PARA MEMORIZAR:
Y cuando yo sea levantado de la tierra, a todos atraeré hacia mí o de la tierra, a todos atraeré hacia mí" (Juan 12:32).
 
Lección 6: Para el 9 de noviembre de 2024
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Domingo 3 de noviembre | Lección 6

HUMILDAD: JUAN EL BAUTISTA VUELVE A DAR TESTIMONIO

La lección 2 describió cómo el testimonio de Juan el Bautista llevó a los primeros discípulos (Andrés y Juan, Pedro, Felipe y Natanael) a Jesús. Cabría esperar que el Bautista desapareciera de escena tras dar su testimonio. Pero reaparece varias veces en el Evangelio de Juan.

Lee Juan 3:25 al 36.    CB    ¿De qué manera Juan el Bautista es comparado con Jesús?



Surgió una disputa entre los discípulos de Juan el Bautista y un judío anónimo acerca de la purificación, probablemente, sobre la eficacia del bautismo (comparar con Mar. 1:4, 5).    CB    Curiosamente, cuando los discípulos de Juan acuden a él para dirimir la cuestión, mencionan a Jesús: "Está bautizando, y todos van a él" (Juan 3:26).    CB    No es difícil leer entre líneas que están celosos de Jesús y preocupados por la reputación tanto de su maestro como de ellos mismos.

Habría sido muy fácil que Juan cediera a los celos, pero no lo hizo pues sabía cuál era su misión. A diferencia de ello, recordó a sus discípulos que nunca pretendió ser el Cristo. Vino, en cambio, a señalar hacia él, a prepararle el camino, a ser su testigo (Juan 1:6-8).    CB   

Utilizando la ilustración de una boda, se compara a sí mismo con el amigo del novio, y a Jesús con el novio. La novia sería el pueblo de Dios (comparar con Ose. 2:16-23; Isa. 62:1-5). Luego, en palabras que muestran la verdadera grandeza de Juan, dice: "Él tiene que crecer y yo menguar" (Juan 3:30).

Juan 3:31 al 36    CB    continúa la comparación entre Jesús y Juan para destacar así la superioridad del Mesías respecto de su precursor. Al dirigir así la atención hacia Jesús, Juan subraya nuevamente la idea del testimonio. Quienes reciben ese testimonio y creen en Jesús tienen vida eterna. Quienes no lo reciben quedan bajo la ira de Dios. Eso dice el texto. Dios ama al mundo y envió a su Hijo para salvarlo (Juan 3:16,17), pero quienes rechazan el regalo que se les ofrece enfrentarán la consecuencia de sus propios pecados: la muerte eterna.

■ ¿Cómo podemos aprender la lección de la humildad en relación con Dios y con los demás? ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Juan acerca de la humildad?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Hechos 7.    CB   


Comentarios Elena G.W

Cuando, después que comenzara el ministerio de Cristo, los discípulos de Juan fueron a él con la queja de que todos seguían al nuevo Maestro, Juan demostró cuán claramente comprendía su relación con el Mesías, y cuán gustosamente daba la bienvenida a Aquel cuyo camino había preparado…

“Vosotros mismos me sois testigos que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y lo oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido. A él conviene crecer, mas a mí menguar”. Juan 3:27-30.

Mirando con fe al Redentor, Juan se había elevado a la altura de la abnegación. Él no trataba de atraer a los hombres a sí mismo, sino de elevar sus pensamientos siempre más alto, hasta que reposasen en el Cordero de Dios. Él no había sido más que una voz, un clamor en el desierto. Ahora aceptaba con gozo el silencio y la oscuridad, a fin de que los ojos de todos pudiesen dirigirse hacia la Luz de la vida (Obreros evangélicos, pp. 57, 58).

El profeta [Juan el Bautista] señala al Salvador como el Sol de Justicia que se eleva con esplendor y pronto eclipsará su propia luz, para luego palidecer y oscurecerse en la gloria de una luz mayor. Juan, por su alegría desinteresada en el ministerio exitoso de Jesús, presenta al mundo el tipo más verdadero de nobleza jamás exhibido por un hombre mortal. Lleva consigo una lección de sumisión y abnegación para aquellos a quienes Dios ha colocado en puestos de responsabilidad. Les enseña a no apropiarse nunca de honores indebidos, ni dejar que el espíritu de rivalidad deshonre la causa de Dios…

Las noticias que habían sido llevadas a Juan acerca del éxito de Jesús fueron llevadas también a Jerusalén, y allí crearon contra él celos, envidia y odio. Jesús conocía los corazones endurecidos y las mentes ensombrecidas de los fariseos, y que no escatimarían esfuerzos para crear una división entre sus propios discípulos y los de Juan que perjudicaría grandemente la obra, por lo que calladamente dejó de bautizar y se retiró a Galilea. Sabía que se avecinaba la tormenta que pronto barrería al profeta más noble que Dios había dado al mundo. Quiso evitar toda división de sentimientos en la gran obra que tenía ante sí y, por el momento, se retiró de aquella región con el propósito de calmar toda conmoción perjudicial para la causa de Dios (The Spirit of Prophecy, t. 2, pp. 138, 139).

Cuando, en lugar de confiar en la comprensión humana, o conformarnos a las máximas del mundo, nos sentemos a los pies de Jesús, bebiendo ansiosamente sus palabras, aprendiendo de él, y diciendo: “Señor, ¿qué quieres que haga?”, nuestra independencia natural, nuestra confianza propia, nuestra obcecada fuerza de voluntad, serán cambiadas por un espíritu infantil, sumiso y educable…

Nuestros afectos se centrarán en Jesús, nuestros pensamientos serán poderosamente arrastrados hacia el cielo. Cristo crecerá, yo decreceré… Cultivaremos las virtudes que moran en Jesús, para que podamos reflejar ante los demás una representación de su carácter (Nuestra elevada vocación, p. 101).


Oseas 2:16-23   CB

16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.
17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.
18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura.
19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.
21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;
22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.
23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo- ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

Isaías 62:1-5    CB


1 POR amor de Sión no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.
2 Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.
3 Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo.
4 Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada.
5 Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."