Lección 4 | Miércoles 23 de octubre
Lee Juan 1:43 al 46- CB ¿Qué revelaba ya el mensaje de Felipe acerca de su fe en Jesús?
Felipe era de Betsaida, al igual que Andrés y Pedro. Encontró a su amigo Natanael y le habló de Jesús. Juan el Bautista había llamado a Jesús "el Cordero de Dios". Andrés dijo a Pedro que había encontrado "al Mesías". Pero Felipe llama a Jesús "aquel de quien escribieron Moisés y los profetas" y añade el nombre "Jesús de Nazaret". Su referencia a Nazaret provoca una aguda reacción de un amigo.
Natanael tenía prejuicios acerca de la pequeña ciudad de Nazaret seguramente un rey no vendría de un lugar tan apartado. Los prejuicios inpiden ver lo que las personas valen realmente. Felipe parece haber reconocido, posiblemente por conversaciones anteriores con Natanael, que la forma adecuada de tratar los prejuicios no es una exaltada argumentación filosófica o teológica, sino más bien invitar al individuo a experimentar la verdad personalmente. Simplemente, dijo: "Ven y ve". Y eso es exactamente lo que hizo. Fue y vio.
Lee Juan 1:47 al 51. CB ¿Cómo convenció Jesús a Natanael de quién era, y cuál fue la respuesta de Natanael?
Entre los versículos 46 y 47 se encuentra el detalle crucial de cómo respondió Natanael a la invitación de Felipe. Se levantó y fue a verlo. Su amistad con Felipe fue más fuerte que sus prejuicios, y su vida cambió a partir de ese momento. 
Jesús pronuncia palabras halagadoras acerca de Natanael, llamándolo israe- » lita en quien no hay engaño (Juan 1:47), un gran contraste con lo que Natanael había dicho acerca de Jesús (Juan 1:46). Natanael responde sorprendido, pues no había visto antes a Jesús.
Entonces Jesús refiere haberlo visto bajo una higuera,
y esta pequeña afirmación convence a Natanael. Jesús había visto por iluminación
divina a Natanael orando, buscando la verdad bajo aquel árbol (ver Elena de White,
El Deseado de todas las gentes, p.
114). Natanael hace entonces una exaltada confesión y llama a
Jesús Rabí, Hijo de Dios y Rey de Israel. Observa cómo aquella revelación
aparentemente pequeña de parte de Jesús conduce a la más grandiosa confesión de
fe.
Diferentes derivados de este vocablo se usan en el libro de Isaías como alusión
mesiánica
y se traducen según el contexto como "retoño",
"vástago", "rama", "flor" o "renuevo"; o
como alguna conjugación de vigilar, guardar, observar, defender, rodear,
preservar (del
peligro) o esconder. '
Felipe llamó a Natanael. Este último había estado entre la multitud cuando el Bautista señaló a Jesús como el
Cordero de Dios. Cuando Natanael miró a Jesús, se sintió desilusionado. ¿Podría este hombre, que llevaba las marcas
del trabajo y la pobreza, ser el Mesías? Sin embargo, Natanael no podía decidir rechazar a Jesús, porque el mensaje
de Juan había traído convicción a su corazón.
En el momento en que Felipe lo llamó, Natanael se había retirado a un bosque tranquilo para meditar sobre el anuncio
de Juan y las profecías concernientes al Mesías. Oró para que si el anunciado por Juan era el libertador, se le
hiciera saber, y el Espíritu Santo descansó sobre él con la seguridad de que Dios había visitado a su pueblo y
levantado un cuerno de salvación para ellos. . . .
El mensaje: “Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas”, le pareció a Natanael una
respuesta directa a su oración. . . . [Pero] el prejuicio surgió en el corazón de Natanael. Felipe exclamó: “¿De
Nazaret puede salir algo de bueno?”
. Felipe no entró en controversia. Le dijo: “Ven y ve”. “Jesús vio a Natanael que venía a él, y dijo de él: He aquí
un verdadero israelita, en quien no hay engaño”. Sorprendido, Natanael exclamó: “¿De dónde me conoces? Respondió
Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi”.
Eso fue suficiente. El Espíritu divino que había dado testimonio a Natanael en su oración solitaria bajo la higuera
ahora le habló con las palabras de Jesús. Aunque dudaba y cedía un poco al prejuicio, Natanael había venido a Cristo
con un sincero deseo de la verdad, y ahora su deseo se vio satisfecho. Su fe sobrepasó la de aquel que lo había
traído a Jesús. Respondió y dijo: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel”. —Exaltadlo, pág. 81.
Si Natanael hubiera confiado en los rabinos para recibir su guía, nunca habría encontrado a Jesús. Fue viendo y
juzgando por sí mismo como llegó a ser discípulo. Lo mismo sucede con muchos hoy día, a quienes el prejuicio les
impide hacer el bien. ¡Cuán diferente sería el resultado si “vinieran y vieran”!
Mientras confíen en la guía de la autoridad humana, ninguno llegará a un conocimiento salvador de la verdad. Como
Natanael, necesitamos estudiar la Palabra de Dios por nosotros mismos y orar para recibir la iluminación del
Espíritu Santo. El que vio a Natanael bajo la higuera nos verá en el lugar secreto de oración. Los ángeles del mundo
de la luz están cerca de los que con humildad buscan la guía divina.—El Deseado de todas las gentes, págs. 140, 141.
Comentarios Elena G.W
“El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.” Felipe obedeció la orden, y de
inmediato él también llegó a ser obrero de Cristo.—El Deseado de todas las gentes, pág. 139.
Marcos 10:45
CB
45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Romanos 5:6
CB
6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
1 Pedro 2:24
CB
24 y él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos al pecado, vivamos
a la justicia; porque por su llaga fuisteis sanados.
1 Corintios 1:26-29
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos
nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que
es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Marcos 12:10
CB
"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon
los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"
Jn 10:34-35
CB
"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije,
dioses sois? Si llamó dioses
a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no
puede ser quebrantada),"
Jn 13:18
CB
"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas
para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo,
levantó contra mí su calcañar."