PARA MEMORIZAR:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6).
 

Lección 9: Para el 30 de noviembre de 2024

LA FUENTE DE LA VIDA




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Lección 9 | Martes 26 de noviembre

EL HECHO DE CREER Y EL NUEVO NACIMIENTO

Lee ¿Qué pasos se describen aquí para llegar a ser cristiano?



Juan escribió su Evangelio para que creyéramos en Jesús y para que, creyendo, tuviéramos vida eterna en su nombre (Juan 20:31). En Juan 1:12 y 13, este proceso se describe en dos pasos. Primero, lo recibimos, es decir, creemos en él. En segundo lugar, él nos da autoridad o poder para convertirnos en hijos de Dios, lo que en el versículo 13 se describe como el hecho de ser engendrados por Dios. Por lo tanto, hay un aspecto humano y uno divino en la conversión del cristiano. Debemos creer, recibirlo y estar dispuestos a recibir la luz, pero él es quien regenera el corazón.

De hecho, la fe misma es un don de Dios que resulta de oír su Palabra (Rom. 10:17). "Para tener una fe verdadera y permanente en Cristo, debemos conocerlo tal como está representado en la Palabra" (Elena de White, Fundamentáis ofChris-tian Education, p. 433). "El Espíritu que opera en la mente humana y la ilumina crea fe en Dios" (Comentarios de Elena de White, Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7A, p. 915).

Quienes creen y aceptan al Hijo como el Mesías reciben la vida eterna. Juan también hace hincapié en aceptar o creer la Palabra que Jesús pronunció La función del Espíritu Santo es producir convicción (Juan 16:7, 8; comparar con Rom. 8:16).

Lee ¿Qué principio se expresa aquí acerca de la salvación en Jesús?



La fe, la fe bíblica, basada en la obra del Espíritu Santo en nuestros corazones, es el fundamento de nuestra fe. "La fe es [...] la gran bendición: el ojo que ve, el oído que oye" (Elena de White, En los lugares celestiales, p. 106). El enfoque humanista de la fe afirma que debemos encontrar un fundamento para la fe, y luego creer. Por el contrario, el enfoque bíblico afirma que la fe es el fundamento, un don de Dios Empezamos con el fundamento, que es la fe, y a partir de allí crecemos en comprensión y gracia.

■ Si alguien te preguntara en qué se basa tu fe, ¿qué responderías?




Reavivados por su Palabra: Hoy, Romanos 2.    CB   


Comentarios Elena G.W

La vieja naturaleza, nacida de sangre y de la voluntad de la carne, no puede heredar el reino de Dios. Debe renunciarse a los viejos caminos, las tendencias hereditarias, los antiguos hábitos, pues la gracia no se hereda. El nuevo nacimiento consiste en tener nuevos motivos, nuevos gustos, nuevas tendencias. Los que han sido engendrados por el Espíritu Santo para vivir una vida nueva, han llegado a ser participantes de la naturaleza divina, y en todos sus hábitos y prácticas demostrarán su relación con Cristo. Cuando los hombres que pretenden ser cristianos retienen todos sus defectos naturales de carácter y de genio, ¿en qué se diferencia su actitud de la de los mundanos? No aprecian la verdad como santificadora y refinadora. No han nacido de nuevo (Maranata: el Señor viene, p. 244).

[H]oy hay en el mundo religioso multitudes que creen estar trabajando para el establecimiento del reino de Cristo como dominio temporal y terrenal. Desean hacer de nuestro Señor el Rey de los reinos de este mundo, el gobernante de sus tribunales y campamentos, de sus asambleas legislativas, sus palacios y plazas. Esperan que reine por medio de promulgaciones legales, impuestas por autoridad humana. Como Cristo no está aquí en persona, ellos mismos quieren obrar en su lugar ejecutando las leyes de su reino. El establecimiento de un reino tal es lo que los judíos deseaban en los días de Cristo. Habrían recibido a Jesús si él hubiese estado dispuesto a establecer un dominio temporal, a imponer lo que consideraban como leyes de Dios, y hacerlos los expositores de su voluntad y los agentes de su autoridad. Pero él dijo: “Mi reino no es de este mundo”. Juan 18:36 (El Deseado de todas las gentes, p. 470).

La Palabra de Dios no se considera digna de confianza en esta época. La Palabra de Cristo, que corta directamente a través de los deseos e indulgencias humanos, y condena los hábitos y prácticas populares —esa Palabra que fue hecha carne y habitó entre nosotros—, se ignora y se desprecia. Las enseñanzas y el ejemplo de Cristo no son aceptados como el criterio de la vida de los que profesan seguir al Señor. Muchos que invocan el nombre de Cristo caminan a la luz de las chispas de su propio fuego, en lugar de seguir tras las pisadas de su profeso Maestro. No representan el mismo carácter que Cristo representaba mediante su amor puro y sincero hacia Dios, y su amor para el hombre caído. No aceptan a Dios al pie de la letra, ni identifican sus intereses con Jesucristo. No forman el hábito de tener comunión con Jesús, de tomarlo como su guía y consejero, y por lo tanto no aprenden el oficio de vivir una vida cristiana bien definida…

El resultado de la operación interna del Espíritu de Dios se revela en la conducta exterior. La vida del cristiano está escondida con Cristo en Dios, y el Señor reconoce a los que son suyos al declarar: “Vosotros sois mis testigos”. Ellos testifican de que el poder divino actúa sobre sus corazones y modela su conducta (Exaltad a Jesús, p. 118).
Un lugar de Estudio


Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Juan 1:12-13    CB

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

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Romanos 8:16

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Juan 5:24

24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Juan 5:38

38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.

Juan 5:47

47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?

Efesios 2:8

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

1 Corintios 1:17-24

17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19 Pues está escrito:Destruiré la sabiduría de los sabios,Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

1 Corintios 2:1-6

1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.

Juan 3:15-16

15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 5:24

24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Juan 6:40

40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Juan 6:47

47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Juan 8:31

31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

Juan 12:46

46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.

Juan 20:31

31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.