obra interior del Espíritu Santo, Jesús trató de inspirarlos con el gozo y la esperanza que alentaba su propio corazón. Se regocijaba por la ayuda abundante que había provisto para su iglesia. El Espíritu Santo era el más elevado de todos los dones que podía solicitar de su Padre para la exaltación de su pueblo. El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera Persona de la Deidad, quien iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino" (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 625).

Qué bendición es, entonces, recibir al Espíritu Santo, quien corrobora que Dios es verdadero (Juan 3:33). El Espíritu es quien convence de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8-11). Por lo tanto, la clave para saber qué es correcto, verdadero y bueno es la sumisión de nuestra razón y de las experiencias de nuestra vida a la Palabra de Dios, mediante el poder del Espíritu Santo para persuadir y convencer de pecado.


Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Corintios 1.    CB   


Comentarios Elena G.W

Dios manda que llenemos la mente con pensamientos grandes y puros. Desea que meditemos en su amor y misericordia, que estudiemos su obra maravillosa en el gran plan de la redención. Entonces podremos comprender la verdad con claridad cada vez mayor, nuestro deseo de pureza de corazón y claridad de pensamiento será más elevado y más santo. El alma que mora en la atmósfera pura de los pensamientos santos, será transformada por la comunión con Dios por medio del estudio de las Escrituras.

“Y llevan fruto”. Los que habiendo recibido la palabra la guardan, darán frutos de obediencia. La palabra de Dios, recibida en el alma, se manifestará en buenas obras. Sus resultados se verán en una vida y un carácter semejantes a los de Cristo. Jesús dijo de sí mismo: “El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado; y tu ley está en medio de mis entrañas”. “No busco mi voluntad, mas la voluntad del que me envió, del Padre”. Y la Escritura dice: “El que dice que está en él, debe andar como él anduvo”. 1 Juan 2:6 (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 39, 40).

La aceptación de Cristo da valor al ser humano. Su sacrificio imparte vida y luz a todos los que aceptan a Cristo como a su Salvador personal. El amor de Dios mediante Jesucristo se infunde ampliamente en el corazón de cada miembro del cuerpo de Cristo, llevando consigo la vitalidad de la ley de Dios el Padre…

Dios ama a los que son redimidos mediante Cristo así como ama a su Hijo. ¡Qué pensamiento! ¿Puede amar Dios al pecador como ama a su propio Hijo? Sí, Cristo ha dicho esto y él se propone hacer exactamente lo que dice. Él honrará todos nuestros proyectos, si nos aferramos de sus promesas mediante una fe viviente y ponemos nuestra confianza en él. Mirad a él, y vivid. Todos los que obedecen a Dios están comprendidos en la oración que Cristo ofreció a su Padre: “Les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”. Juan 17:26. ¡Maravillosa verdad, demasiado difícil para que la comprenda la humanidad! (Mensajes selectos, t. 1, p. 352).

Cristo se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, para redimir al hombre. La humanidad del Hijo de Dios es todo para nosotros. Es la áurea cadena eslabonada que une nuestras almas con Cristo, y mediante Cristo con Dios. Este debe ser nuestro estudio. Cristo era un verdadero hombre, y demostró su humildad convirtiéndose en hombre. Era Dios en la carne…

La posición de Cristo con su Padre es de igualdad. Eso le permitió convertirse en ofrenda por el pecado de los transgresores. Era plenamente suficiente para magnificar la ley y engrandecerla (Comentarios de Elena G. de White en_Comentario bíblico adventista del séptimo día_, t. 7, pp. 916, 917).


Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Génesis 1:26-27    CB   

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Génesis 3:7-9    CB   

7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Juan 1:14-18    CB   

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan 7:16    CB   

16 Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.

Juan 8:38    CB   

38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.

Juan 14:10    CB   

10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

Juan 14:23    CB   

23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Juan 15:1    CB   

1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

Juan 15:9-10    CB   

9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

Juan 16:27    CB   

27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.

Juan 16:28    CB   

28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

Juan 17:3    CB   

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Filipenses 2:7   

7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Juan 17:25   

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.

Juan 9:4   

4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.

Juan 16:5   

5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?