PARA MEMORIZAR:
«Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos» (Ose. 14: 4).
 
Lección 1: Para el 4 de enero de 2025
DIOS AMA DE PURA GRACIA



- Audio Lección -

Sábado 28 de diciembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:

PARA MEMORIZAR:
Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi furor se apartó de ellos"

Aunque Pedro negó a Jesús tres veces, tal como Jesús había predicho (Mat. 26:34), esas negaciones no fueron el final de la historia. Después de la resurrección, Jesús le preguntó:" 'Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?' Le respondió: 'Sí, Señor. Tú sabes que te quiero'. Jesús le dijo: 'Apacienta mis corderos'. Volvió Jesús a preguntarle: 'Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?' Pedro le respondió: 'Sí, Señor. Tú sabes que te quiero'. Le dijo: 'Apacienta mis ovejas'. Por tercera vez le preguntó: 'Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?' Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez '¿Me quieres?', y respondió: 'Señor, tú sabes todas las cosas. Tú sabes que te quiero'. Jesús le dijo: 'Apacienta mis ovejas'" (Juan 21:15-17). Así como Pedro había negado a Jesús tres veces, Jesús restauró a Pedro tres veces por medio de la pregunta crucial: "¿Me amas?"

Por diferentes que sean nuestras circunstancias de las de Pedro, en muchos aspectos el principio es el mismo. Es decir, la pregunta que Jesús había hecho a Pedro es, en realidad, la pregunta definitiva que Dios nos hace a cada uno de nosotros en nuestro tiempo y lugar: ¿Me amas? Todo depende de nuestra respuesta a esa pregunta.


Reavivados por su Palabra: Hoy, 2 Corintios 2.    CB   


Comentarios Elena G.W

        Tres veces después de su resurrección, Cristo probó a Pedro. “Simón, hijo de Jonás —le dijo—, ¿me amas más que
        éstos?”...
        Esta pregunta escudriñadora fue necesaria en el caso de Pedro, y es necesaria en nuestro caso. La obra de restauración
        nunca puede ser completa a menos que se llegue a las raíces del mal. Una y otra vez se han cortado los brotes, mientras
        que se ha dejado que la raíz de la amargura brote y contamine a muchos; pero es necesario llegar a la misma profundidad
        del mal oculto, juzgar los sentidos morales, una y otra vez, a la luz de la presencia divina. La vida diaria dará
        testimonio de si la obra es genuina o no.
        Cuando, la tercera vez, Cristo le dijo a Pedro: “¿Me amas?”, la prueba llegó al centro del alma. Pedro, juzgándose a sí
        mismo, cayó sobre la Roca, diciendo: “Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo”. —Comentarios de Elena G. de
        White, en Comentario bíblico adventista del séptimo día, tomo 1, pág. 101. 5, págs. 1151, 1152.
        
        El corazón de Dios anhela a sus hijos terrenales con un amor más fuerte que la muerte. Al entregar a su Hijo, derramó
        sobre nosotros todo el cielo en un solo don. La vida, la muerte y la intercesión del Salvador, el ministerio de los
        ángeles, la súplica del Espíritu, el Padre obrando por encima y a través de todo, el interés incesante de los seres
        celestiales, todo está alistado en favor de la redención del hombre.
        ¡Oh, contemplemos el asombroso sacrificio que se ha hecho por nosotros! Tratemos de apreciar el trabajo y la energía que
        el Cielo está gastando para rescatar a los perdidos y traerlos de vuelta a la casa del Padre. Motivos más fuertes y
        agentes más poderosos nunca podrían ponerse en funcionamiento; Las abundantes recompensas por hacer el bien, el goce del
        cielo, la compañía de los ángeles, la comunión y el amor de Dios y de su Hijo, la elevación y extensión de todos
        nuestros poderes a través de las edades eternas, ¿no son estos poderosos incentivos y estímulos para impulsarnos a dar
        el servicio amante del corazón a nuestro Creador y Redentor?—El Camino a Cristo, pág. 21.
        
