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SÁBADO 08 DE FEBRERO
Lee para el estudio de esta semana
Para memorizar:
«Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron» ( ).El mal es quizás el mayor problema al que se enfrenta el cristianismo: cómo conciliar el hecho de que Dios es perfectamente bueno y amoroso con la existencia del mal en el mundo. En pocas palabras, si Dios es bueno y todopoderoso, ¿por qué existe el mal y por qué existe en semejante escala?
No se trata de un problema meramente académico, sino de algo que preocupa profundamente a muchas personas y que impide a algunos llegar a conocer a Dios y amarlo.
«Para muchos el origen del pecado y el porqué de su existencia es causa de gran perplejidad. Ven la obra del mal con sus terribles resultados de dolor y desolación, y se preguntan cómo puede existir todo eso bajo la soberanía de Aquel cuya sabiduría, poder y amor son infinitos. Es esto un misterio que no pueden explicarse» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 483).
Muchos ateos señalan el problema del mal como la razón de su incredulidad. Pero, como veremos esta semana y en las próximas, el Dios de la Biblia es completamente bueno y podemos confiar en él, incluso a pesar del mal que infectahr nuestro mundo caído.
Dios es amor. El mal que hay en el mundo no proviene de sus manos, sino de nuestro gran adversario, cuya obra siempre ha sido depravar al hombre y debilitar y pervertir sus facultades. Pero Dios no nos ha dejado en la ruina causada por la caída... Somos su posesión comprada. La familia humana costó a Dios ya su Hijo Jesucristo un precio infinito.
El Redentor del mundo, el unigénito Hijo de Dios, por su perfecta obediencia a la ley, por su vida y carácter, redimió lo que se había perdido en la caída, e posible hizo que el hombre obedeciera la santa ley de justicia que Adán transgredió. . Cristo no cambió su divinidad por la humanidad, sino que combinó la humanidad con la divinidad; y en la humanidad vivió la ley en favor de la familia humana. Los pecados de todo el que recibe a Cristo fueron cargados a su cuenta, y él ha cumplido plenamente la justicia de Dios (Fundamentos de la Educación Cristiana, p. 429).
Dios no creó el mal. Sólo hizo lo bueno, que era semejante a sí mismo. Pero Satanás no quedaría satisfecho con conocer y hacer la voluntad de Dios. Su curiosidad se esforzaba por extenderse a lo que Dios no se proponía que él conociese. El mal, el pecado y la muerte no fueron creados por Dios; son el resultado de la desobediencia, la cual tuvo su origen en Satanás. Pero el conocimiento del mal que hay ahora en el mundo fue introducido por la astucia de Satanás. Estas son lecciones duras y costosas; pero los hombres las aprenderán, y muchos nunca quedarán convencidos de que es una dicha ignorar cierta clase de conocimiento, el que brota de los deseos frustrados y los propósitos no consagrados. Los hijos e hijas de Adán son tan plenamente curiosos y presuntuosos como lo fue Eva al buscar el conocimiento prohibido. Alcanzan una experiencia, un conocimiento que Dios nunca quiso que tuviesen, y el resultado será, como lo fue con nuestros primeros padres, la pérdida del hogar edénico. ¿Cuándo aprenderán los seres humanos lo que ha sido expuesto tan plenamente ante ellos? (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp 475, 476).
"Dios es amor". 1 Juan 4:16 . Su naturaleza y su ley son amor. Lo han sido siempre, y lo serán para siempre. "El Alto y Sublime, el que habita la eternidad", cuyos "caminos son eternos", no cambia. En él "no hay mudanza, ni sombra de variación".
.Cada manifestación del poder creador es una expresión del amor infinito. La soberanía de Dios encierra plenitud de bendiciones para todos los seres creados...
La historia del gran conflicto entre el bien y el mal, desde que principió en el cielo hasta el final abatimiento de la rebelión y la total extirpación del pecado, es también una demostración del inmutable amor de Dios (Historia de los patriarcas y profetas, p. 11).
Juan 8:54-58
1 Corintios 1:26-29
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.