Lección 9: Para el 30 de noviembre de 2024
Lección 9: Para el 30 de noviembre de 2024
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
PARA MEMORIZAR:
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí"
En el Evangelio de Juan, cuando preguntaron a Jesús quién era, respondió: "YO SOY", una referencia inequívoca a la Deidad, al Señor mismo, quien se había identificado así al presentarse ante Moisés en la zarza ardiente: "Yo soy el que soy" (Éxo. 3:14). Y este mismo Dios, el "YO SOY", "se hizo carne, y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad. Y vimos su gloria, gloria que, como Hijo único, recibió del Padre" (Juan 1:14).
El título "YO SOY" está presente en todo el Evangelio de Juan. El versículo para memorizar de esta semana refleja ese tema: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6). El "YO SOY" es la Luz del mundo, el Pan de vida, la Puerta de las ovejas, el Buen Pastor y la Vid verdadera.
Esta semana continuaremos estudiando la revelación de Dios que nos ofrece Juan. También exploraremos más a fondo el rechazo de Jesús por parte de algunos a pesar de las poderosas evidencias de que era el Mesías. Estudiaremos este fenómeno por dos razones: para evitar el mismo error y para considerar cómo podemos alcanzar a quienes corren actualmente el peligro de cometer ese error.
Reavivados por su Palabra: Hechos 27. CB
Los maestros de Israel no estaban sembrando la simiente de la Palabra de Dios. La obra de Cristo como Maestro de la verdad se hallaba en marcado contraste con la de los rabinos de su tiempo. Ellos se espaciaban en las tradiciones, en las teorías y especulaciones humanas. A menudo colocaban lo que el hombre había enseñado o escrito acerca de la Palabra en lugar de la Palabra misma. Su enseñanza no tenía poder para vivificar el alma. El tema de la enseñanza y la predicación de Cristo era la Palabra de Dios. Él hacía frente a los inquiridores con un sencillo: “Escrito está”. “¿Qué dice la Escritura?” “¿Cómo lees?” En toda oportunidad, cuando se despertaba algún interés, fuera por obra de un amigo o un enemigo, él sembraba la simiente de la palabra. Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida, siendo él mismo la Palabra viviente, señala las Escrituras, diciendo: “Ellas son las que dan testimonio de mí”. “Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Juan 5:39; Lucas 24:27 (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 38, 39).Cada sentencia que pronunciaba era, para los oyentes, la vida de Dios…
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quién yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo”. Juan 1:14, 15. Sí, existió antes que Juan. Oculto en la columna de nube de día y en la columna de fuego en la noche, guio a los hijos de Israel a través del desierto. “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”. Juan 1:16 (Alza tus ojos, p. 234).
Dios desea que el hombre haga uso de su facultad de razonar, y el estudio de la Sagrada Escritura fortalece y eleva la mente como ningún otro estudio puede hacerlo. Con todo, debemos cuidarnos de no deificar la razón, que está sujeta a las debilidades y flaquezas de la humanidad. Si no queremos que las Sagradas Escrituras estén veladas para nuestro entendimiento de modo que no podamos comprender ni las verdades más simples, debemos tener la sencillez y la fe de un niño, estar dispuestos a aprender e implorar la ayuda del Espíritu Santo. El conocimiento del poder y la sabiduría de Dios y la conciencia de nuestra incapacidad para comprender su grandeza, deben inspirarnos humildad, y hemos de abrir su Palabra con santo temor, como si compareciéramos ante él. Cuando nos acercamos a la Escritura nuestra razón debe reconocer una autoridad superior a ella misma, y el corazón y la inteligencia deben postrarse ante el gran YO SOY.
Hay muchas cosas aparentemente difíciles u obscuras que Dios hará claras y sencillas para los que con esa humildad procuren entenderlas. Mas sin la dirección del Espíritu Santo estaremos continuamente expuestos a torcer las Sagradas Escrituras o a interpretarlas mal (El camino a Cristo, p. 110).
Juan 8:54-58
1 Corintios 1:26-29
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.