        Todo el amor paternal que ha llegado de generación en generación por conducto de los corazones humanos... no es más que
        un pequeño arroyuelo en el océano sin límites cuando se lo compara con el amor infinito e inagotable de Dios. La lengua
        no puede expresarlo; la pluma no puede describirlo. Podéis meditar en él todos los días de vuestra vida; podéis
        escudriñar diligentemente las Escrituras para entenderlo; podéis hacer acopio de todo poder y capacidad que Dios os ha
        dado en el esfuerzo por comprender el amor y la compasión del Padre celestial; y, sin embargo, hay una infinitud más
        allá. Podéis estudiar ese amor durante siglos; sin embargo, nunca podréis comprender plenamente la longitud y la
        anchura, la profundidad y la altura del amor de Dios al dar a su Hijo para morir por el mundo. La eternidad misma nunca
        podrá revelarlo plenamente.—Testimonios para la iglesia, tomo 5, pág. 740.  

Juan 8:54-58   

1 Corintios 1:26-29   

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.


Éxodo 33:15-22

 
  15 Entonces le dijo: Si tu presencia no ha de ir con nosotros, no nos saques de aquí. 16 ¿En qué, pues, se conocerá que
  yo y tu pueblo he hallado gracia ante tus ojos? ¿No será en que tú vayas con nosotros, para que yo y tu pueblo seamos
  distinguidos de todos los demás pueblos que están sobre la faz de la tierra? 17 El Señor le respondió a Moisés: También
  haré esto que has dicho, porque has hallado gracia ante mis ojos, y te he conocido por tu nombre. 18 Entonces Moisés le
  respondió: Te ruego que me muestres tu gloria. 19 Y él respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y
  proclamaré el nombre del Señor delante de ti; tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré compasivo con el
  que seré compasivo. 20 Pero El le respondió: No puedes ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida. 21
  Entonces el Señor dijo: "He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás allí sobre la peña. 22 Cuando pase mi gloria, yo te
  pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
  

Oseas 14:1-4

1 Vuelve, oh Israel, al Señor tu Dios, porque has tropezado a causa de tu iniquidad. 2 Llevad con vosotros palabras y volveos al Señor, y decidle: Quita toda iniquidad, y recíbenos con misericordia, y ofreceremos el fruto de nuestros labios. 3 Asiria no nos salvará, ni montaremos a caballo, ni volveremos a decir: "Dios nuestro" a la obra de nuestras manos, porque en ti el huérfano hallará misericordia. 4 Yo sanaré su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos.

Apocalipsis 4:11

11 Señor y Dios nuestro, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Juan 17:24

24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Mateo 22:1-14

1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: 2 «El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo. 3 Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a la boda, pero ellos no quisieron venir. 4 Volvió a enviar a otros siervos, diciendo: "Decid a los invitados: 'Mirad, ya he preparado mi comida; mis toros y animales engordados están todos muertos y todo está listo; venid a la boda'". 5 Pero ellos no hicieron caso y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio, 6 y los demás agarraron a los siervos, los maltrataron y los mataron. 7 Pero el rey se enfureció, y envió a sus ejércitos y destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad. 8 Luego dijo a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. 9 Id, pues, a los caminos principales, y a cuantos encontréis por allí, llamadlos a la boda". 10 Los siervos salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y la sala de bodas se llenó de invitados a la cena. 11 Pero cuando el rey entró para ver a los invitados a la cena, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda, 12 y le dijo: "Amigo, ¿cómo entraste aquí sin vestido de boda?". Y el hombre se quedó sin habla. 13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle las manos y los pies, y echadle a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes". 14 Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

Juan 10:17-18

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo por mi propia voluntad. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Oseas 14:4    CB   

4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.

Juan 7:30    CB   

30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

Juan 8:20    CB   

20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

Juan 12:27    CB   

27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.

Juan 1:1-18    CB   

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan 6:35    CB   

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:41

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 6:48

48 Yo soy el pan de vida.

Juan 6:51

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.