Lección 3 | Domingo 12 de enero
MÁS VALIOSO DE LO QUE PUEDES IMAGINAR
Como vimos en una lección anterior, no hay nadie, incluso el peor pecador o malhechor, a quien Dios no ame. Puesto que Dios valora a las personas más de lo que podemos imaginar, le disgusta el pecado porque nos ama y sabe el daño que el pecado nos hace.
Lee ¿Qué revela la parábola del hijo pródigo acerca de la compasión y el amor de Dios? ¿Qué advertencia hace a quienes, como el otro hijo, permanecieron en casa?
En esta historia que cuenta Jesús, el hijo menor de un hombre pidió su herencia antes de tiempo, lo que implicó rechazar a su padre y su familia. El hijo pródigo dilapida su herencia y se ve reducido a la pobreza y al hambre, al punto de anhelar la comida con que alimenta a los cerdos puestos a su cuidado. Al darse cuenta de que los criados de su padre tienen comida en abundancia, decide volver a casa con la esperanza de convertirse en uno de ellos.
Lo que sigue es impactante. Algunos padres rechazarían aun hijo como ese. «Tomaste tu herencia y te fuiste lejos. Ya no hay aquí lugar para ti». Esa sería en verdad una actitud lógica. A los ojos de algunos padres, ese joven había ido demasiado lejos como para ser aceptado de nuevo en casa, especialmente como hijo.
Pero, en la parábola, el padre (que representa a Dios mismo) no reacciona así. Por el contrario, «cuando [el hijo pródigo] aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó» (Luc. 15:20). Aunque en aquellos tiempos se consideraba poco digno que el dueño de la casa fuera en busca de alguien, el padre, en su gran compasión, salió a buscar a su hijo. Incluso organizó una fiesta de bienvenida para él, lo cual representa la gran compasión de Dios por cada persona descarriada y el gozo que siente cuando aun una sola persona vuelve al hogar. ¡Qué hermosa imagen de Dios!
■ Resulta interesante la reacción del otro hijo. ¿Por qué fue una reacción tan humana, basada, al menos en parte, en la justicia, y también tan comprensible? Sin embargo, ¿qué nos enseña esa parte de la historia acerca de cómo los conceptos humanos de justicia no captan la profundidad del evangelio o del amor de Dios por nosotros?
Levántate y ve a tu Padre. Él te encontrará muy lejos. Si das un solo paso hacia Él en arrepentimiento, Él se apresurará a envolverte en sus brazos de amor infinito. Su oído está abierto al clamor del alma contrita. Él conoce el primer intento del corazón de buscar a Dios... Aun antes de que se pronuncie la oración o se dé a conocer el anhelo del corazón, la gracia de Cristo sale al encuentro de la gracia que está obrando en el alma humana. Tu Padre celestial te quitará las vestiduras contaminadas por el pecado... De la misma manera, Dios te vestirá con “las vestiduras de salvación” y te cubrirá con “el manto de justicia” ( Isaías 61:10 )... Él te llevará a su casa del banquete, y su estandarte sobre ti será el amor. ( Cantar de los Cantares 2:4 .) “Si anduvieres en mis caminos —declara él—, entre éstos que están aquí presentes te daré lugar para andar”, es decir, entre los santos ángeles que rodean su trono. ( Zacarías 3:7 .)—Palabras de vida del gran Maestro, págs. 206, 207.El hombre que intenta guardar los mandamientos de Dios simplemente por un sentido de obligación —porque se le exige que lo haga— nunca entrará en el gozo de la obediencia. No obedece. Cuando los requerimientos de Dios se consideran una carga porque van en contra de la inclinación humana, podemos saber que la vida no es cristiana. La verdadera obediencia es el resultado de un principio interior. Brota del amor a la justicia, del amor a la ley de Dios. La esencia de toda justicia es la lealtad a nuestro Redentor. Esto nos llevará a hacer lo correcto porque es correcto, porque hacer lo correcto agrada a Dios.—Palabras de vida del gran Maestro, pág. 97.
Cuando el padre sale a reprender a [su hijo mayor], se revelan el orgullo y la malignidad de su naturaleza. Él piensa en su propia vida en la casa de su padre como si fuera una ronda de servicio no correspondido... Cuando debería haber encontrado un gozo permanente en la presencia de su padre, su mente ha descansado en el beneficio que se derivaría de su vida circunspecta. Sus palabras muestran que es por esto que ha renunciado a los placeres del pecado... Sin embargo, el padre trata con ternura con él. "Hijo", le dice, "tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas". Durante todos estos años de la vida de marginación de tu hermano, ¿no has tenido el privilegio de tener compañía conmigo?... ¿
Se le hizo ver al hermano mayor su propio espíritu mezquino e ingrato? ¿Llegó a ver que aunque su hermano había actuado mal, él seguía siendo su hermano? ¿Se arrepintió el hermano mayor de sus celos y dureza de corazón? Cristo guardó silencio al respecto, pues la parábola todavía se estaba desarrollando y dependía de sus oyentes determinar cuál sería el resultado.—Palabras de vida del gran Maestro, págs. 207-209.
Juan 8:54-58 |
1 Corintios 1:26-2926 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. |