PARA MEMORIZAR:
«Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos» (Ose. 14: 4).
 
Lección 1: Para el 4 de enero de 2025
DIOS AMA DE PURA GRACIA



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Lección 1 | Domingo 29 de diciembre

MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS RAZONABLES

Dios no solo nos pregunta: "¿Me amas?", sino también ama a cada persona, y lo hace de pura gracia. De hecho, nos ama a ti y a mí, y a todas las personas, más de lo que podemos imaginar. Conocemos este amor por la forma en que ha actuado a lo largo de la historia de su pueblo.

Lee Considera el contexto de estos versículos y la narración en la que aparecen. ¿Qué revela este pasaje, especialmente el versículo 19, acerca de la voluntad y el amor de Dios?



Todo parecía perdido. Poco después de que Dios liberara a su pueblo de la esclavitud en Egipto, Israel se rebeló contra él y adoró un becerro de oro. Cuando Moisés bajó del monte, vio lo que habían hecho y arrojó las tablas que contenían los Diez Mandamientos, que se hicieron añicos. Aunque el pueblo había perdido todo derecho a los privilegios y las bendiciones del pacto que Dios les había concedido de pura gracia, el Señor decidió aun así continuar en la relación de pacto con ellos a pesar de que eran indignos de las bendiciones de aquel acuerdo.

Las palabras de Éxodo 33:19, "tendré misericordia de quien yo quiera, y seré clemente con quien yo quiera", a menudo se malinterpretan en el sentido de que Dios elige arbitrariamente ser compasivo y misericordioso con algunos, pero no con otros. Sin embargo, a la luz del contexto, Dios no está afirmando aquí que él arbitrariamente será misericordioso y compasivo con algunos y no con otros. No es así como Dios actúa, contrariamente a lo que dice la teología popular según la cual Dios predestina a algunos para que se pierdan y enfrenten la condenación eterna.

¿Qué está proclamando Dios aquí? Esencialmente, que como Creador de todo, tiene el derecho y la autoridad de conceder gracia y compasión libremente incluso a las personas que menos lo merecen. Y lo está haciendo en esta situación, incluso después de la rebelión del becerro de oro, al conceder misericordia a su pueblo, Israel, aunque no lo mereciera.

Este es uno de los muchos casos en los que Dios manifiesta su amor y lo hace más allá de cualquier expectativa razonable. Buenas noticias para todos nosotros, ¿verdad?

■ ¿De qué maneras sigue Dios manifestando su amor por ti, incluso más allá de cualquier expectativa razonable?




Reavivados por su Palabra: Hoy, 2 Corintios 3.    CB   


Comentarios Elena G.W

        Cristo, la Luz del mundo, veló el deslumbrante esplendor de su divinidad y vino a vivir como hombre entre los hombres,
        para que éstos pudieran, sin ser consumidos, llegar a familiarizarse con su Creador. . . .
        Cristo vino para enseñar a los seres humanos lo que Dios desea que sepan. En los cielos, en la tierra, en las anchas
        aguas del océano, vemos la obra de Dios. Todas las cosas creadas dan testimonio de su poder, su sabiduría, su amor. Sin
        embargo, ni por las estrellas, ni por el océano, ni por las cataratas podemos aprender acerca de la personalidad de Dios
        tal como fue revelada en Cristo.
        Dios vio que se necesitaba una revelación más clara que la de la naturaleza para describir tanto su personalidad como su
        carácter. Envió a su Hijo al mundo para manifestar, hasta donde la vista humana pudiera soportarlo, la naturaleza y los
        atributos del Dios invisible.—El Ministerio de Curación, pág. 419.
        
        Todo cambia en los corazones que han sido purificados por la presencia del Espíritu Santo. Éstos pueden conocer a Dios.
        Moisés estaba escondido en la hendidura de la roca cuando la gloria del Señor le fue revelada; y cuando estamos
        escondidos en Cristo contemplamos el amor de Dios...
        Por la fe lo contemplamos aquí y ahora. En nuestra experiencia diaria discernimos su bondad y compasión en la
        manifestación de su providencia. Lo reconocemos en el carácter de su Hijo. El Espíritu Santo toma la verdad concerniente
        a Dios y a Aquel a quien ha enviado, y la abre al entendimiento y al corazón. Los puros de corazón ven a Dios en una
        relación nueva y entrañable, como su Redentor; y mientras disciernen la pureza y hermosura de su carácter, anhelan
        reflejar su imagen. Lo ven como un Padre que anhela abrazar a un hijo arrepentido, y sus corazones se llenan de un gozo
        inefable y pleno de gloria.—Pensamientos desde el Monte de la Bendición, pág. 26.
        
        El profundo amor de Juan por Cristo fue lo que le indujo a desear siempre estar cerca de él. El Salvador amaba a todos
        los Doce, pero el espíritu de Juan era el más receptivo. Era más joven que los otros, y con más confianza infantil abrió
        su corazón a Jesús. Así llegó a simpatizar más con Cristo, y por medio de él se comunicó a la gente la enseñanza
        espiritual más profunda del Salvador...
        Juan podía hablar del amor del Padre como ningún otro de los discípulos. Reveló a sus semejantes lo que sentía en su
        propia alma, representando en su carácter los atributos de Dios. La gloria del Señor se expresaba en su rostro. La
        belleza de la santidad que lo había transformado brillaba con un resplandor cristiano en su rostro. En adoración y amor
        contempló al Salvador hasta que la semejanza con Cristo y la comunión con él llegaron a ser su único deseo, y en su
        carácter se reflejó el carácter de su Maestro.—Los hechos de los apóstoles, pág. 545.     

Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Juan 21

  ó Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. 
  12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.
  13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. 
  14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.
  15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
  16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
  17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 
  18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 
  19 Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
  20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
  21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 
  22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. 
  23 Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?
  24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. 
  25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. 
  

Juan 11:9

9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;

Juan 11:10

10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.

Juan 8:42-44

42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Juan 4:46-54

46 Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 47 Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. 48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. 49 El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. 50 Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. 51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. 52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. 53 El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. 54 Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.

2 Timoteo 3:16

16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia,

Juan 15:1-11

1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Oseas 14:4    CB   

4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.

Exodo 33:15-22    CB    Ver capítulo completo   

            15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.
            16 ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
            17 Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre.
            18 El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
            19 Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.
            20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.
            21 Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;
            22 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
          

Juan 1:1-18    CB   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan 6:35    CB   

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:41

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 6:48

48 Yo soy el pan de vida.

Juan 6:51

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.