PARA MEMORIZAR:
Y cuando yo sea levantado de la tierra, a todos atraeré hacia mí o de la tierra, a todos atraeré hacia mí" (Juan 12:32).
 
Lección 6: Para el 9 de noviembre de 2024
MÁS TESTIMONIOS ACERCA DE JESÚS



- Audio Lección -

Sábado 2 de noviembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 3:25-36; 1:32-36; Dan. 7:18; Juan 6:51-71; 536-38; 7:37-53.

PARA MEMORIZAR:

" Y cuando yo sea levantado de la tierra, a todos atraeré hacia mí" (Juan 12:32).    CB   

Jesús no se limitó a decir cosas asombrosas acerca de sí mismo, de quién era, de quién lo envió o de su procedencia. También mostró quién era mediante los milagros y las señales que realizó. En las palabras de algunos que testificaron abiertamente en favor de Jesús: "Cuando venga el Cristo, ¿acaso hará más señales que este hombre?" (Juan 7:31). En efecto, él respaldó sus palabras con acciones que demostraron la veracidad de ellas.

Pero, a medida que el drama continúa, comienza una división entre la gente. La curación del hombre junto al estanque de Betesda atrae la ira de algunos líderes. La discusión en Capernaum tras la alimentación de los cinco mil da lugar al rechazo de Jesús por parte de las multitudes. La resurrección de Lázaro suscita fe en algunos, pero desencadena en otros una hostilidad que conducirá al juicio y la ejecución de Jesús.

La lección de esta semana examina a algunos que dieron testimonio en favor de Jesús. En cada uno de estos incidentes se revelan algunos aspectos de quién es realmente Jesús, y juntos crean una visión más profunda de Jesús como el Mesías.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Hechos 6.    CB   


Comentarios Elena G.W

Cristo presentó a la multitud de judíos y gentiles de todas las naciones las verdades originales relacionadas con su reino, que habían estado sepultadas fuera de la vista. Procuró despejar la niebla y la confusión de sus ideas falsas y largamente atesoradas en cuanto a su misión y a su reino. Ellos suponían que era un reino temporal y terrenal, pero él les reveló su naturaleza espiritual y eterna. Desplegó ante ellos los principios de largo alcance de la ley de Dios; mandamiento tras mandamiento los presentó en su verdadero sentido espiritual, y mostró la extensión de las demandas de los preceptos de Dios. No han de dirigir solamente la conducta, sino controlar el corazón. La gente se asombraba de sus doctrinas y las lecciones dadas por Cristo porque eran tan diferentes de todo lo que el pueblo había escuchado de los escribas y fariseos. No presentaba argumentos laboriosos e intrincados que confundieran con imposiciones los mandamientos de Dios, de modo que nadie pudiera esperar cumplirlos. Jesús, el gran Maestro, exponía en el lenguaje más sencillo las grandes verdades morales, revistiéndolas de frescura y fuerza (The Review and Herald, 21 de marzo, 1893, párrafo 3).

Desde Jerusalén las noticias de los milagros de Cristo se habían difundido dondequiera que estaban dispersos los judíos; y aunque durante muchos meses él había permanecido ausente de las fiestas, el interés en él no había disminuido. Muchos, de todas partes del mundo, habían venido a la fiesta de las cabañas con la esperanza de verle. Al principio de la fiesta, muchos preguntaron por él. Los fariseos y gobernantes esperaban que viniese, deseosos de tener oportunidad para condenarle. Preguntaban ansiosamente: “¿Dónde está?” Pero nadie lo sabía. En todas las mentes predominaban pensamientos relativos a él. Por temor a los sacerdotes y príncipes, nadie se atrevía a reconocerle como el Mesías, mas por doquiera había discusiones serenas pero fervorosas acerca de él. Muchos le defendían como enviado de Dios, mientras que otros le denunciaban como engañador del pueblo (El Deseado de todas las gentes, p. 415).

Jesús podría haber estado en paz con el mundo solo dejando a los transgresores de la ley sin reprobación, sin reprensión. Pero no pudo hacerlo, pues había venido para quitar los pecados del mundo… Cristo denunciaba la injusticia, y su sola presencia era un reproche al pecado. La atmósfera que rodeaba su alma era tan pura, tan elevada, que colocaba a los rabinos, sacerdotes y gobernantes hipócritas en su verdadera posición, y los revelaba en su verdadero carácter de pretender la santidad, y al mismo tiempo tergiversar a Dios y su verdad. En la rica belleza del carácter de Cristo, el celo por Dios era siempre evidente. Su justicia iba delante de él, y la gloria del Señor iba detrás. Sólo odiaba una cosa: el pecado. Pero el mundo amaba el pecado y odiaba la justicia, y esta era la causa de la hostilidad del mundo hacia Jesús (The Review and Herald, 24 de julio, 1894, párrafo 5).


Juan 3:25-36   

25 Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. 26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. 27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. 28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. 29 El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. 30 Es necesario que él crezca, pero que yo meng:ue. 31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. 32 Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. 33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. 34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Juan 3:25-36   

Juan 1:32-36 32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. 35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.

Juan 3:25-36   

Daniel 7:18 18 Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.

Juan 3:25-36   

Juan 6:51-71 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. 60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. 66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

Juan 5:36-38   

36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. 37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.

Juan 7:37-53   

37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. 40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. 41 Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42 ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? 43 Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él. 44 Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano. 45 Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? 46 Los alguaciles respondieron: !!Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! 47 Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? 48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? 49 Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. 50 Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: 51 ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? 52 Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta. 53 Cada uno se fue a su casa;

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Marcos 12:10    CB

"¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;"

Jn 10:34-35    CB

"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),"

Jn 13:18    CB

"No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar."